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Amenorrea o ausencia de la menstruación en mujeres deportistas.

La presencia de ciclos normales con una ciclicidad de entre 21 a 35 días, tienen que ver con una estrecha interacción entre los sistemas endocrino y reproductor.

La amenorrea se define como la ausencia de la menstruación, pero para ser considera un trastorno, esta ausencia debe mantenerse en el tiempo. No existe un acuerdo entre los diferentes médicos a la hora de establecer el tiempo a partir del cual se puede considerar patológico, unos hablan de 3 meses, otros de 6…

El ejercicio físico intenso, puede suprimir los ciclos menstruales en muchas mujeres, principalmente en aquellas que practican deportes de resistencia, pero siempre depende de la intensidad de la actividad.

Normalmente al disminuir la actividad o en los periodos de descanso suele restaurarse el ciclo menstrual normal siempre y cuando aumente el peso corporal y el porcentaje de grasa. Normalmente no se ve afectada la fertilidad.

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La amenorrea puede ser primaria o secundaria.

Amenorrea Primaria es cuando la niña no ha presentado aún su primera menstruación o menarca, pero sí están presentes las características sexuales secundarias a la edad de 16 años.

Amenorrea Secundaria es la pérdida de la menstruación por tres o más ciclos consecutivos en una mujer que ya ha tenido su menarca, o tener menos de tres períodos al año.

Se estima que entre el 2% y el 5% de las mujeres en edad reproductiva, que no están embarazadas o amamantando, experimenta algún tipo de amenorrea secundaria.

Estudios realizados al respecto informan que entre un 1% y un 44% de las mujeres atletas experimenta amenorrea en un momento dado. La razón de esta variabilidad tan amplia que presentan los estudios realizados reside, probablemente, en la definición de amenorrea utilizada y en las diferentes subpoblaciones de atletas que han sido estudiadas. Las deportistas adolescentes están más predispuestas a la amenorrea debido a la maduración incompleta del eje hipotálamo hipofisario gonadal.

El control del ciclo menstrual normal yace en el eje hipotálamo-hipofisario gonadal. La secreción pulsátil de hormona liberadora de gonadotrofinas (GnRH) por el hipotálamo, estimula la producción y secreción de la hormona luteinizante(LH) y folículoestimulante(FSH) por la hipófisis anterior, que a su turno estimulan al ovario para la producción de estradiol y progesterona y la ovulación en la mitad del ciclo.

La amenorrea asociada a la Triada del Atletismo Femenino es conocida como “amenorrea hipotalámica , lo que refleja un trastorno de la descarga pulsátil de GnRH por el hipotálamo, con la consiguiente disminución de la secreción de LH y FSH. La disminución en la secreción de LH conduce a una disminución de los estrógenos por falta de estimulación ovárica, en un ovario, por otro lado indemne.

Para explicar este fenómeno se han postulado diversos mecanismos, así parece ser que la amenorrea deportiva refleja un trastorno de la descarga pulsátil de la GnRH por el hipotálamo. Hay un aumento de los opioides endógenos, los que actuando a nivel de la eminencia media del hipotálamo inhiben la descarga de GnRH, así como la corticotrofina (CRF) ha sido señalada, también, como posible inhibidora de la producción de LH vía GnRH.

La melatonina y la dopamina, que aumentan con el ejercicio aeróbico pueden, también, disminuir la secreción de GnRH, lo mismo que el hipercortisolismo. La prolactina también, experimenta un aumento transitorio durante el ejercicio intenso, lo que podría provocar la impregnación prolactínica del ovario en maduración, efecto suficiente para retardar aún más la maduración del ovario adolescente por el efecto de la gonadotropina hipofisaria FSH.

Esto puede condicionar un retardo en la menarca o provocar una amenorrea transitoria, semejante a lo que ocurre en la madre que amamanta. Recientemente, luego del descubrimiento de la Leptina, una proteína secretada por los adipositos y de acuerdo a las últimas publicaciones, muy probablemente esta hormona se exprese, también, en las células trofoblásticas, en el amnios y en el cerebro, se ha relacionado potencialmente como partícipe en la amenorrea atlética. Es una hormona involucrada en la saciedad y en el incremento del gasto de energía. Esta hormona tiene una estrecha relación con la iniciación de la maduración sexual y el progreso de los eventos puberales, así como con la fertilidad femenina. Sus niveles plasmáticos están relacionados con el porcentaje de grasa corporal y con el índice de masa corporal (IMC o BMI). Su disminución es causante de amenorrea. La disminución del grado de adiposidad menor del 15% y del nivel de leptina plasmática menor de 3 ng por ml en mujeres jóvenes, la función reproductiva se deteriora significativamente por el estado deficiente de nutrición.

En estudios efectuados en mujeres atletas con alto rendimiento se comprobó que los niveles plasmáticos de leptina se encuentran significativamente disminuidos en relación a los controles. En las atletas con amenorrea no se observó la elevación nocturna de los niveles de la hormona, como ocurre normalmente.

En las bailarinas de ballet con grasa corporal francamente disminuida se comprobó interrupción en la ovulación.

