Hormonas del estrés

Las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo que controlan numerosas funciones y circulan a través de la sangre hacia los órganos y los tejidos. Estos componentes químicos intervienen en los procesos del: Metabolismo. Crecimiento y desarrollo.

La testosterona, la hormona de crecimiento y la insulina son las tres principales hormonas anabólicas. El cortisol es una de las principales hormonas catabólicas, y como todas, tiene un lado positivo y uno negativo.


En el lado positivo destaca su papel anti-inflamatorio, catabolizando tejido dañado para ser expulsado, dando paso a la construcción de nuevo tejido. Su papel es por tanto indispensable. El problema viene cuando por un exceso de estrés (físico o psicológico) el cortisol se mantiene elevado constantemente. En este caso, la fase de recuperación o reconstrucción nunca llega. Se rompe el equilibrio natural y necesario entre anabolismo y catabolismo. Un exceso de cortisol inhibe la síntesis de proteína, aumenta los niveles de glucosa y deprime el sistema inmune. A medida que el cortisol aumenta, la testosterona desciende. Una forma de identificar el sobreentrenamiento es analizando la proporción testosterona/cortisol. Cuando este ratio se reduce en exceso, tienes un problema.


Otras hormonas catabólicas interesantes son las llamadas catecolaminas (como adrenalina y noradrenalina). La presencia de estas hormonas en sangre facilita la movilización de grasa. Podemos regular estas hormonas a través de la alimentación y principalmente la intensidad de la actividad física (alta intensidad = mayor nivel de catecolaminas).

Domina estas hormonas y dominarás tu cuerpo.

Calambres Musculares, cómo tratar y prevenir.

¿Qué son?

Los calambres son espasmos musculares involuntarios que se presentan con dolores repentinos muy agudos que afectan al movimiento. A diferencia de las contracturas, el calambre es ocasional y no permanente. Por otro lado, pueden producirse casi en cualquier parte de nuestro cuerpo ya que disponemos de más de 600 músculos

Dentro del ámbito deportivo, existen múltiples causas que pueden provocar calambres y espasmos musculares. Las principales son:

Sobreesfuerzo del músculo y ejercicios muy intensos y prolongados. El calambre se produce cuando el músculo empieza a llenarse de toxinas y deshechos, y comienza a quemar oxigeno con dificultades.

Perdida de sales minerales (principal causa de los calambres que ocurren tras entrenar durante un rato largo).

Contracciones musculares en situaciones de pérdida de potasio.

Ejercicio rápido sin previo calentamiento o muy prolongado.

Será conveniente consultar al médico o un profesional del deporte cuando los calambres se presenten de forma repentina en forma continua o ante una determinada situación.

El médico realizara los estudios necesarios para confirmar la existencia de un determinado proceso patológico. Bajos estos resultados el facultativo podrá recomendar medicamentos, dietas o rehabilitación física.

Sin embargo, existen ciertas precauciones que se pueden seguir para evitar los siempre molestos calambres, como son hacer precalentamiento, estiramiento y relajación antes y después de hacer ejercicio o asegurarse de incluir en la dieta alimentos ricos en potasio como cítricos, plátanos, legumbres y otros vegetales.

Recomendaciones para cuando se presenta un calambre:

Interrumpir la actividad, aunque normalmente, el propio calambre tiende a obligar a detenerse al individuo.

Masajear el músculo, ya que se suele notar un cierto alivio con la presión sobre la zona en la que se presente el calambre.

Tratar de estirar el músculo, incluso con la ayuda de las manos, a continuación relajarlo y seguir tratando de estirarlo.

Cuando el calambre remite, ponerse en movimiento con suavidad, de forma que el músculo trabaje. Si nos inmovilizamos se puede repetir.

Refrescar con agua fría suele ayudar.

La nutrición como terapia antienvejecimiento.

Desde hace mucho tiempo se ha relacionado la nutrición con el envejecimiento. Esta relación se ha centrado, básicamente, en los estudios de restricción calórica y en la suplementación con sustancias antioxidantes. Más recientemente se han realizado estudios encaminados a estudiar el papel de las grasas en las dieta, desde el punto de vista del estrés oxidativo como terapia antienvejecimiento.

