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Ginseng, un ansiolítico natural

¿Qué es?

El ginseng americano (Panax quinquefolis) es una hierba que crece principalmente en America del Norte. 

Existen varias especies de ginseng y cada una de ellas tiene propiedades diferentes.

El ginseng ayuda a mejorar nuestras capacidades físicas y mentales, algo muy útil en situaciones de sobrecarga y cuando hemos de hacer frente al estrés de una forma más efectiva.

El ginseng americano es el más adecuado para combatir el estrés, ya que el asiático tiene efectos estimulantes que son más aptos para los estados depresivos.

A esta maravillosa hierba se le considera un “adaptógeno”, es decir, una sustancia que ayuda a la mente a soportar la presión. También tiene efectos positivos sobre las habilidades intelectuales.

Otros beneficios:

  • Estimula las funciones inmunitarias y prevenir infecciones víricas y bacterianas.
  • Aumenta el libido.
  • Regular los niveles de glucosa en sangre y favorece el sistema circulatorio.
  • Mejora la digestión: esta variedad ayuda en el aparato digestivo favoreciendo una buena digestión
  • Vitaminas y minerales: vitaminas C, B, C, B7, B3, B2, B5

Recomendaciones para su consumirlo

La  dosis debe de ser controlada, no se deben tomarse más de 2 gramos de ginseng al día, ni debe consumirse durante periodos de tiempos muy largos (más de 6 meses) ya que el cuerpo se puede acostumbrar a ésta sustancia y luego no ser tan eficaz u otros problemas relacionados.


Principios inmediatos

Las Vitaminas

frutas-y-verdurasLas vitaminas son un grupo de sustancias de naturaleza orgánica que están presentes en pequeñas cantidades en los alimentos, y que son imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos. No aportan energía y por lo tanto no producen calorías, ya que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no tiene la capacidad de aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por los
alimentos o nutrientes.

Tienen la importante misión de facilitar la transformación en energía que siguen los substratos a través de las vías metabólicas, que intervienen como catalizador en las reacciones bioquímicas.

Por el torrente sanguíneo llegan al interior de las células, y se utilizan como precursoras
de las coenzimas, a partir de las cuales se elaboran las miles de enzimas que regulan
las reacciones de las que viven las células.

Un aumento de las necesidades biológicas requiere un incremento de estas sustancias, como sucede en determinadas etapas de la infancia, el embarazo, la lactancia y durante la tercera edad. Por el mismo motivo, hoy todo el mundo reconoce que tanto los deportistas o quienes practican una actividad física intensa requieren un mayor aporte vitamínico por el incremento en el esfuerzo físico. También el consumo de tabaco, alcohol o drogas en general y el abuso de café o té provocan un mayor gasto de algunas vitaminas, por lo que en estos casos es necesario un aporte suplementario.

Aunque las necesidades orgánicas sean de miligramos o incluso microgramos, son nutrientes esenciales, puesto que no podemos sintetizarlas, por lo tanto debemos ingerirlas obligatoriamente con la alimentación. Una excepción es la vitamina D, que se puede formar en la piel con la exposición al sol, y las vitaminas K, B1, B12 y ácido fólico, que se forman en pequeñas cantidades en la flora intestinal.

La dieta debe ser equilibrada y abundante en productos frescos y naturales, para disponer
de todas las vitaminas necesarias, privilegiando más los alimentos de fuerte densidad nutricional, como las legumbres, cereales y frutas, sobre los meramente calóricos. Otro aspecto importante a valorar es la conservación y cocción de los alimentos, ya que se producen pérdidas vitamínicas inevitables, puesto que el agua, el calor y el tiempo disminuyen el nivel vitamínico de los alimentos por una oxidación acelerada.
Algunas personas, o ciertos grupos, cuentan con carencias vitamínicas sistemáticas. Dentro de estos grupos de riesgo están las personas que realizan una restricción calórica permanente al tiempo que desarrollan mucho ejercicio, como son las gimnastas o bailarinas, personas muy preocupadas con su figura que realizan regímenes muy desequilibrados en su contenido, consumidores de comidas rápidas o enlatadas por razones laborales o por vivir solos, también los vegetarianos, ya que tendrían carencias de las vitaminas contenidas en los productos cárnicos y lácteos.
El criterio más común para clasificarlas es el de su solubilidad, atendiendo a ello, las dividimos en dos grandes grupos:

  • Solubles en agua o hidrosolubles.
  • Solubles en grasas y aceites o liposolubles.

vitaminas