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Hábitos que causan desequilibrios hormonales

  • Tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3): Producidas por la glándula tiroides. En la etapa de la niñez y la adolescencia, promueven el crecimiento y la maduración del sistema nervioso central y durante la etapa adulta regulan el metabolismo conjuntamente con la insulina.
  • Insulina: Su función principal es regular los niveles de glucosa en la sangre, contrarrestando la acción de hormonas generadoras de hiperglucemia.
  • Progesterona, testosterona y estrógenos: Son las hormonas sexuales, encargadas de la fertilidad y cambios físicos tanto en hembras como en varones.
  • Adrenalina y cortisol: Conocidas como las hormonas del estrés. Son producidas en momentos de peligro para nuestro cuerpo, generando taquicardias, pensamientos y acciones de huida, dándonos a su vez una sensación de energía.
  • Serotonina y endorfinas: Conocidas como “las hormonas de la felicidad”, nos aportan bienestar. La primera nos da la sensación de sentirnos importantes y nos aleja de la depresión, la cual es la principal causa mundial de discapacidad según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el caso de las endorfinas, potencian la socialización y la tolerancia al dolor ante estímulos dolorosos. El ejercicio físico nos ayuda a producirlas naturalmente.
  • Melatonina: Llamada también la “hormona del sueño”, es estimulada por la oscuridad e inhibida por la luz. Está vinculada con las funciones de nuestro cuerpo durante el día y durante la noche. Se dice que esta hormona controla nuestro reloj biológico.

El exceso o disminución en la producción de estas y otras hormonas puede causar síntomas y signos desagradables que nos alertan que algo anda mal en nuestro organismo. Aquí enumeramos algunas causas de estos desequilibrios hormonales:

1. Estrés como desencadenante de desequilibrios hormonales.

El factor estrés prolongado puede suprimir la función de las glándulas adrenales, bajando así los niveles de cortisol. Esto provoca sensación de debilidad y cansancio en las primeras horas del día, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones y hasta depresión.

Altos niveles de estrés también provocan ansiedad y esta, junto a la depresión, requieren atención psiquiátrica para ser tratadas. Aunado a ello, el estrés podría disminuir el apetito. Como resultado, nuestro cuerpo no recibe los nutrientes diarios necesarios y aparecen los desequilibrios hormonales.

2. Alimentación y ejercicio.

Nuestra forma de alimentarnos repercute de forma directa en el equilibrio hormonal. Cuando esa alimentación es deficiente, pobre en aminoácidos esenciales y en ácidos grasos esenciales, el cuerpo toma cuenta de ello reflejándose de forma directa en la estabilidad hormonal. Acciones como las de no desayunar, comer en exceso grasas de origen animal o no practicar algún tipo de ejercicio alteran ese equilibrio. 

Consejo: Una alimentación basada en verduras y hortalizas (al menos el 50% de lo que comemos cada día), con 2-3 o más frutas al día, suficientes proteínas y grasas saludables y limitado los cereales (sobre todo refinados) y tubérculos a un máximo del 25% es la mejor manera de cuidar de nuestra salud hormonal y que nuestro organismo funcione de manera óptima.

Los alimentos ultraprocesados son una combinación nefasta de azúcar, harinas refinadas, grasas malas y sal con un efecto nocivo en nuestra salud

Realizar ejercicio de forma regular, ejercicios aerobicos y anaeróbicos.

3. Anticonceptivos orales y medicamentos con hormonas.

Los anticonceptivos y otros medicamentos con hormonas son usados para tratar algunas dolencias. El problema es que pueden traer como consecuencia un alteraciones en el organismo debido al aumento inducido de los niveles normales de ciertas hormonas específicas, según sea la ingesta.

Si estos medicamentos son consumidos en exceso con respecto a su dosis recomendada, se desencadenarán problemas hormonales. Por ello es muy importante que sean indicados exclusivamente por un especialista que mantenga un control mensual de lo que pasa con tu cuerpo durante el tratamiento.

4. Menopausia.

En esta fase de la vida de la mujer es muy frecuente un desequilibrio hormonal. La razón de ello es que los niveles de las hormonas sexuales varían de tal manera que el cuerpo debe adaptarse a su nuevo cambio.

Esta adaptación sucede, muchas veces, con la ayuda de hormonas indicadas por el médico. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas o molestias de la menopausia para hacerla más llevadera.

5. Factores externos.

Exponerse durante mucho tiempo a las radiaciones de equipos como computadoras, teléfonos celulares y televisores afecta la producción de hormonas específicas, provocando alteraciones en el organismo. Una mala alimentación y pocas horas de sueño diarias también influyen.

El consumo de algunas sustancias nocivas para la salud también podría ocasionar desequilibrios hormonales. Estas sustancias son, en su mayoría, las drogas, tabaco y alcohol.

Aunque las mujeres son el grupo de mayor incidencia de problemas hormonales, cabe destacar que los hombres también pueden sufrir de desequilibrio hormonal. Esto les ocurre durante el período de andropausia, el homólogo a la menopausia en la mujer. En la etapa adulta sus niveles de testosterona comienzan a disminuir y esto refleja en:

  • Disminución del deseo sexual
  • Baja producción de espermatozoides
  • Pérdida de masa muscular y ósea
  • Aumento de grasa corporal
  • Falta de concentración
  • Insomnio
  • Depresión

Si bien no todos se ven afectados por los síntomas, es importante acudir a un médico especialista al experimentar cambios en nuestro cuerpo y en nuestro estado de ánimo sin causas aparentes.

