La Taurina, beneficios que no sabías.

¿Qué es la taurina?

Es un aminoácido no esencial que nuestro organismo es capaz de sintetizar por sí solo, de forma que está presente en nuestro cuerpo al producirse a través de dos aminoácidos: cisteína y metionina.

Se utiliza como un bloque de construcción para cadenas de proteínas y participa en la función cardiovascular, actúa como un antioxidante, y es necesario para mantener el músculo esquelético. Cantidades concentradas de este compuesto orgánico se encuentran en el cerebro, corazón, las plaquetas sanguíneas y retinas de los ojos.

Beneficios importantes:

La taurina se utiliza a veces para aliviar la ansiedad y mejorar el rendimiento mental. También se utiliza para la insuficiencia cardíaca congestiva, colesterol alto, la presión arterial alta y otras condiciones, según la Universidad de Michigan Health System.

Otros usos para los suplementos de taurina son déficit de atención-hiperactividad (TDAH), autismo, y la diabetes.

¿Cómo funciona la taurina en el cuerpo? La taurina es un agonista del GABA, según un 2008 estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience. Esto significa que causa más actividad en los receptores GABA.

GABA produce efectos calmantes en el cerebro mediante el bloqueo de ciertas señales, así que tener mayor actividad en los receptores de GABA se cree para reducir niveles de ansiedad y estrés y mayores niveles de relajación.

Los efectos de la taurina sobre los receptores GABA no han sido examinados para los efectos de la ansiedad en los seres humanos, pero ha habido estudios que demuestran beneficios en ratones.

En un estudio, una dosis de 200mg/kg de peso corporal dio lugar a una reducción de la ansiedad en ratones. Sin embargo, una dosis menor de 100mg/kg no fue efectiva.

La taurina también ha sido investigada por sus efectos de privación del sueño y el rendimiento mental, incluyendo atención mejorada, Aunque se necesitan más investigaciones para la eficacia de la tasa

Las investigaciones preliminares indican que la taurina puede tener actividades de diuréticas y natriuréticas. Esto significa que podría aumentar la producción de orina en los riñones (diuresis), y aumentar la cantidad de sodio excretado en la orina.

NMCD afirma que la taurina también puede ayudar a reducir el colesterol y aumentar la producción de ácidos biliares. También hay cierta evidencia que sugiere que la taurina puede compactar los radicales libres y mejorar el Estado antioxidante.

La taurina protege el hígado de la toxicidad de paracetamol casi así como un agente de hepatoprotectant probado llamado n-acetil glutatión. Este suplemento se piensa para proteger el hígado contra el daño causado por otras toxinas, así.

Se necesita más investigación para evaluar el uso a largo plazo de taurina para hepatitis u otro tipo de enfermedad/disfunción del hígado.

La taurina también se piensa para ser útil para mejorar el dolor de las articulaciones causado por la diabetes, reducir el riesgo de daño del nervio (neuropatía) y la protección de las retinas de los ojos.

Este aminoácido presentan efectos anti-glicación, que significa que ayuda a detener las proteínas en el cuerpo se dañe por niveles elevados de azúcar en sangre.

Glicación (o glicosilación no enzimática) se produce cuando una molécula de azúcar se une a una proteína o un lípido (grasa) molécula de, provocando la molécula a ser disfuncional.

Las proteínas glucosilada se conocen como productos finales de glicación avanzada (Edades). Como acumulan en el cuerpo, se acumulan señales de envejecimiento, y órganos no funcionen según lo previsto.

Hipertensión:

La taurina puede ayudar a disminuir la presión arterial en las personas con hipertensión borderline.

Cómo tomar taurina

La taurina está disponible en forma de suplemento como tabletas, cápsulas y polvo que puede mezclarse con líquidos. La dosis exacta que deben tomarse depende de varios factores, incluyendo otros medicamentos, edad y las condiciones de salud.

La Clínica Mayo afirma que hasta 3,000 MG  (3 Gr) al día se considera seguro, pero también advierte que no se conocen los efectos a largo plazo de estos suplementos. No se sabe mucho acerca de los efectos de la suplementación de taurina de altas dosis de, por lo que se recomienda usar este producto con moderación.

La taurina se encuentra también en algunas bebidas energéticas, como Red Bull. Aunque este compuesto puede ayudar a facilitar ansiedad, se agrega a estas bebidas para mejorar el rendimiento mental.

Es importante tener en cuenta que estas bebidas contienen típicamente altas cantidades de cafeína, así, que puede aumentar el nerviosismo o causar interrupciones de sueño.

 

La importancia de Limpiar los Filtros de Nuestro Cuerpo

Nuestro cuerpo es un organismo que está interrelacionado entre sus diferentes partes. Esto que parece evidente, hasta no hace mucho no lo era, llegando a cambiar la filosofía médica, diciendo que “hay enfermos, no enfermedades” incluso  muchos médicos tradicionales han visto como variaban verdades hasta ahora consideradas absolutas.

Nuestras células, son seres vivos, que respiran, se alimentan y generan residuos que pasan a la sangre y llegan a nuestros filtros naturales.

Los filtros del cuerpo humano

Para que el hábitat de cada célula esté limpio  para recibir oxígeno y nutrientes con normalidad, nuestro cuerpo dispone de un “servicio de limpieza” formado por el sistema linfático y, cinco filtros, para desechar los residuos metabólicos de las células, estos son:

 

  • La piel segrega ácido úrico, dióxido de carbono y colesterol con el sudor.
  • Los intestinos excretan residuos de la comida a través de las heces..
  • Los pulmones echan dióxido de carbono.
  • Los riñones hacen lo propio con el ácido úrico a través de la orina.
  • El hígado secreta el colesterol a través de los ácidos biliares.

 

Los nutrientes y sustancias buenas, son filtrados por cada uno de ellos y pasan a la sangre. De estos 5, hay 3 que filtran sin parar nuestra sangre, son: los pulmones, los riñones y el hígado.

El bombeo del corazón, hace que la sangre siempre circule por todo el cuerpo. Estos tres órganos no paran de funcionar mientras estamos vivos y se calcula que pueden llegar a filtrar más de 7000 l de sangre cada día.

Si por algún motivo alguno de los filtros deja de funcionar, los residuos tóxicos se acumulan dentro de nuestro cuerpo e invaden las células que mueren intoxicadas o, se transforman en “cancerígenas”. Esta transformación en cancerígenas es lo único que les asegura seguir viviendo en un medio intoxicado y muy ácido:

Como he comentado antes, si no se cuidan bien, pueden llegar a enfermarse:

  • Los pulmones con el tabaco y la contaminación atmosférica.
  • El hígado con dietas incorrectas, que dificultan la eliminación de colesterol.
  • Los riñones, tomando mucha sal en las comidas, bebiendo poca agua y con enfermedades como la diabetes.

