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Perder peso con fuerza.

Tradicionalmente se ha entendido que para perder peso lo mejor es el trabajo aeróbico a baja intensidad y hacer dieta muy hipocalórica, sin embargo, cada vez más las últimas investigaciones y observaciones empíricas nos demuestran que una alternativa eficaz y, quizás mucho más interesante y motivante, para conseguir quemar grasa, viene determinada por los criterios opuestos, aplicar un entrenamiento de fuerza intenso y con una diata adaptada

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Algunos sistemas de entrenamiento como el tradicional y más extendidos de realizar un elevado trabajo cardiovascular y cuidar la alimentación funcionan. Sin embargo, a largo plazo el sistema músculo esquelético se ve alterado, comienzan a aparecer sobrecargas, desequilibrios musculares y la masa muscular termina perdiendo tono. A todo esto, como he desarrollado anteriormente, podemos añadir el riesgo de entrar en un proceso de descenso del ritmo metabólico por una elevada carga de entrenamiento, deficiente alimentación o por la combinación de ambas. Todo esto hará que al final nuestro organismo se vuelva ahorrador, costándole más trabajo perder esa última capa de grasa que se resiste a ser eliminada.

Muchas personas me preguntan acerca de si entrenamiento, desde casos en los que se quedan estancados, hasta personas que cada vez comemos y entrenan más sin conseguir el objetivo de seguir perdiendo grasa. Cada vez estoy más convencida de que tarde o temprano se necesita un cambio en el tipo de entrenamiento y la solución está en el trabajo de la fuerza.

Beneficios del trabajo de musculación:

  • Ayuda a la masa ósea: Numerosos estudios demuestran la capacidad del entrenamiento de fuerza para aumentar la masa ósea, especialmente masa ósea espinal. Según Keeton, un estudio de investigación realizado en la Universidad MacMaster de Ontario, Canadá, hallaron que un programa de entrenamiento en fuerza de un año de duración aumentaba la masa de columna vertebral de mujeres postmenopáusicas en un nueve por ciento. Más aún, las mujeres que no participaron en el programa de entrenamiento de fuerza experimentaron una reducción en la densidad ósea.
  • Aumenta el gasto de calorías, al incrementar la masa muscular se eleva el metabolismo basal y el cuerpo quema más calorías, aún estando en reposo.
  • Previene lesiones, ya que unos músculos fuertes y desarrollados no sólo protegen a las articulaciones, sino que ejecutan de mejor manera cada movimiento evitando molestias por malas posturas, y resisten en mayor medida trabajos intensos, lo cual reduce el peligro de ciertas sobrecargas.
  • Mejora la apariencia física, porque no sólo favorece la correcta postura corporal sino que tonifica evitando flaccidez y ubica de mejor manera cada uno de los músculos, que al estar firmes, mantienen su posición adecuada.
  • Amortigua los cambios del envejecimiento en donde, típicamente, se pierde masa magra y junto a esta, se degrada la funcionalidad del individuo a medida que aumenta la grasa corporal. Por esa misma razón, reduce las probabilidades de aumentar de peso con el paso de los años.
  • Favorece el rendimiento deportivo. Se ha demostrado en estudios al respecto que el entrenamiento de fuerza optimiza el rendimiento de los atletas de resistencia al mejorar la mecánica de los movimientos y al incrementar la fuerza que se aplica en cada despegue del piso.