Restricción calórica.

Como se ha descrito antes, la restricción calórica aumenta la vida media en un amplio rango de especies y disminuye la velocidad con que aparecen determinadas enfermedades relacionadas con la edad. Este efecto se lleva a cabo a través de una reducción en el estrés oxidativo. Esto se sustenta, entre otras pruebas, en la observación de que ratones calóricamente restringidos generan un menor estrés oxidativo que sus homólogos alimentados ad libitum, produciendo además un menor índice de oxidación de lípidos, proteínas, y ADN.

La restricción calórica, además previene mucho de los cambios que se produce en relación a la expresión génica durante el envejecimiento, ente los que se incluyen la elevación  en la expresión de las proteínas de shock término y la atenuación de la expresión de la proteína inducida por estrés Hsp70.

La restricción calórica podría ser una potente arma terapéutica para lucha contra el envejecimiento, ya que en un principio cumple con los requisitos exigibles de efectividad frente a la reducción del estrés oxidativo y el retraso del envejecimiento, así como contra las enfermedades asociadas a éste. No obstante, la posible aplicación de la restricción calórica como terapia antienvejecimiento en la población humana acarrea tales dificultades éticas y de tipo práctico que hacen prácticamente inviable su puesta en marcha.

Antioxidantes.

Como se ha puesto de manifiesto en los apartados anteriores, el estrés oxidativo desempeña un papel muy significativo en el proceso global de envejecimiento y, por lo tanto, la suplementación con antioxidantes podría ser de utilidad como posible terapia antienvejecimiento. Entre los primeros estudios cabe destacar los de Miquel y Ecónomos en relación a la capacidad del carbosilato de tiazolidina de aumentar la vitalidad y programar la vida media en ratones.

Posteriormente, Furukawa y cols. Mostraron el papel protector de la administración oral del glutatión frente al declive de la función inmunológica asociada al envejecimiento. Muchos otros antioxidantes han sido probados en relación al envejecimiento, con resultados más o menos positivos.

Entre dichos antioxidantes cabe destacar las vitaminas E y C, la coenzima Q, extractos herbales ricos en flavonoides y polifenoles, entre otros. Si bien los resultados obtenidos con estos antioxidantes han sido exitosos atenuación del estrés oxidativo mediado por la edad o por enfermedades asociadas a éstas, han tenido poco o ningún éxito en relación al aumento de la longevidad.

Tal vez para tener un mayor éxito con la terapia basada en antioxidantes se debería profundizar en el conocimiento de las propiedades farmacológicas de las sustancias empleadas, sobre todo en lo concerniente a la absorción, la distribución tisular y el metabolismo de estas. Además, no debe olvidarse el papel que las ROS tienen en la señalización celular, de modo que la dosis de antioxidante debe ser muy bien ajustada para evitar cambios en el estado redox que podrían alterar la función celular. Los problemas anteriores estas siendo solucionados, en parte, mediante el uso de una nueva generación de sustancias antioxidantes sintéticas, mimñeticos de la superóxido dismultasa y la catalasa. Estas sustancias están siendo ensayadas con cierto éxito, habiéndose mostrado efectivas en el aumento de la longevidad en ratones y C. elegans.

Dentro del grupo de polifenoles merece especial atención el resveratrol. Esta sustancia ha demostrado extender la vida media en diversos organismos, así como ejercer un efecto positivo en múltiples enfermedades, como el cáncer, enfermedad cardiovascular, Alzheimer, enfermedades metabólicas, entre otras. Su principal mecanismo de acción es mediante la activación de la SIRT1 (miembro de la familia denominada sirtuinas), mimetizando así el efecto  de restricción calórica sobre el envejecimiento. Estudios recientes muestran otra diana directa del reveratrol, la PI3K (fosfatidilinositol-3-quinasa), representándose asi otra via central de control de la vida máxima independiente de situinas.

Ácidos grasos de la dieta.