Contaminación de nuestro cuerpo

Los residuos más comunes que contaminan nuestro cuerpo, son por ejemplo:

  • Beber alcohol o bebidas con gas
  • Productos de limpieza tóxicos, que son la mayoría
  • Comer mucha carne (sobre todo procesada) y pocos alimentos crudos y frescos
  • Productos refinados como el azúcar, las harinas y la sal
  • Respirar aire contaminado como el humo de tabaco o el de los coches
  • El consumo de medicamentos o tratamiento farmacológicos agresivos
  • Los conservantes y pesticidas en los alimentos
  • El mal funcionamiento de algún órgano depurativo

A parte de los consejos normales para evitar los tóxicos y los hábitos poco saludables, aquí os dejo algunos más:

  • Evitad el estreñimiento, pero no con laxantes, recurrid a remedios naturales como las semillas de lino, levadura de cerveza, frutas y verduras frescas.
  • Beber bastante agua, ayudará a nuestros intestinos a limpiarse y a limpiar nuestro interior.
  • Mantengamos limpios y sanos el hígado, riñones y pulmones, porque son los que más se afectan cuando nuestro cuerpo está intoxicado porque tienen que trabajar más para depurarlo.
  • Tomad habitualmente, tomillo para los pulmones, boldo, alcachofa y cardo mariano, para el hígado, té verde y cola de caballo para los riñones.
  • Realizad alguna actividad física, andar, correr, subir y bajar escaleras, nadar, lo que importa es movernos.
  • Las bebidas alcohólicas NO, porque deshidratan.
  • Aumentar el consumo de cereales integrales, legumbres, verduras, frutas en la dieta diaria.
  • Dejad de fumar, algo muy importante.

En estos filtros se separan toxinas buenas y malas, entre las segundas están los fármacos, dióxido de carbono, el esmog, que es una combinación de humo, niebla y partículas que hay en la atmósfera de los lugares muy contaminados, la comida y residuos metabólicos, radicales libres etc.

Muchas de las enfermedades  más comunes que tenemos, suelen estar causadas por algún tipo de intoxicación, por ejemplo la retención de líquidos, la hipertensión, el acné o el cansancio, suelen ser síntomas comunes en un organismo intoxicado.

Si los filtros no funcionan bien la sangre estará contaminada afectando a otros órganos y el cuerpo limpio de toxinas garantiza el buen funcionamiento de los órganos, lo que repercute en un aspecto más saludable.

Podemos cuidar nuestros principales filtros:

  • Los riñones, bebiendo mucha agua al día y comiendo alimentos diuréticos, evitando tomar mucha la sal en la medida de lo posible, y bebiendo infusiones.
  • Los pulmones, evitemos el tabaco y el humo de los coches, y también los productos de limpieza tóxicos y los pesticidas. Hagamos ejercicio físico habitualmente.
  • El hígado, evitemos el consumo excesivo de azúcar, sal, alcohol y carne.

Para limpiar nuestro cuerpo y evitar que algunas toxinas lleguen hasta los filtros podemos hacer una limpieza de colon.

Mantener nuestra sangre fluida es importante para que circule por ella el oxígeno, nutrientes y la energía que van a los órganos, porqué  sino estos y los músculos pueden atrofiarse porque no les llega su alimento.

Otras prácticas para cuidar nuestros filtros del cuerpo:

La piel

  • Hidroterapia, en centros termales o en casa llenar la mitad de la bañera y agregar 2kg de sal de mar, o sales de baño.
  • Frotar la piel con un guante de crin y después duchándonos alternativamente con agua fría y caliente. Acabar siempre con el agua fría. Después podemos hidratarnos la piel con algún aceite natural.
  • Drenaje linfático.

Pulmón

  • Tener un humidificador de aire en las zonas más secas.
  • Hacer ejercicios de respiración.

Tomar infusiones de tomillo, té verde, menta, eucaliptus, etc.

  • Beber 2 litros de agua al día, especialmente si tenemos catarros y gripes.

Intestinos

  • Seguir una dieta rica en fibra con agua, verduras, frutas, legumbres y cereales integrales.
  • Hacer ejercicio para posibles parálisis intestinales.
  • Enemas de café y yogur, siempre y cuando no padezcamos de colon irritable.

Riñón

  • Beber caldos antioxidantes.
  • Infusiones de cola de caballo o tomillo…
  • Beber agua de mineralización baja.

Hígado

  • Enemas de café y yogur, si no tenemos problemas de colon irritable.
  • Infusiones de boldo, té verde o comprimidos de alcachofa.

Extraído de  JOSEP MASDEU BRUFAL (Naturópata)

La nutrición como terapia antienvejecimiento.

Desde hace mucho tiempo se ha relacionado la nutrición con el envejecimiento. Esta relación se ha centrado, básicamente, en los estudios de restricción calórica y en la suplementación con sustancias antioxidantes. Más recientemente se han realizado estudios encaminados a estudiar el papel de las grasas en las dieta, desde el punto de vista del estrés oxidativo como terapia antienvejecimiento.

Restricción calórica.

Como se ha descrito antes, la restricción calórica aumenta la vida media en un amplio rango de especies y disminuye la velocidad con que aparecen determinadas enfermedades relacionadas con la edad. Este efecto se lleva a cabo a través de una reducción en el estrés oxidativo. Esto se sustenta, entre otras pruebas, en la observación de que ratones calóricamente restringidos generan un menor estrés oxidativo que sus homólogos alimentados ad libitum, produciendo además un menor índice de oxidación de lípidos, proteínas, y ADN.

La restricción calórica, además previene mucho de los cambios que se produce en relación a la expresión génica durante el envejecimiento, ente los que se incluyen la elevación  en la expresión de las proteínas de shock término y la atenuación de la expresión de la proteína inducida por estrés Hsp70.

La restricción calórica podría ser una potente arma terapéutica para lucha contra el envejecimiento, ya que en un principio cumple con los requisitos exigibles de efectividad frente a la reducción del estrés oxidativo y el retraso del envejecimiento, así como contra las enfermedades asociadas a éste. No obstante, la posible aplicación de la restricción calórica como terapia antienvejecimiento en la población humana acarrea tales dificultades éticas y de tipo práctico que hacen prácticamente inviable su puesta en marcha.

Antioxidantes.

Como se ha puesto de manifiesto en los apartados anteriores, el estrés oxidativo desempeña un papel muy significativo en el proceso global de envejecimiento y, por lo tanto, la suplementación con antioxidantes podría ser de utilidad como posible terapia antienvejecimiento. Entre los primeros estudios cabe destacar los de Miquel y Ecónomos en relación a la capacidad del carbosilato de tiazolidina de aumentar la vitalidad y programar la vida media en ratones.

Posteriormente, Furukawa y cols. Mostraron el papel protector de la administración oral del glutatión frente al declive de la función inmunológica asociada al envejecimiento. Muchos otros antioxidantes han sido probados en relación al envejecimiento, con resultados más o menos positivos.

Entre dichos antioxidantes cabe destacar las vitaminas E y C, la coenzima Q, extractos herbales ricos en flavonoides y polifenoles, entre otros. Si bien los resultados obtenidos con estos antioxidantes han sido exitosos atenuación del estrés oxidativo mediado por la edad o por enfermedades asociadas a éstas, han tenido poco o ningún éxito en relación al aumento de la longevidad.

Tal vez para tener un mayor éxito con la terapia basada en antioxidantes se debería profundizar en el conocimiento de las propiedades farmacológicas de las sustancias empleadas, sobre todo en lo concerniente a la absorción, la distribución tisular y el metabolismo de estas. Además, no debe olvidarse el papel que las ROS tienen en la señalización celular, de modo que la dosis de antioxidante debe ser muy bien ajustada para evitar cambios en el estado redox que podrían alterar la función celular. Los problemas anteriores estas siendo solucionados, en parte, mediante el uso de una nueva generación de sustancias antioxidantes sintéticas, mimñeticos de la superóxido dismultasa y la catalasa. Estas sustancias están siendo ensayadas con cierto éxito, habiéndose mostrado efectivas en el aumento de la longevidad en ratones y C. elegans.