Han sugerido que por cada año de entrenamiento de alta intensidad antes de la menarca ésta se retrasa en 5 meses. Existe, de acuerdo a esta autora y en nuestra propia experiencia un porcentaje crítico de grasa corporal por debajo del cual no hay menstruación.

Existen muchas controversias respecto de este tema. Actualmente se está poniendo énfasis en la investigación sobre la responsabilidad que le cabe en la amenorrea atlética al estrés debido al ejercicio y a la disponibilidad energética.

La nutrición un factor clave.

Es muy importante valorar los aspectos nutricionales ya que, en la mayoría de los casos, son el principal factor desencadenante de la tríada, por este motivo se debe hacer un interrogatorio alimentario completo del consumo diario de alimentos.

La dieta que siga la deportista siempre tiene que ser preinscrita por un profesional y se ajustará a sus necesidades personales, teniendo en cuenta las características de la deportista así como el tipo de deporte. En la mayor parte de las dietas suele ser imprescindible:

  • Aumentar el aporte calórico de forma gradual
  • Incluir complementos nutricionales para asegurar el aporte calórico y de nutrientes
  • Aporte de vitaminas y minerales según las deficiencias que se hayan detectado.

Los trastornos alimentarios pueden causar serios problemas médicos. La pérdida de líquido y electrolitos durante las purgas pueden ocasionar serios problemas, tales como la deshidratación y patologías que alteren el equilibrio ácido-base así como posibles problemas cardíacos como arritmias.

Estas anomalías junto con la deshidratación provocan consecuencias como la disminución de la coordinación, el equilibrio y la función muscular. Por lo tanto este comportamiento es perjudicial para su salud y contraproducente en su rendimiento físico.

Tratamiento y prevención

Debido a que la combinación entre trastornos alimentarios y ambiente deportivo constituye una situación especial, el deportista afectado es único y requiere aproximaciones especiales para su recuperación y tratamiento. La mayoría de las investigaciones existentes en esta área se han centrado más en la prevalencia de los trastornos que en su prevención y tratamiento. El conocimiento de la prevalencia ayudará a las personas que trabajan con los atletas que padezcan estos desórdenes. Sin embargo, la cuestión parece menos importante que el hecho de que muchos atletas sufren los trastornos y necesitan tratamiento.

Es necesario que el entorno del deportista (entrenador, preparador físico…) esté informado de los factores de riesgo y de la etiología de los problemas del comportamiento alimentario, con objeto de poder identificar con rapidez la presencia de dichas patologías. Es igualmente importante que los deportistas, a partir de un cierto nivel de competición, tengan un seguimiento regular que incluya una evaluación psicológica y nutricional

Cómo afecta la menstruación en el deporte

Son muchas las mujeres que se ven afectadas en el entrenamiento debido a problemáticas con su ciclo menstrual. Ya sea porque tienen molestias, o porque se encuentran con poca fuerza o ánimo en un determinado momento y no pueden rendir como quisieran en su entreno habitual.

Por suerte, aunque para muchas así no lo parezca, el hecho de tener varios picos hormonales a lo largo del ciclo hace que la prestación atlética pueda verse muy favorecida ya que entra en juego la cascada hormonal. Es un gran aliciente ya que siendo totalmente naturales, podremos aprovechar esos picos para poder dar más de sí.

151_mdConocer más profundamente las fases del ciclo menstrual de la mujer nos puede ayudar mucho a programar un entrenamiento acorde a estos cambios hormonales y sus consecuencias fisiológicas y psicológicas:

La fase folicular – Va desde el día 1 al 13 de cada ciclo. Se trata de la fase post-menstrual.

 •La fase de ovulación – Entre el 14 y 15 de cada ciclo menstrual.

• La fase lútea– Del día 16 al 28 y se denomina también la fase pre-menstrual.

En todo el proceso del ciclo menstrual existe un equilibrio hormonal entre Progesterona y Estrógenos. En la primera parte del ciclo, (fase folicular o post menstrual), que se da en los primeros 14 días antes de la ovulación, predominan los estrógenos, por lo que es la etapa en la que mejor respondemos al ejercicio debido a la liberación de la hormona del crecimiento. La segregación de esta hormona ayuda a perder grasa y a tonificar tu cuerpo ya que promueve la lipólisis (utilización de grasas como sustrato energético), estimula el crecimiento de la masa muscular y la retención de calcio y mineralización de los huesos.

Durante la fase premenstrual (fase lútea) predomina la secreción de progesterona, la otra hormona femenina que regula el ciclo menstrual. Mucho se ha hablado sobre ella, debido a que es una hormona catabólica y podría afectar en la calidad de tu entrenamiento, y por ende en el rendimiento, pautándose habitualmente ejercicios de baja-media intensidad en esta fase. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado que esto afecte realmente al ejercicio ya que la disminución en los valores de estrógenos en esta fase se ven compensados con los aumentos de hormona de crecimiento, cortisol, estradiol derivados del ejercicio físico.