El tipo de grasa de la dieta condiciona de manera importante numerosos parámetros bioquímicos en la membrana mitocondrial. La importancia del tipo de ácidos grasos de la dieta reside en el hecho de que la membrana mitocondrial (y, en general, todas las membranas biológicas) es capaz de adaptar la composición de sus fosfolípidos a la grasa ingerida de forma mayoritaria. De este modo, si un individuo ingiere mayoritariamente grasa de origen animal, sus membranas serán más ricas en ácidos grasos saturados que las de otro individuo cuya fuente grasa mayoritaria sea de origen vegetal.

Por otro lado, se ha descrito de forma contundente cómo se producen las adaptaciones del sistema de transporte electrónico mitocondrial  en relación al tipo de grasa en la dieta, con mayor o menor repercusión sobre los diversos complejos del sistema. Además el estrés  oxidativo está relacionado con la composición lipídica de las membranas biológicas, de modo que una fuente grasa poliinsaturada (p. ej., aceite de girasol) generará membranas más susceptibles al daño oxidativo que una fuente saturada (grasa animal) o monoinsaturada (aceite de oliva), lo cual ha sido ampliamente demostrado en numerosas situaciones fisiológicas y patológicas, empleando numerosos modelos animales y humanos.

Los resultados obtenidos en este campo apuntan las siguientes conclusiones: el envejecimiento, entendido como un proceso endógeno y progresivo, provoca a lo largo de la vida alteraciones en la mitocondria y sus componentes, como el mtDNA (alteraciones que tienen un elevado comportamiento oxidativo). Estas alteraciones deterioran la estructura y la función mitocondriales, y, dependiendo de la capacidad del tejido en concreto para reparar el daño o eliminar la célula alterada, la función tisularar se verá afectada en mayor o menor grado.

Así, los tejidos con capacidad regenerativa, como el hígado, parecen ser capaces de remediar el daño ocasionado, como lo siguiente la ausencia de pérdida de función mitocondrial en términos de actividad citocomo axidasa. Sin embargo, se produce una pérdida de función en los tejidos posmitóticos, como el musculo esquelético o el corazón, sin capacidad para reemplazar células y, probablemente, con un sistema de reparación de daño menos efectivo (existen diferencias entre el hígado y el corazón, en relación al sistema de reparación del mtDNA). Esta pérdida de función se refleja en el descenso brusco de la actividad citocromo oxidasa, lo que da lugar a un desacoplamiento de la CTEmt, con la consiguiente ineficacia bioenergética y el aumento en la producción de ROS.

Las mitocondrias de los tejidos posmitóticos tratan de atenuar la situación desfavorable mediante el aumento de otros componentes de la CTEmt, como el citocromo b, o por medio de aumentos en el grado de poliinsaturación probablemente para intentar aumentar la fluidez y la actividad de la citocromo oxidasa restante mediante la presencia de una cardiolipina más poliinsaturada. Sin embargo, ambas acciones generan un aumento mayor en la producción de radicales libres.

El papel de la grasa en la dieta en este mecanismo residiría, por lo tanto, en la construcción de un entorno más o menos susceptible para la generación y la programación de ROS, especialmente cuando, como consecuencia de los procesos como el envejecimiento, se producen fallos en la CTEmt.

Perdida de regla y ser deportista. (Mundo Fitness)

La prevalencia de amenorrea secundaria (ausencia de regla) y de ologemenorrea entre deportistas no está bien documentada, pero se estima que varía desde aproximadamente el 5 % hasta el 40 % o incluso más dependiendo del deporte. La prevalencia parece ser mayor en quienes entrenan muchas horas todos los días y quienes lo hacen con intensidades muy elevadas.

El entrenamiento realizado con una intensidad elevada, debido a la fuerte tensión impuesta sobre el cuerpo, puede estar más estrechamente asociada con la amenorrea secundaria.

Aunque el volumen e intensidad del entrenamiento pueden ser importantes, no es probable que ninguno de ellos sea el factor primario de la amenorrea secundaria.