Dentro del grupo de polifenoles merece especial atención el resveratrol. Esta sustancia ha demostrado extender la vida media en diversos organismos, así como ejercer un efecto positivo en múltiples enfermedades, como el cáncer, enfermedad cardiovascular, Alzheimer, enfermedades metabólicas, entre otras. Su principal mecanismo de acción es mediante la activación de la SIRT1 (miembro de la familia denominada sirtuinas), mimetizando así el efecto  de restricción calórica sobre el envejecimiento. Estudios recientes muestran otra diana directa del reveratrol, la PI3K (fosfatidilinositol-3-quinasa), representándose asi otra via central de control de la vida máxima independiente de situinas.

Ácidos grasos de la dieta.

El tipo de grasa de la dieta condiciona de manera importante numerosos parámetros bioquímicos en la membrana mitocondrial. La importancia del tipo de ácidos grasos de la dieta reside en el hecho de que la membrana mitocondrial (y, en general, todas las membranas biológicas) es capaz de adaptar la composición de sus fosfolípidos a la grasa ingerida de forma mayoritaria. De este modo, si un individuo ingiere mayoritariamente grasa de origen animal, sus membranas serán más ricas en ácidos grasos saturados que las de otro individuo cuya fuente grasa mayoritaria sea de origen vegetal.

Por otro lado, se ha descrito de forma contundente cómo se producen las adaptaciones del sistema de transporte electrónico mitocondrial  en relación al tipo de grasa en la dieta, con mayor o menor repercusión sobre los diversos complejos del sistema. Además el estrés  oxidativo está relacionado con la composición lipídica de las membranas biológicas, de modo que una fuente grasa poliinsaturada (p. ej., aceite de girasol) generará membranas más susceptibles al daño oxidativo que una fuente saturada (grasa animal) o monoinsaturada (aceite de oliva), lo cual ha sido ampliamente demostrado en numerosas situaciones fisiológicas y patológicas, empleando numerosos modelos animales y humanos.

Los resultados obtenidos en este campo apuntan las siguientes conclusiones: el envejecimiento, entendido como un proceso endógeno y progresivo, provoca a lo largo de la vida alteraciones en la mitocondria y sus componentes, como el mtDNA (alteraciones que tienen un elevado comportamiento oxidativo). Estas alteraciones deterioran la estructura y la función mitocondriales, y, dependiendo de la capacidad del tejido en concreto para reparar el daño o eliminar la célula alterada, la función tisularar se verá afectada en mayor o menor grado.

Así, los tejidos con capacidad regenerativa, como el hígado, parecen ser capaces de remediar el daño ocasionado, como lo siguiente la ausencia de pérdida de función mitocondrial en términos de actividad citocomo axidasa. Sin embargo, se produce una pérdida de función en los tejidos posmitóticos, como el musculo esquelético o el corazón, sin capacidad para reemplazar células y, probablemente, con un sistema de reparación de daño menos efectivo (existen diferencias entre el hígado y el corazón, en relación al sistema de reparación del mtDNA). Esta pérdida de función se refleja en el descenso brusco de la actividad citocromo oxidasa, lo que da lugar a un desacoplamiento de la CTEmt, con la consiguiente ineficacia bioenergética y el aumento en la producción de ROS.

Las mitocondrias de los tejidos posmitóticos tratan de atenuar la situación desfavorable mediante el aumento de otros componentes de la CTEmt, como el citocromo b, o por medio de aumentos en el grado de poliinsaturación probablemente para intentar aumentar la fluidez y la actividad de la citocromo oxidasa restante mediante la presencia de una cardiolipina más poliinsaturada. Sin embargo, ambas acciones generan un aumento mayor en la producción de radicales libres.

El papel de la grasa en la dieta en este mecanismo residiría, por lo tanto, en la construcción de un entorno más o menos susceptible para la generación y la programación de ROS, especialmente cuando, como consecuencia de los procesos como el envejecimiento, se producen fallos en la CTEmt.

Teorías del envejecimiento.

Se han propuesto numerosas teorías a fin de explicar cómo y por qué sucede el fenómeno del envejecimiento, si bien muchas de ellas carecen de suficiente apoyo empírico para ser tenidas en cuenta. En  general, cualquier teoría que pretenda ser creíble debe satisfacer una serie de condiciones:

  1. Debe ser capaz de explicar cómo un organismo pierde capacidad de mantener su homeostasis en la última parte de su vida.
  2. Debe aclarar las bases para las amplias variaciones en la duración de la vida de cohortes, cepas genéticas y especies.
  3. Debe ser capaz de identificar el factor o los factores responsables de la extensión de la vida mediante mutaciones simples o a través de regímenes experimentales, como la restricción calórica en roedores y los cambios en la temperatura de ambiente en poiquilotermos.
  4. Debe demostrar que el grado de envejecimiento puede ser manipulado mediante variaciones en los factores que se sospecha son los causantes de la senescencia.

Las teorías existentes sobre el envejecimiento se pueden agrupar en dos bloques: teorías estocásticas y teorías genético-evolucionistas. En general, se puede decir que existe una sola teoría unificadora que sea capaz de explicar por sí misma el fenómeno del envejecimiento en toda su extensión. Esto es así debido a que los mecanismos del envejecimiento podrían variar de un modo considerable en los distintos organismos, tejidos y células.

Teorías etocásticas.

Las teorías etocásticas proponen que el envejecimiento es causado por daños al azar en las diferentes moléculas biológicas. El daño se va acumulando poco a poco con la edad, hasta llegar un momento en el nivel de dicho daño es tal que se produce el declive fisiológico conocido como envejecimiento.

En 1928, Pearl propuso la hipótesis de la tasa de la vida (the rate of living theory), basándose en la observación de que especies con una tasa metabólicamente elevada presentan con frecuencia vidas más cortas y, por lo tanto, la expectativa de la vida es inversamente proporcional a la tasa metabólica de la especie. Aunque, en un principio, el lazo de unión entre metabolismo y longevidad era desconocido, en 1956 Harman propuso la explicación bioquímica a esta interrelación postulando la teoría de los radicales libres, tratándose en la actualizad de una de las teorías del envejecimiento más aceptadas. Esta teoría establece que el envejecimiento normal es el resultado del daño aleatorio a los tejidos mediado por radicales libres. Con el tiempo, Harman fue enfocando su teoría hacia la mitocondria como principal fuente de radicales libres y blanco daño de éstos. Posteriormente, el español Jaime Miguel propuso la teoría de la mitocondrial (daño progresivo al DNA mitocondrial por especies reactivas del oxígeno

(ROS)). Dado que en la actualidad se conoce que muchas ROS no son radicales libres, hoy en día se habla fundamentalmente de la teoría del estrés oxidativo.

Existe otro grupo de teorías estocáticas propuestas que guardan determinadas similitudes con la teoría del estrés oxidativo y que, en cierto modo, podrían ser explicadas por ésta. En dicho grupo se incluyen las siguientes teorías: teoría del entrecruzamiento (el entrecruzamiento al azar de proteínas); teoría de la glucosilación (la formación de proteínas glucosiladas provoca alteración grave de las funciones celulares); teoría de los determinantes de longevidad (el envejecimiento es causado por los productos del metabolismo, y el grado de envejecimiento viene dado por la capacidad para protegerse frente a esos productos); teoría de la hipótesis de membrana (daños en la membrana celular conducen a una disminución en la capacidad de eliminar productos de desecho, a una síntesis proteica disminuida y a una pérdida de agua desde el citoplasma, lo que conlleva una disminución  de la actividad enzimática), teoría de la entropía  (mecanismos como la restricción calórica, que reducen el grado de producción de entropía , liberando energía más lentamente, retrasan el deterioro molecular.

