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LA GRAN MENTIRA DEL AZÚCAR

Buscando en Internet la frase “beneficios del azúcar” se pueden leer todo tipo de disparates, engaños, afirmaciones estrambóticas, algunas de las cuales le voy a resumir antes de nada para que tenga bien claro que son falsas.

La siguiente lista de afirmaciones es absolutamente falsa y carente de rigor científico alguno:

1. El azúcar es fundamental para nutrir el sistema nervioso: Falso, no hay ningún nutriente en el azúcar, sólo energía.

2. El azúcar tiene un efecto tranquilizante en el sistema nervioso, calma la ansiedad e induce al sueño: Falso, en realidad actúa justo al revés.

3. El azúcar contribuye a la concentración y evita el fracaso escolar: Más bien al contrario, evita que podamos concentrarnos y contribuye a diversas patologías asociadas con el fracaso escolar.

4. Las dietas que restringen el azúcar pueden provocar estados de ansiedad y estados depresivos: Falso, no es la dieta la que puede generar cierta ansiedad, sino el síndrome de abstinencia del azúcar que puede aparecer los primeros días e limitación de su consumo, dado que como pronto veremos, se trata de una “droga”.

5. Es imprescindible ingerir azúcar a diario: Mentira. No es esencial. No se me ocurre un alimento del que podamos prescindir con mayor seguridad para nuestra salud.

6. Necesitamos ingerir azúcar porque es el alimento del cerebro: Falso. El cerebro se puede alimentar de glucosa y de otras sustancias que el organismo puede sintetizar a partir de muchos alimentos. No es necesario consumir azúcar para alimentar el cerebro, entre otras cosas porque nuestro organismo puede producir la glucosa que el cerebro necesita a partir de la gluconeogenesis en el hígado. Si necesitásemos ingerir azúcar o concretamente glucosa para alimentar el cerebro nos habríamos extinguido hace muchísimo tiempo, o nos habríamos convertido en vegetales sin cerebro.

7. Las neuronas sólo pueden alimentarse de azúcar: Falso. Las neuronas funcionan en base a neurotransmisores, mayoritariamente proteínas y están cubiertas por grasa. Podemos discutir acerca de la energía que necesita el cerebro, pero no sobre los nutrientes que necesita, que son las proteínas y las grasas.

8. Restringir el consumo de azúcar puede desembocar en bulimia o anorexia: Esto, que lo he leído en un muy famoso blog de nutrición, es una aberración. En todo caso, los desórdenes psicológicos vendrán potenciados por el consumo de una droga, no por su abstinencia.

9. El azúcar fortalece el sistema inmunológico: Esto lo he leído en una página financiada por una azucarera. Al contrario, empeora el sistema inmunitario…

Ahora me diréis, pero Laura no todos los azucares son iguales, están los complejos que no dan ese pico de insulina y tiene mas nutrientes, fibras, etc. Si, pero de forma controlada, de que sirve comerte un plato enorme de pasta integral si luego la carga glucémica seria alta y luego la inflamación que podría acarrear…  Sin duda prefiero una alimentación alta en grasas y proteínas de calidad y controladas en hidratos de carbono. Veo muy aconsejable ingerir verduras y no tanta fruta (fructosa)

La importancia de los macronutrientes para el sistema inmune.

La relación existente entre el estado nutricional de una persona y su resistencia a padecer infecciones es un hecho ya conocido desde 1846 en que Simon determinó que los niños malnutridos presentaban una atrofia linfoide con el consiguiente deterioro del sistema inmune que no podía defender al organismo del ataque de patógenos. Sin embargo, es mucho más reciente el descubrimiento de biomarcadores y de algunos de los mecanismos que
pueden explicar el papel más específico de los nutrientes sobre la función inmune. Los resultados epidemiológicos y clínicos sugieren que cualquier deficiencia nutricional altera la inmunocompetencia e incrementa la susceptibilidad a padecer infecciones. De este modo, cualquier alteración en las defensas del individuo puede hacer sospechar de la existencia de una situación de malnutrición de mayor o menor gravedad o de algún tipo de deficiencia nutricional. El hecho de que el sistema inmune dependa de la disponibilidad de nutrientes se puede explicar por dos motivos:


a) la necesidad de sintetizar nuevas moléculas durante el desarrollo de las respuestas inmunes (por ejemplo, los aminoácidos son necesarios para la síntesis de proteínas de fase aguda) y,
b) por su utilización en los fenómenos de división y diferenciación celular que ocurren durante la expansión clonal que da lugar al ejército de células que atacan y eliminan el agente invasor.


No obstante, hay que tener en cuenta que los nutrientes no sólo influyen sobre los mecanismos encargados de defender a nuestro organismo de los patógenos que causan las enfermedades infecciosas, sino que otras funciones en las que está implicado el sistema inmune, pueden alterarse por desequilibrios en los niveles de nutrientes o causas relacionadas con la nutrición.

Carbohidratos
Estos macronutrientes son fundamentales en la dieta por ejercer entre otras funciones, la de ser la fuente de energía más importante del organismo.
A nivel inmunológico, estos nutrientes juegan un papel fundamental en la respuesta inmune celular. Es de destacar el hecho de que todas las inmunoglobulinas (Ig) y muchos factores del complemento se encuentran glicosilados (unidos a un carbohidrato). De hecho, las cadenas de carbohidratos (CH) unidas a las proteínas cumplen varias funciones importantes, como son las de proteger a los péptidos de la acción de las proteasas y orientar la ubicación de
la sustancia extraña o del antígeno peptídico en la sinapsis inmunológica.

Nota: Mejor elegir carbohidratos sin modificar, por ejemplo copos de avena, arroz, trigo sarraceno en vez de galletas, dulces etc.

Grasa                                                            
La grasa es importante por su capacidad de modificar la composición de membranas celulares, en función del tipo de ácidos grasos presentes en la grasa dietética. Se aconseja el consumo de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) n-3 en enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide y en prevención de enfermedades cardiovasculares. El ácido araquidónico produce un aumento en los mediadores inflamatorios, y a través de éstos, regula la actividad de células inflamatorias, la producción de citoquinas y el equilibrio de las subpoblaciones linfocitarias. Se considera que, en general, los AGPI
n-3 actúan como antagonistas del ácido araquidónico. Tales efectos inducidos por este tipo de ácidos grasos, pueden ser utilizados como terapia en la
inflamación aguda y crónica, así como en enfermedades que impliquen una sobreactivación inapropiada de las respuestas inmunitarias, en general en patologías de etiología autoinmune.

Nota: Recomiendo elegir grasas sin refinar ni modificadas, por ejemplo aceite de coco, aceite de oliva, aguacates, nueces, etc.


Proteína
El tipo (calidad) y la cantidad de la proteína en la dieta pueden modificar la respuesta inmune. Una deficiencia proteica origina alteraciones en la génesis de anticuerpos, dando lugar a una disminución de los niveles séricos de inmunoglobulinas, además de un deterioro de la función tímica y la formación de linfocitos, así como una disminución de la respuesta al test de hipersensibilidad retardada cutánea.

Nota: Elegir protienas de calidad por ejemplo; pescados frescos, huevos, proteina de cáñamo, suero de leche, etc en vez de embutidos, carne procesada, etc.