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Bajo peso y escasa grasa corporal

Estar excesivamente delgada, la nutrición insuficiente, o ambas cosas, se han asociado durante mucho tiempo con la amenorrea. Algunos investigadores han sugerido que la pérdida de un tercio de la grasa corporal de una mujer o la reducción de entre un 10% y un 15% en el peso corporal total (masa) induce a amenorrea. La razón de ello es que los andrógenos se convierten en estrógenos en el tejido adiposo, particularmente en la grasa del pecho y del abdomen y esta conversión es la responsable de casi un tercio del estrógeno en las mujeres.

Cualquier reducción del tejido adiposo influye en el almacenamiento y en el metabolismo del estrógeno. Dicho de otra manera la grasa es una fuente importante de estrógeno, necesario para el funcionamiento menstrual normal. Hubo un tiempo en que se creía que un cierto pes mínimo para cada estatura era necesario para alcanzar la menarquia y permanecer eumenorreica. Posteriormente, esto evoluciono hacia una hipótesis según la cual las niñas necesitan tener un porcentaje de grasa corporal mínimo del 16% para llegar a la menarquia, y que posteriormente las mujeres necesitan un 21% de porcentaje de grasa corporal para mantener una función menstrual normal.

Déficit energético: nutrición inadecuada y alimentación desordenada.

Las pruebas existentes actuales indican que la nutrición inadecuada es una causa potencial de amenorrea secundaria. Los estudios han demostrado que la ingesta inadecuada de calorías, cuando el cuerpo no cubre las el gasto calórico durante un periodo prolongado de tiempo, es la causa primaria de amenorrea secundaria.

El reciente estudio de la doctora Anne Loucks y colaboradores de la Universidad de Ohio ha demostrado con claridad que no solo con inducir un déficit de energía en las mujeres eumenorreicas, en el que la ingesta de calórica sea inferior que el gasto de energía, se provocan alteraciones hormonales significativas que se asocian con amenorrea. Especialmente, la disminución de la ingesta calórica, con o sin estrés añadido aumenta el gasto de energía por el entrenamiento, lleva reducciones en la hormona luteinizante, la frecuencia del pulso y la hormona triyoditironina (T3), procesos asociados con la alteración de la menstruación.

Factores farmacológicos.

Esteroides anabólicos y sistema reproductor femenino.

En el cuerpo normal de una mujer se producen pequeñas cantidades de testosterona, y al igual que en los hombres, el incremento artificial de los niveles a través de la administración de AE afectará el eje hipotalámico pituitario gonadal. El incremento en los andrógenos circulantes inhibirá la producción y liberación de LH y de FSH lo que resultará en una reducción de los niveles séricos de LH, FSH, estrógenos y progesterona.

Esto puede resultar en la inhibición de la formación de folículos, de la ovulación y en irregularidades en el ciclo menstrual. Las irregularidades del ciclo menstrual están caracterizadas por una prolongación de la fase folicular y un acortamiento de la fase lutea o amenorrea. Aunque estos cambios son generalmente más pronunciados en las mujeres jóvenes, hay una gran variabilidad interindividual en la respuesta a los AE.

Los efectos secundarios de los fármacos, estén relacionados con la dosis, la duración del uso y al tipo de droga.

Donde está el pensamiento está la realidad.

Cada pensamiento origina una respuesta biológica, global, armónica, de todo su ser, material y espiritual en el sentido que marca el contenido del pensamiento que originó. Dicho de otra manera, cada pensamiento influye en el encauzamiento y utilización de las energías globales del hombre, y según su contenido intrínseco, se va a producir un efecto útil beneficioso, o negativo y perjudicial.

Por lo tanto, según el contenido del pensamiento, la respuesta biológica (RB), puede ser positiva, útil, o negativa, lo que significa un uso incorrecto y nocivo de las energías vitales, con repercusión en el funcionamiento del organismo, aunque a veces sea a niveles sutiles, y con repercusiones físicas y psicológicas en su salud.

A nivel deportivo un pensamiento positivo, una buena fuerza de voluntad, una actitud alegre, puede hacer que consigas muchos logros, algunos antes del tiempo esperado. Rodearse de un ambiente idóneo es imprescindible (personas, música, lugares, etc.)