Teorías evolutivas y genéticas.

Este grupo de teorías considera el proceso del envejecimiento como parte de un fenómeno de desarrollo y maduración continuo, controlado y programado genéticamente.

Aunque estos conceptos resultan muy atractivos, es contradictorio el control tan estricto que existe con respecto a los fenómenos de desarrollo y el grado tan diverso de expresión  que alcanzan los efectos del envejecimiento.

Según la teoría inmunológica, el envejecimiento se origina por disminución de la capacidad del sistema inmunitario para producir anticuerpos: a medida que la respuesta inmunitaria disminuye,  también se reduce la capacidad del sistema para discriminar entre sus constituyentes y los ajenos, con un aumento de reacciones autoinmunes. Esta teoría tiene el inconveniente de que sólo es aplicable al sistema inmunitario y que no descarta la posibilidad de que estos cambios sean secundarios  a otros más tempranos por ejemplo, de tipo hormonal.

La teoría neuroendocrina se basa en el hecho de que no hay ninguna parte del cuerpo que pueda actuar aislada del sistema nervioso y endocrino; por lo tanto, si alguno de estos sistemas se perturba, las demás partes del cuerpo se verán afectadas  de una u otra manera. Sin embargo, al igual que ocurre con la teoría inmunológica, a esta teoría le falta universalidad, ya que no todos los organismos vivos posen un sistema neuroendocrino y, a pesar de ello, envejecen.

La teoría genético-evolutiva propone que el envejecimiento es la continuación del proceso de desarrollo y diferenciación, tratándose de una secuencia de eventos codificados en el genoma. Esta teoría postula que el envejecimiento es la continuación del proceso de desarrollo y diferenciación, tratándose de una secuencia de eventos codificados en el genoma. Esta teoría postula que el  envejecimiento sería la consecuencia tardia de la expresión de genes seleccionados por la evolución, debido a que aumentan el éxito reproductivo. El poder que favorece la sección de genes beneficiosos se manifiesta más en los jóvenes, ya que éstos son los que se encargan de la reproducción y la transmisión genética, de modo que no tiene en cuenta lo que ocurre con estos genes en la edad madura. Así, un gen que favorezca la producción pero sea perjudicial a largo plazo no será seleccionado para ser eliminado.

Dentro de este grupo de teorías se encuentra la hipótesis del soma disponible, enunciada por kirwood. Según esta teoría, la utilización de energía a lo largo de la vida ha de emplearse preferiblemente para la reproducción, a expresas de los mecanismos  de reparación de los mismos, cuya capacidad se veía pronto rebasada al superar la edad reproductiva.  Esta teoría propone que, entre los principales candidatos que determinan la expectativa de la vida de una especie desde el punto de vista genético, se encuentran aquellos genes que regulan la reparación y el mantenimiento de células somáticas. El estudio de la expresión génica en roedores con envejecimiento revela la experiencia de genes que alteran su expresión conforme avanza la edad, o cuya expresión se ve alterada con intervenciones del tipo de la restricción calórica, que afectan a la velocidad de envejecimiento. No sorprende que la mayoría de estos genes estén involucrados en las rutas de respuesta celular al daño oxidativo.

Según la hipótesis del soma disponible, la selección natural favorece a aquellos genes que actúan en los estadios tempranos de la vida, permitiendo así la producción de la especie frente a aquellos genes que se encargan de preservar las células no germinales o el soma disponible. Por lo tanto, son las líneas somaticas (al contrario que las células germinales) de todos los animales las que declinan y se degeneran con la edad, provocando los cambios fenotípicos que se conocen como envejecimiento.

Algunos científicos piensan que las claves del envejecimiento deben buscarse en el proceso de división celular, idea que conduce a la teoría de los telómeros. Según la hipótesis formada por Olovnkov, el acortamiento de los telómeros en cada uno de los ciclos de división celular es el responsable de la limitación en la proliferación de los cultivos celulares (se trata del denominado límite de Hayflick).

  • Extraído del libro; tratado de la nutrición. (bases biológicas del envejecimiento)

¿Cómo combinar la frutas correctamente?. Mejora sus beneficios

Combinar bien los alimentos no solo nos permite mejorar la digestión, sino también asimilar mejor los nutrientes. El sistema digestivo requiere menos energía y el resultado es que el organismo puede centrarse en otras funciones como reparar células y depurar el cuerpo (como consecuencia, perderemos peso, si nos hace falta). Este ahorro de energía también repercute en el estado de ánimo: nos sentimos menos pesados y cansados después de las comidas y tenemos más energía y vitalidad a lo largo del día.

Las frutas están formadas principalmente de agua y fructuosa (azúcar natural de las frutas)., además de contener aminoácidos, enzimas, minerales, fibra, vitaminas y aceites vegetales.

Algunos beneficios más:

  • Su riqueza en fibra aporta saciedad, reduciendo el apetito.
  • Ayuda a prevenir el estreñimiento, al mejorar el tránsito intestinal.
  • Son depurativas, ayudando a depurar nuestro organismo y desintoxicarlo, favoreciendo la eliminación natural de las toxinas.
  • Previenen algunas enfermedades.
  • Ayudan a retrasar el envejecimiento.
  • Favorece la eliminación del ácido úrico alto y el colesterol alto.

A pesar de ser un alimento de fácil digestión y extraordinariamente nutritivo, la mayoría de las personas no sabe combinar las frutas para poder obtener sus mayores beneficios y no siempre es bien apreciado o acogido por el cuerpo, quizá porque se desconoce su consumo apropiado, el cual es necesario para aprovecharlas al máximo y para que no interfieran en la digestión de otros alimentos como, por ejemplo, el de los lácteos, los cereales o las carnes.

Quizá la mala combinación de las frutas con otros alimentos no se note en en varios meses o años, pero ciertamente obstaculizamos al cuerpo en sus procesos digestivos cuando no sabemos bien como combinar las frutas. Esta es la causa de que el cuerpo, a la larga, se debilite y esté más propenso a enfermedades.

Los siguientes ejemplos y consejos sobre el uso correcto de las frutas en nuestra dieta te asegurarán de obtener todas sus propiedades sin que las frutas interfieran con la digestión, causando los problemas que todos conocemos de inflamación, gases o un malestar abdominal.

No combinarlas con otros alimentos

Lo primero que debes hacer para combinar las frutas de manera adecuada, es tener muy en cuenta que las frutas no deben combinarse con otros alimentos, debido a que el azúcar de las frutas fermenta cualquier otro alimento con el que se les combine. Por ejemplo, si combinamos las proteínas de la carne con alguna fruta, esta causará empacho pues la fruta provocará una descomposición prematura de la carne, lo cual entre otras cosas, causará que la digestión no se haga adecuadamente.

Comer las frutas solas

Lo ideal para aprovechar las máximas cualidades de las frutas es comerlas solas y con el estómago vacío, debido a que la mayoría de las frutas se digieren en bastante rápido.

Combinar las frutas correctamente

Sobre las frutas ácidas

Las frutas ácidas o cítricas sólo lo son antes de consumirse; una vez que se comen, en el cuerpo se vuelven alcalinas (sin acidez) Estas frutas tienen propiedades depurativas excelentes, por lo que se recomienda su consumo por las mañanas, sobre todo en ayunas y sin comer ningún otro alimento, de esta forma limpiaran sangre e intestinos profundamente. Las frutas cítricas, además contienen mucha vitamina C, lo cual ayuda a reforzar el sistema de defensas del cuerpo.