Podemos llevar una vida plena durante todas sus etapas, siempre y cuando busquemos ayuda con las personas cualificadas en el momento en que lo necesitemos.

Semillas de cáñamo, más que una semilla.

Las semillas de cáñamo proceden de la planta Cannabis Sativa, pero no te asustes, las semillas de cáñamo no contienen ningún elemento ni sustancia narcótica.

Una de las características más importantes de las semillas de cáñamo es que contienen proteínas de alto valor biológico, gran capacidad de absorción y fácil digestibilidad. Las proteínas de las semillas de cáñamo contienen todos los aminoácidos esenciales y, por ello, son una fuente de proteína vegetal tan excelente como la controvertida soja, incluso mejor, pues no da ningún tipo de alergia y además no requiere pesticidas en su producción (al contrario que la soja, prácticamente transgénica en todo el mundo).

Ácidos grasos esenciales

Otra de las llamativas características de las semillas de cáñamo es su acertada proporción de ácidos grasos esenciales: 3 partes de Omega 3 por 1 de Omega 6. Como sabréis, los ácidos grasos esenciales actúan como antiinflamatorios, protegen las membranas celulares y son esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro.

Hidratos de carbono.

Digamos que los que contienen son de  absorción lenta, además  si se comen enteras (con cascará) son ricas en fibra, de la cual un 20 % es fibra soluble y un 80 % es fibra insoluble.

Por un lado, la fibra soluble forma una especie de sustancia gelatinosa en el intestino que sirve de alimento a la flora intestinal, disminuye los picos de glucosa en sangre y estabiliza los niveles de colesterol.

Por otro lado, la fibra insoluble añade volumen a las heces, favorece el paso de los alimentos y los desechos a través del intestino y reduce el riesgo de sufrir diabetes.

Rica en vitaminas y minerales: Manganeso: 5 veces la CDR. Vitamina E: casi 3 veces la CDR. Magnesio: casi 3 veces la CDR. Fósforo: 145 % de la CDR. Zinc: 120 % de la CDR. Hierro: 77 % de la CDR. Fibra: 7 g – 28 % de la CDR.

Algunos beneficios que no conocías:

Alivian los síntomas del síndrome premenstrual y la menopausia

Las semillas de cáñamo contienen ácido gamma-linoleico (GLA), un ácido graso que produce una sustancia llamada prostaglandina E1 que reduce los efectos de la prolactina.

De acuerdo con un estudio, tomar un gramo diario de ácidos grasos esenciales, incluidos 210 mg de GLA, disminuye significativamente los síntomas del SPM

Se cree tambien que el GLA presente en las semillas de cáñamo también puede regular los desequilibrios hormonales y la inflamación asociados a la menopausia.

Tanto las semillas de cáñamo como el aceite obtenido de ellas son mucho más ricos en vitamina E que el germen de trigo. Las propiedades antioxidantes de las semillas de cáñamo hacen su consumo recomendable en caso de enfermedades degenerativas lentas como la artrosis.

Mejoran los trastornos cutáneos

Al ser ricas en ácidos grasos esenciales, pueden influir positivamente en los síntomas de eccemas, como el picor o el dolor.

Reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares

Estas semillas son ricas en un arginina, un aminoácido que nuestro organismo utiliza para elaborar óxido nítrico.

¿Qué es el óxido nítrico?

Es una molécula de gas que estimula la dilatación y relajación de los vasos sanguíneos, lo que se traduce en una reducción de la presión arterial y un menor riesgo de enfermedades cardiacas .

En un amplio estudio realizado a más de 13 000 personas, el aumento del consumo de arginina causó una reducción en los niveles de proteína C reactiva, un marcador de inflamación asociado a las enfermedades cardiovasculares.

En segundo lugar:

El ácido gamma-linoleico presente en las semillas de cáñamo se ha relacionado con una disminución de la inflamación y, por lo tanto, un menor riesgo de enfermedades cardiacas.

En tercer lugar:

Diversos estudios en animales han revelado que el aceite y las semillas de cáñamo favorecen la disminución de la presión arterial y el riesgo de formación de coágulos.

¿COMO TOMAR LAS SEMILLAS DE CÁÑAMO?

Se recomienda el consumo de Cáñamo tanto a jóvenes o mayores con sobreesfuerzos físicos o intelectuales (duros trabajos, estudiantes, amas de casa, deportistas, culturistas,…), personas convalecientes o en estado de recuperación, mujeres embarazadas o lactantes (muy importante para el buen desarrollo físico y cerebral del bebé), personas que deseen perder peso, etc.

Sus derivados pueden ser consumidos por celiacos ya que no contienen gluten. O tan solo personas que deseen llevar una dieta más saludable.

Las semillas de cáñamo se pueden consumir de muchas maneras: enteras, molidas, germinadas o en forma de aceite.  Se pueden  añadir  en batidos, zumos, cremas, ensaladas, sopas…