Durante la propia menstruación, las mujeres presentan múltiples síntomas biológicamente independientes. Como hemos comentado anteriormente no hay ninguna razón para no realizar ejercicio físico, pero sí para realizarlo atendiendo a nuestras variaciones fisiológicas.

CICLO MENSTRUAL Y EJERCICIO FÍSICO

Pocas son las mujeres que afirman no tener ningún tipo de molestia o dolor durante esta fase del ciclo. No obstante, acurrucarse en el sofá no es siempre el mejor remedio. Sin embargo salir y ponerse en movimiento está demostrado que es uno de los secretos para que los periodos sean menos dolorosos.

El ejercicio físico libera endorfinas, que además de ser conocidas como las hormonas de la felicidad, están relacionadas con el alivio del dolor y la relajación muscular. En otras palabras, son los analgésicos naturales del organismo.

Cualquier tipo de pérdida de sangre, provoca en el organismo una pérdida de hemoglobina lo que puede disminuir el transporte de oxigeno en nuestro cuerpo. Ante esto recomendamos no realizar ejercicio que solicite un alto componente de oxigeno para no limitar el trabajo del organismo. También se aconseja un adecuado aporte de hierro en la dieta.

Además durante la menstruación debemos tener en cuenta que la Frecuencia Cardiaca se ve alterada aumentando sus valores basales. Al igual que la temperatura corporal, la cual, puede verse entorpecido su equilibrio térmico en ocasiones. La fatigabilidad y la excitación del Sistema Nervioso tan bien están aumentados en esta fase. El descanso tiene que ser adecuado y también se debe evitar el estrés en la medida que sea posible.

Puede darse el caso que si el entreno es excesivo ocurrirán alteraciones en duración del sangrado pero simplemente con reducir la intensidad del mismo debería ser suficiente para mejorar los síntomas.

Existen pues, muy pocas razones para restringir el ejercicio de una mujer menstruando, salvo la incomodidad de la propia mujer.
 
BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO EN EL CICLO MENSTRUAL

RETENCIÓN DE LÍQUIDOS: Durante el periodo premenstrual el efecto de la hormona Antidiurética (ADH) sobre la excreción de sodio se ve limitada. Al retenerse sodio se retiene agua provocando incluso tumefacción en algunos casos y acumulación de 1 o 2 litros de agua en exceso. Uno de los efectos del ejercicio parece ser la reducción de los niveles de ADH y como consecuencia una reducción en la retención de líquidos. En este caso siempre hablamos de ejercicios de baja-moderada intensidad ya que en ejercicios extenuantes la ADH se ve alterada para reabsorber agua de los riñones y reducir la excreción de orina.

TOLERANCIA AL DOLOR: Una investigación realizada en la Universidad de Oxford determinó que el ejercicio físico realizado en equipo y en sincronía eleva el umbral del dolor. La tolerancia al dolor, tan subjetiva, se ve aumentada con entrenamientos sistemáticos y planificados y es de gran ayuda para los periodos menstruales.

MINERALIZACIÓN ÓSEA: Las alteraciones hormonales dan lugar a una reducción de la densidad ósea ya que los estrógenos en la fase pre-menstrual disminuyen su actividad. Esta se palia con el efecto del ejercicio físico, que está demostrado, que aumenta la densidad mineral ósea debido a los impactos osteomusculares implícitos. Para ello recomendamos antes caminar o correr que andar en bicicleta o nadar.

CIRCULACIÓN SANGUÍNEA: Al estimular la circulación sanguínea por todos los grupos musculares, también lo hacemos por la región pélvica pudiendo ayudar a aliviar el dolor de la fase menstrual sin tener problemas de aumentar el sangrado por esta misma razón.

HIPÓTESIS DE LAS ENDORFINAS:  Las endorfinas son sustancias que comunican a las neuronas. Son nuestra «morfina» ya que transportan el material del placer, euforia, felicidad y aplacan el dolor. Se incrementan en momentos placenteros de nuestra vida como alegría, emoción, placer sexual y ejercicio físico. Es por ello por lo que tienen un efecto natural contra el dolor y por tanto, pueden  difuminar la percepcion dolorosa durante el periodo premenstrual y menstrual.

PSICOLÓGICOS: Uno de los cambios mas evidentes durante el ciclo menstrual, son los cambios constantes de humor, unidos a trastornos de ansiedad, susceptibilidad, estrés, ocasionados en las mujeres que padecen el síndrome premenstrual (SPM).

Un elevado nivel de estrés aumenta la producción de prostaglandinas uterinas, lo cual ocasionaría mayor dolor durante la menstruación.

El ejercicio físico actuará para reducir los efectos de estas situaciones emocionales no deseadas a través de programas amenos y divertidos, siempre teniendo en cuenta las características e intereses de las deportistas para proporcionarles entrenamientos sanos y personales.

El ejercicio físico también posee un efecto claro sobre la mejora de la salud mental desarrollando programas de ejercicios con mujeres en su misma situación (compartir experiencias, dudas, etc.)

Debemos sacar provecho al deporte comprobando que ejerce múltiples beneficios fisiológicos y psicológicos sobre el ciclo menstrual.