Son las siguientes frutas: piña, fresa, frambuesa, moras, arándanos, limón, naranja, toronja (pomelo), zarzamora, mandarina, uva (variedad),

Sobre las frutas dulces

Son frutas más compatibles entre sí. Desde un punto de vista nutricional son especialmente ricas en vitaminas y minerales. No son compatibles con las frutas neutras ni con las frutas ácidas.

Son las siguientes frutas: Plátano, albaricoque, higo, pasas, sandía, cereza, granada, manzana (variedad), melón, níspero (variedad), papaya, peras.

Sobre las frutas semiácidas

Son frutas especialmente ricas en proteínas de alto valor biológico.

Son las siguientes frutas: fresa, lima, mandarina, mango, malanga, melocotón, ciruela, kiwi, níspero, tejocote, uvas verdes, y tomate.

Frutas neutras

Son las más ricas en nutrientes esenciales para el organismo y la dieta, como vitaminas, minerales, oligoelementos y proteínas.

Son las siguientes frutas: aguacate, almendra, avellana, cacahuete, cacao, castaña, coco, corozo, macadamia, maní y nuez.

Como mezclarlas apropiadamente:

  1. Frutas ácidas con Ácidas y semiácidas
  2. Frutas dulces con dulces y Semidulces

No debes mezclar más de tres frutas a la vez, de manera que no sobrecargues al estómago y puedan digerirse favorablemente las frutas que comas.

Un ejemplo de cómo combinas las frutas apropiadamente

Licuado 1: Un licuado de piña con limón y guayaba
Licuado 2: Un licuado de plátano con pera o papaya
Licuado 3: un licuado de jugo de naranja con fresas

Antinutrientes: Inhibidores de la asimilación de minerales, vitaminas y enzimas. Cómo evitarlos.

En los productos alimentarios de origen vegetal existen componentes intrínsecos que, aunque mayoritariamente se inactivan con el calor, a altas dosis podrían causar intoxicaciones aguda. Entre ellos, se pueden destacar:

-Inhibidores de las proteasas: se encuentran en legumbres y cereales.

-Lectinas o fitohemaglitininas: sustancias proteínas que están contenidas en la soha o alubias. Originan hemaglutinación con anemina.

-Glocósolidos biciógenos (tioglucósidos): se encuentran en las coles, nabos, soja y mosztaza. Al descomponerse forman alilisocinato y 5-viniloxazolidina-2-tina que interfieren en el metabolismo de yodo produciendo bocio.

-Glucósidos cinagénos (linamarina o faseolutina): pueden descomponerse y formar ácido cianhídrico en el organismo, inhibiendo la acción de la citocromooxidasa en el ciclo respiratorio. Los niveles más altos se han detectado en la mandioca o tapioca, asi como en los frutos secos, sorgo, almendras amargas y semillas de melocotón y albaricoque. La tapioca preparada inadecuadamente ha sido asociada a ambliopía y neuropatía atáxica en Nigeria.

-Diversas sustancias carcinogénicas: pertenecen en extractos de setas congeladas.

-Oxalatos (ácido oxálico y oxalato potásico): presentes en espinacas, almendras y té. Normalmente existe suficiente calcio en los alimentos para inmovilizarlos, pero se ha dado casos de intoxicación por su consumo excesivo.

-Alcaloides pirrolizidínicos.

Inhibidores de la tripsina: materias proteicas presentes en la lima y la soja que interfieren el proceso de la digestión humana (hidratos de carbono)

La adulteración del pan con almortas o harina de almortas produce un cuadro clínico conocido como latirismo, debido al ácido B-N-OXALIL-a-B-diamino-propiónico. Se trata de una mielosis funicular con degeneración de la via piramidal y paralisis espástica sin alteraciones sensitivas. No hay tratamiento eficaz, aunque se recomienda el empleo de corticoides y vitaminas del complejo B y E.

La solanina (derivado de la solanidina) y la chaconina son alcaloides de las patatas inmaduras. Están localizadas, sobre todo, en su piel, aumentando con la exposición solar (la patata se torna verde), cuando tiene lugar el brote, por traumas o condiciones de almacenamiento adversas. Originan síntomas gastrointestinales que acompaña de cefaleas, vértigos, alteraciones renales, crisis hemolíticas, etc.

El fabismo está producido por la inhalación del polen o la ingestión de habas o brotes de Vicia fava. El agente causante es un nucleótido denominado vicina. Causa trastornos gastroentéricos, fiebre y sincope sobre lo que se instaura un cuadro de anemia hemolítica con ictericia y esplenomegalia.

La mayoría de las plantas, incluidos muchos cultivos, están equipadas con defensas químicas (tóxicos) para defenderse de plagas de insectos u otros fenómenos y pueden perjudicar  a la salud humana.

Siempre hablamos de los tóxicos que añadimos a los alimentos de forma artificial (pesticidas, metales pesados, alteraciones genéticas, dioxinas, aminas, etc.). Y solemos olvidarnos de los tóxicos o antinutrientes que los alimentos contienen de forma natural.

Se encuentran en los vegetales y  tienen funciones como inhibir la germinación de las semillas antes de tiempo o impedir ser comidos masivamente por animales. Pero cuando nosotros las ingerimos, reducen o impiden la utilización de algún nutriente (proteínas, vitaminas o minerales), ya sea a nivel digestivo o metabólico.

Las proteínas también pueden ser antinutrientes, tales como los inhibidores de proteasas; especialmente de tripsina y de lecitina, encontrados en leguminosas.4Estos inhibidores enzimáticos interfieren con el proceso de digestión.

¿Qué son los antinutrientes?

Podemos definir a un antinutriente como una sustancia que impide la absorción, asimilación o inactiva el efecto de un nutriente, pudiendo ser este una vitamina, un mineral u otro. Así, lo que produce el antinutriente en nuestro organismo es impedir el aprovechamiento de uno o más nutrientes de los alimentos.

Su efecto suele producirse cuando se consume simultáneamente o inmediatamente después a la ingesta del nutriente cuya asimilación afecta y existen diferentes antinutrientes, todos ellos con diferentes características.

Algunos de los antinutrientes más conocidos por nosotros son el ácido fítico, presente en alimentos de origen vegetal y sobre todo en aquellos sin refinar, como pueden ser cereales integrales, salvado de trigo, frutos secos o semillas.

Nada es absolutamente bueno ni absolutamente malo. Debemos conocer la parte positiva y la parte negativa de los alimentos, para saber cómo y cuándo es conveniente su consumo.

Tipos de antinutrientes

Podemos clasificarlos en varios grupos:

  • Taninos, solanina, xantinas, glirricina, lectinas, glucósidos tóxicos.
  • Inhibidores enzimáticos.
  • Antivitaminas.
  • Inhibidores de la asimilación de minerales.
  • Sustancias antitiroideas.

Antinutrientes: antivitaminas

Si un alimento contiene antivitaminas, limitan o inhiben la absorción de vitaminas que estamos ingiriendo en esa comida.

