La música y los estímulos.
La música es un método infalible de relajación. Pitagóras, Aristóteles y Platón ya creían que la música puede incluir física y mentalmente, que aumenta el bienestar social y que mejora la calidad de vida.
Escuchar música a diario reduce el dolor crónico hasta un 21% pues liberamos endorfinas que actúan como analgésicos.
Media hora a la semana reduce considerablemente los niveles de estés y ansiedad.
La música con ritmo fuerte hace la concentración permanezca más aguda y los pensamientos más alertas.
Aumenta el rendimiento. Elimina la sensación de fatiga durante el entrenamiento y actúa como estimulante.
Puede mejorar la fuerza ya que algunos tipos de canciones activan la adrenalina y hacen que estemos «alerta»
Aumenta el optimismo al trasladarnos a un estado de ánimo mucho más positivo, aumenta la autoestima y la confianza en nosotros mismos.
La música suave mejora la capacidad de concentración y la calma. También facilita al sueño ya que regaja.
Refuerza la salud, ya que ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial (bandas sonoras por ejemplo)
Escoge los sonidos que mejor te hagan sentir y no dejes de soñar, porque la música te acompaña en el el camino hacia tus metas.