Son antivitaminas:

  • Antibiotina: en la clara del huevo se encuentra la avidina, sustancia que inhibe la absorción de la vitamina biotina (también llamada vitamina H) en el intestino. Esto sólo constituye un problema en el consumo de huevos crudos, ya que calor destruye la avidina.
  • Antitiamina: la absorción de tiamina o vitamina B1 puede verse afectada por la presencia de la enzima tiaminasa I, ya que degrada la vitamina tiamina. Esta enzima tiaminasa se encuentra en pescados, crustáceos y vísceras. Se observan déficits de esta vitamina en poblaciones que consumen mucho pescado crudo, lo cual se evita mediante calor, ya que la cocción destruye la tiaminasa I. El déficit de tiamina da lugar a la enfermedad beri-beri. También interaccionan con la tiamina la enzima tiaminasa II (presente en helechos) y el ácido caféico (que no tiene nada que ver con la cafeína y se encuentra presente en té verde y negro, salvado de trigo, etc).
  • Ácido ascórbico-oxidasa: es una enzima que destruye la vitamina C. La encontramos en pepinos, melocotones, col, calabaza, zanahoria, tomate, patata, etc. Se inactiva fácilmente mediante calor, por ejemplo  mediante el escaldado a 100o durante 1 minuto. A esta técnica se la denomina “blanqueo”, ya que evita el pardeamiento enzimático. ¿Qué hacemos entonces? Consumir alimentos vegetales frescos y también cocidos al vapor, una de las técnicas culinarias que menos nutrientes destruye.
  • Niacinógeno: es una sustancia que evita la absorción de la niacina o vitamina B3.  Se encuentra en el maíz y sólo se inactiva al poner el cereal en remojo con hidróxido cálcico (cal muerta). Curiosamente, éste es un proceso milenario llevado a cabo por las culturas de América Central, que aprendieron a remojar el maíz con cenizas para poderlo limpiar más fácilmente. De este modo, inactivaban también el niacinógeno y evitaban la pelagra, enfermedad por déficit de niacina.

Oxalatos:

El ácido oxálico es un quelante de  minerales como calcio, hierro, magnesio, cobre y cinc: les hace precipitar, por lo que se impide la absorción de estos minerales.

Toleramos cierta cantidad de oxalatos, pero un consumo excesivo puede producir déficits de los minerales citados, cálculos renales y en casos de ingesta elevada se pueden presentar efectos tóxicos (con síntomas como dolor abdominal, gastroenteritis en casos agudos y diarrea, vómitos, alteraciones en la coagulación, en casos más graves). Puede llegar a ser letal en dosis de 5 gr en adultos.

La cantidad de oxalatos que contienen los alimentos es muy variable según la fuente que consultemos (y según la estación del año, variedad de planta, maduración, etc. de la planta sobre la que se hace la medición). Pero a grandes rasgos, estos son los alimentos que contienen oxalatos, en orden de mayor a menor cantidad:

Espinacas, acelgas, perejil, plátano, tomate,  ruibarbo, cacao negro, remolacha, frutos secos, judías, cereales integrales (seguidos por alimentos con menores cantidades como espárragos, brócoli, tomate, higo, frambuesa,  café, coliflor, te, ciruelas, manzanas, etc…).

El ácido oxálico desaparece en su mayor parte al desechar el agua de cocción de estas verduras.

Se recomienda consumir los alimentos en oxalatos alejados de aquellos que aportan calcio como medida de precaución.

Y, por último, comentaros que el ácido oxálico se produce dentro de nuestro organismo cuando se metaboliza la vitamina C, entre otros procesos metabólicos, por ello la ingestión de megadosis de esta vitamina tiene además el inconveniente de la acción desmineralizante de este acido, además de aumentarnos la diuresis.

Se recomienda consumir los alimentos en oxalatos alejados de aquellos que aportan calcio como medida de precaución.

Fitatos:

Se encuentran presentes en la parte fibrosa de muchas plantas, incluidos los cereales localizándose en este caso en las cubiertas externas: el conocido salvado, pero también en la soja. Al igual que los oxalatos, también reducen la biodisponibilidad de minerales, especialmente calcio, hierro y cinc.

Una estrategia alimentaria para contrarrestar en cierta medida el efecto de los fitatos es el consumo de semillas, como por ejemplo el sésamo  -rico en estos minerales- evitando que coincidan en la misma toma los alimentos ricos en fitatos y los que son ricos en minerales como el calcio.

Algunos tipos de fibra no tienen ninguna influencia sobre el calcio, pero hay algunas, como las insolubles (lignina, celulosa y hemicelulosa), presentes por ejemplo en el salvado de trigo, que disminuyen su absorción a nivel intestinal, por los mecanismos anteriormente explicados. La lignina contenida en el salvado de trigo, también tiene un efecto irritante de la mucosa intestinal al “arañar” el intestino en su arrastre. Por lo tanto no es aconsejable abusar de su consumo para tratar el estreñimiento.

El consumo excesivo de alimentos ricos en fibras, probablemente pueda llegar a disminuir la biodisponibilidad del calcio, ya sea porque se unen con este mineral e impiden su absorción y se elimina, o porque al acelerar el tránsito intestinal, reducen el tiempo disponible para ser captado por el organismo.

Alimentos ricos en ácido fítico son: sésamo, alubias, linaza, cebada, salvado de trigo, avena, soja y trigo, donde ronda de los 500 a 1000 mg por 100g y tristemente tampoco se libra el cacao que no deja de ser una semilla. Comparándolos con alimentos como el aguacate (1mg por 100g) o el brecol (18mg en 100g)

La enzima fitasa hidroliza el ácido fítico y lo transforma en inositol y ácido fosfórico anulándose su acción desmineralizante.

La germinación de las semillas aumenta la actividad de la fitasa, reduciéndose la actividad del ácido fítico.

– La fermentación de los productos de panadería reduce la acción del ácido fítico gracias a la fitasa de la harina y de la levadura.

La actividad de la fitasa es máxima a una temperatura entre 45 y 60ºC, pero se inactiva a más de 70ºC, por tanto los procesos de cocción desactivan esta enzima.

No obstante, son tantos los beneficios que aportan las fibras al organismo, que se aconseja su ingesta pero no en forma abusiva.

Pectinas:

Otros tipos de fibra como las pectinas también pueden interferir en la absorción de minerales.

Como podemos ver, una dieta con presencia importante de antinutrientes y con insuficiente cantidad de los nutrientes que pueden afectarse por los mismos, puede dar origen a déficit nutricionales y enfermedades a causa de éstos. Por ello, identificar los antinutrientes y reducir su efecto en la cocina es de gran importancia.

Antinutrientes: inhibidores enzimáticos

Entre los antinutrientes, un grupo muy importante son los inhibidores enzimáticos. Nuestra digestión ocurre gracias a la acción de enzimas, que descomponen los nutrientes en la digestión para que los podamos absorber. Pero hay ciertas sustancias en algunos alimentos que impiden la correcta acción de esas enzimas:

Impiden la proteólisis digestiva (o sea, la descomposición de las proteínas en aminoácidos). Las proteínas deben llegar descompuestas en aminoácidos a nuestro intestino. Si no lo están, estos fragmentos pueden pasar por un intestino demasiado permeable y causar problemas a nuestro sistema inmune o a nuestro riñón. Incluso pueden originar problemas de crecimiento, debido a la baja absorción de proteínas y también porque estos inhibidores hipertrofian el páncreas y estimulan su (esto se puede reconocer por el aumento del nitrógeno fecal).

Normalmente, al cocinar el calor desnaturaliza estos factores y con ello casi todo su efecto inhibidor, aunque suele quedar un valor residual inhibidor del 5-20%. El significado tóxicológico de este efecto residual se desconoce en la actualidad.

Estos inhibidores son:

  • Antitripsinas o inhibidores de proteasas: son sustancias que impiden el uso o metabolismo enzimático de las proteínas. Se encuentran en productos tanto de origen vegetal –leguminosas, patata, batata, cacahuete como animal –leche, calostro, huevo (ovomucoide y ovoinhibidor)-.  El más conocido y destacado es el inhibidor de tripsina, que se encuentra en la soja, judías…
  • Inhibidores de la tripsina y quimotripsina bovina: en la soja se han hallado inhibidores del tipo factor Bowman-Birk y factor de Kunitz. También se han aislado inhibidores similares en judías, cacahuetes, guisantes, lentejas, aunque la actividad de cada uno es diferente.

Anticarbohidrasas

Estas sustancias impiden el uso completo de los hidratos de carbono, porque afectan a las enzimas que hidrolizan (descomponen) los hidratos de carbono.

Estos inhibidores son:

  • Antiamilasas: evitan que asimilemos el almidón. Se encuentran en leguminosas, trigo integral.
  • Antiinvertasas: en patatas y maíz.

Cómo reducir el efecto de los antinutrientes en la cocina

Si bien no siempre podemos hacer algo ante el efecto de los antinutrientes, siempre es importante que llevemos una dieta equilibrada y variada, de manera que cuidemos las fuentes de nutrientes diversos y no nos excedamos con los antinutrientes consumidos. Especial atención deben tener quienes llevan dietas especiales, por ejemplo: vegetarianos.

Pero si bien no siempre podemos reducir el efecto de los antinutrientes en la cocina, en algunos casos podemos actuar para aprovechar mejor los nutrientes del plato, por ejemplo:

  • Cocinar siempre la clara de huevo, pues la cocción inactiva a la avidina, sustancia con efecto de antinutriente.
  • No beber té o café hasta pasadas las dos horas de haber ingerido alimentos ricos en hierrocomo pueden ser las lentejas, garbanzos, carnes, pescados u otros.
  • Remojar y cocinar bien las legumbresque debilitan las saponinas que poseen y reducen el efecto antinutriente que las mismas contienen.
  • Intentar no mezclar oxalatos con alimentos ricos en calcio, por ejemplo: evitar la combinación de sardina rica en calcio con remolacha que tiene el antinutriente, o evitar consumir espinacas con salsa a base de leche, porque el calcio de esta última puede limitarse a causa de los oxalatos del vegetal.
  • No abusar de los alimentos ricos en fitatosu otros antinutrientes si no ingerimos suficientes cantidades de los nutrientes que pueden resultar afectados. Por ejemplo, si no consumimos lácteos en absoluto no abusemos del salvado de trigo que incluso reducirá la absorción del poco calcio que consumimos con otros alimentos.
  • Las legumbres deben cocinarse (recomiendo al vapor) o germinarse, pero mejor nunca crudas: una vez germinadas se recomienda calentar en un salteado ligero (los brotes de soja, de garbanzos) para eliminar los inhibidores que hayan podido quedar.
  • Evitar el consumo de plátanos y mango verde, que contienen antiamilasas.

A modo de curiosidad: unos 200 g de pan integral, contienen fitatos como para inhibir el calcio que contiene un vaso de leche.

Con la cocina podemos reducir el efecto de los antinutrientes con la finalidad de incrementar la proporción de nutrientes presentes en nuestra dieta. Por ello, no olvides prestar atención a estas sustancias y recordar que los métodos de cocción pueden ayudar así como también,  puede ser de ayuda evitar combinaciones de alimentos poco aconsejables para el organismo por mezclar nutriente y su antinutriente en un mismo plato.

 

Aminoácido que ayuda a la formación del colágeno: La Fenilalanina

Se trata de un aminoácido esencial. Si no lo introducimos a través de la dieta, podemos sufrir carencias. Es importante saber que es un elemento que colabora con otras sustancias para realizar su trabajo. Entre otros, el de controlar el apetito, mejorar la capacidad para memorizar y en el alivio del dolor crónico.

Sabemos que la juventud y la fuerza vital dependen directamente del equilibrio de los nutrientes. Este aminoácido actúa como un potente analgésico endógeno. Ayuda  en la producción de importantes sustancias químicas, como la dopamina y la epinefrina. También interviene en la producción de endorfinas.

Algunos beneficios más:

  1. Como analgésico endóngeno fenilalanina tiene propiedades para disminuir el dolor de los músculos. Va bien para la sintomatología de dolor de espalda baja y también para las articulaciones cuando afectan al tendón. (también antiinflamatorio en las enfermedades reumáticas).
  2. Ayuda a la formación de colágeno y elastina.
  3. También está presente en el proceso de producir melanina para el cabello y para la piel, cuando son generados los pigmentos dan color a la piel, así que sus funciones son bastantes amplias en todo el organismo.
  4. Ayuda a controlar el sobrepeso, regulando el metabolismo de grasas y de glucosa
  5. Está asociado a la producción de hormonas como la dopamina, que relaja y activa el sistema de recompensa de nuestro cerebro. También, estimula la memoria a corto y largo plazo y combate las deficiencias entre los neurotransmisores.

Alimentos que aportan fenilalanina

En cantidades adecuadas, la fenilalanina no causa efectos secundarios ni resulta dañina. Como mucho, puede llegar a ser laxante. El problema es cuándo su consumo resulta desmesurado. Suele ocurrir a los atletas cuándo toman muchos complementos deportivos. Muchos alimentos y suplementos contienen este elemento y la suma de varios, puede ser excesiva, adherida a una dieta ya de por sí, rica en proteínas.

  • Huevos
  • Pescados (salmón)
  • Carnes (carne de res, pollo, pavo, hígado,)
  • Algunos cereales (germen de trigo y avena)
  • Algunos frutos secos (almendras, cacahuetes, avellanas)
  • Verduras y hortalizas (espárragos, soja)
  • Algunos lácteos
  • Granos enteros

Pérdida o aumento de la masa ósea.

¿Qué causa la pérdida ósea?

  • A medida que envejece, el cuerpo puede reabsorber calcio y fósforo de los huesos en lugar de conservar estos minerales en ellos. Esto hace que los huesos sean más débiles. Cuando este proceso alcanza una cierta etapa, se le llama osteoporosis.
  • Para las mujeres, la disminución de los estrógenos en el momento de la menopausia es una causa importante de pérdida ósea.
  • Para los hombres, la disminución de la testosterona a medida que envejecen puede causar pérdida ósea.
  • Tomar alcohol. Demasiado alcohol puede dañar sus huesos. También puede ponerlo en riesgo de caerse y romperse un hueso. Fumar. Los hombres y las mujeres que fuman tienen huesos más débiles. Las mujeres que fuman después de la menopausia tienen incluso una mayor probabilidad de sufrir fracturas. Algunos fármacos, consulte con su médico.
  • El bajo peso también se vincula con la pérdida ósea y debilidad ósea.

¿Qué es necesario para tener una buena masa ósea?

  • Tu cuerpo necesita vitamina D, fósforo, vitamina K y calcio, para mantener los huesos en buen estado.
  • Para aumentar la densidad ósea, el ejercicio debe hacer que los músculos ejerzan tensión sobre los huesos. Estos se denominan ejercicios de soporte de peso.
  • Alimentarse adecuadamente, evitar productos procesados, azucarados, etc. Saber escoger alimentos frescos, hortalizas, huevos, semillas, algas, pescados, carnes magras, etc.

Tener huesos fuertes es importante para su salud. La prueba de densidad mineral ósea es la mejor forma de medir la salud de sus huesos.

El tejido óseo se renueva constantemente por la acción coordinada de osteoclastos y osteoblastos. Los osteocitos desempeñan un papel destacado en el inicio del remodelado en un lugar dado del esqueleto. Estos y otras células de estirpe osteoblástica producen diversos mediadores que modulan la diferenciación de los precursores osteoclásticos, paso inicial imprescindible para que comience la resorción.

Diferencia entre Osteoblastos y Osteoclastos

Osteoblastos

Los osteoblastos son las células responsables de la formación y organización de la matriz extracelular del hueso y de su posterior mineralización. Además liberan algunos factores que son probablemente mediadores de la resorción ósea.

Son células cuboides que forman una capa en las superficies de los huesos en crecimiento, o como en el caso de la osificación intramembranosa, rodean áreas de osificación. Parte de su membrana se encuentra en contacto con el borde osteide, llamándose así el área donde está teniendo lugar la calcificación. Como otras células que fabrican activamente proteínas, los osteoblastos tienen abundante retículo endoplásmico rugoso y un área de Golgi muy desarrollada. Se reconocen fácilmente vesículas de pinocitosis cerca de la membrana responsables de la secreción del colágeno.

El principal producto de los osteoblastos maduros es el colágeno de tipo I que constituye el 90% de las proteínas del hueso. Pero, además, producen otras proteínas como la osteocalcina y las proteínas Gla matriciales, y glicoproteínas fosforiladas incluyendo las sialoproteínas I y II, la osteopontina y la osteonectina. Las principales proteínas con actividad enzimática producidas por los osteoblastos son la fosfatasa alcalina y la colagenasa.

Osteoclastos

Las células responsables de resorción (pérdida) de la matriz ósea son los osteclastos, células polinucleadas de gran tamaño que se localizan en las superficies óseas firmemente asociadas a la matriz óseo. Los osteoclastos se forman por la fusión de varias células mononucleares derivadas de una célula madre sanguínea de la médula ósea mostrando muchas propiedades de los macrófagos

Los osteoclastos se caracterizan por disponer de una porción de su membrana «arrugada» ,en forma de cepillo, rodeada de un citoplasma libre de orgánulos, llamada «zona clara» con la que se adhiere a la superficie del hueso mediante integrinas, unos receptores especializados del hueso. El proceso de resorción se inicia cuando el aparato de Golgi de la células excreta lisosomas con enzimas capaces de producir un microambiente ácido por debajo de la membrana arrugada como consecuencia del transporte de protones mediante la bomba de protones ATP-dependiente, el intercambio Na+/H+ y la anhidrasa carbónica. Las enzimas lisosomales de los osteoclastos implicadas en este proceso son cistein-proteasas como la catepsina y sobre todo, la fosfatasa ácida tartrato-resistente (esta última se utiliza como marcador del fenotipo osteoclástico). Las enzimas lisosomales solo son liberadas en la zona clara en las proximidades del borde arrugado produciendose en este área las reacciones de degradación de la matriz que deben producirse antes de que le medio ácido disuelva las sales minerales del hueso.

La resorción osteoclástica depende de una serie de factores reguladores externos como la hormona paratiroidea, la 1,25-dihidroxivitamina D3 y la calcitonina. Otros factores que afectan la funcionalidad de los osteoclastos son los glucocorticoides y las prostaglandinas.

La importancia del estilo de vida y la grasa corporal.

Se puede afirmar que el tipo de alimentación puede influir de manera decisiva  en la acumulación de grasa corporal, al afectar a varios procesos metabólicos involucrados en el almacenamiento de triglicéridos.

La composición de la dieta tiene gran importancia en la regulación de la actividad de las enzimas lipogénicas. Las dietas ricas en hidratos de carbono estimulan la expresión de las principales enzimas involucradas en esta ruta metabólica. Este efecto está mediado por dos factores de transcripción, SREBP y la proteína de unión a elementos de respuesta regulados por hidratos de carbono (ChREBP, carbohydrate response element binding protein), que reconocen determinadas secuencias de nucleótidos en los genes que codifican parte del tejido adiposo, la elevación de las concentraciones de insulina que produce la ingesta de hidratos de carbono estimula la actividad  de la LPL y con ello la entrada de ácidos grasos procedentes de la lipoproteínas y la disponibilidad de glucosa por translocación del transportador GLUT-4. Lo que se traduce a una elevada disponibilidad de glicerol-fosfato. En definitiva, se favorece la acumulación de triglicéridos en dicho tejido. También  influyen en la lipogénesis, pero en sentido contrario, los ácidos grasos instaurados;  éstos disminuyen la expresión de los genes que codifican las enzimas lipogénicas.

La relación con los micronutrientes, estudios realizados en animales así como estudios epidemiológicos y de intervención en seres humanos han puesto de manifiesto una relación inversa entre la ingesta de calcio y la adiposidad. Esto se debe a que una ingesta elevada de calcio favorece concentraciones intracelulares de calcio más bajas debido a una disminución de las concentraciones plasmáticas de vitamina D. Como consecuencia de ello se produce una disminución de la lipogénesis y un aumento de la lipólisis.

El perfil lipídico de la dieta influye de manera notoria en la composición en ácidos grasos de los fosfolípidos de la membrana plasmática de los adipocitos.

Además de la alimentación, otro de los aspectos importantes del estilo de vida de la población es la actividad física.

Diversos estudios llevados a cabo en seres humanos han puesto de manifiesto  que la práctica de ejercicios físico incrementa la capacidad lipolítica del tejido adiposo. Algunos estudios proponen  que el ejercicio físico incrementa la expresión LSH. Sin embargo, otros estudios se afirma que este efecto se debe a una reducción del número de receptores a2- adrenérgicos antilipolíticos y un aumento del número y/o de la afinidad de los receptores ß-adrenérgicos, que son los que estimulan la lipolisis, sin cambios en otros puntos de la cascada lipolítica.

¿El cerebro solo se “alimenta” de “azúcar”?

Normalmente, el cerebro utiliza glucosa, pero en un ayuno prolongado o durante el período neonatal, el cerebro se adapta al consumo de cuerpos cetónicos.

Durante el ayuno prolongado, como el que ocurre inmediatamente tras el nacimiento, se produce hipoglucemia como consecuencia del agotamiento del glucógeno, en los prematuros y recién nacidos pequeños para la edad de gestación, cuyas reservas de glucógeno son menores, la hipoglucemia puede ser fatal. Por ello, se movilizan ácidos grasos del tejido adiposo, que sustituyen a la glucosa en todos los tejidos capaces de utilizarlos. Éste no es el caso del cerebro, que no puede utilizar  los ácidos grasos por carecer del equipo enzimático necesario.

El cerebro puede utilizar los cuerpos cetónicos como fuente energética sustituidora de glucosa. El cerebro del neonato posee una enzima excusiva capaz de utilizar acetoacetato con considerable ahorro de energía. La acetoacetil-CoA sintetasa citoplasmática permite utilizar el acetoacetato sin necesidad de recurrir a las enzimas mitocondriales que requieren el doble de ATP. Por otra parte, al ser citoplasmática se ahorra el gasto del trasporte de acetilos para la utilización en los procesos biosintéticos. Ningun otro tejido posee esta capacidad. En el cerebro del adulto la cantidad de enzima se reduce llegando a ser insignificante.