Una mentalidad negativa puede traer a largo plazo hasta enfermedades, o complicar cualquier labor de la diaria, además será mucho más fácil abandonar una meta. Algunos alimentos también alteran nuestro estado de ánimo, siempre hay que cuidar lo que se come.

Me considero una persona bastante positiva y motivada, desde que nací, mi objetivo es explotar mi potencial físico y ayudar a otras personas a conseguirlo.

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¿Qué receptores queman grasa?

Los principales receptores de los cuales tenemos que preocuparnos en las células grasas humanas son: receptores alfa-2 y receptores beta-2 (el receptor beta-1 también podría tener un rol en la movilización de grasa), ambos se unen activamente a las catecolaminas (adrenalina, también conocida como epinefrina, noradrenalina también conocida como norepinefrina y la dopamina, su precursor es el aminoácido tirosina).

Cuando las catecolaminas se unen a los receptores beta-2, incrementan los niveles de cAMP (adenosín monofosfato cíclico, el cual incrementa la actividad de la HSL (hormona sensitiva lipasa)), el cual incrementa el desglose de las grasas.

Sin embargo, cuando las catecolaminas se unen a los receptores alfa-2 disminuyen los niveles de cAMP, lo cual disminuye el desglose de las grasas.

La grasa de diferentes zonas del cuerpo tiene proporciones diferentes de estos receptores, lo que afecta enormemente la facilidad del cuerpo para movilizar y transportar la grasa ahí presente.

Como  caso extremo está la grasa glúteo-femoral en la mujer, donde el número de receptores alfa-2 es varias veces mayor que el de beta-2, y lo mismo ocurre (aunque en menor medida) con la grasa abdominal de los hombres. Esta diferencia en los tipos de receptores depende de muchos factores, siendo uno de ellos precisamente las hormonas sexuales, especialmente el estrógeno.

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¿Algún alimento o suplemento que ayude?

  • Yohimbe: Se trata de un alcaloide de la indolalquilamina y se encuentra en la corteza del árbol Pausinystalia johimbe. La Yohimbina es un antagonista competitivo de los receptores alfa-2, bloqueando dichos receptores haciendo más fácil la movilización de la grasa de los adipocitos de las llamadas zonas rebeldes.
  • La efedra es un alcaloide derivado de diversos arbustos y cuyas propiedades de estimulación del sistema nervioso central y de los receptores adrenérgicos hace que haya sido utilizada desde hace miles de años en la medicina tradicional china. Actualmente se utiliza también en los suplementos para “quemar grasa” por las mismas propiedades, y combinada con cafeína y salicina crean un stack muy efectivo y potente en la pérdida de grasa.
  • La sinefrina es el principal ingrediente activo encontrado en Citrus aurantium, popularmente conocido como naranja amarga y que cuenta con una larga tradición en la medicina china.  Es una sustancia química natural y estructuralmente parecidas a las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), que son los compuestos que causan la ruptura de las células grasas.  La sinefrina es un estimulante del sistema nervioso central, de efectos muy similares a la efedrina, pero con menos efectos perjudiciales.

 

*Hay que tener cuidado con algunas de estas planatas ya que su principio activo puede ser muy potente y tener algunos efectos secundarios, como insomnio, malestar, taquicardias, etc.

Efectos de las pastillas anticonceptivas en deportistas

Frecuentemente, se receta la píldora anticonceptiva a adolescentes y mujeres jóvenes como tratamiento para períodos irregulares o ausentes, para dolores menstruales, acné, Síndrome Premenstrual, endometriosis, y para el Síndrome de Ovario Poliquístico.

Las píldoras anticonceptivas (también se las llama anticonceptivos orales, o píldoras hormonales) contienen uno o dos tipos de hormonas femeninas sintéticas (artificiales), estrógeno y/o progesterona. Los ovarios normalmente producen hormonas similares. Hay muchos tipos diferentes de píldoras anticonceptivas orales.

Las píldoras anticonceptivas modifican los perfiles hormonales de las mujeres que las toman y un estudio reciente indica que además dificultan la formación de masa muscular.

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Algunos estudios:

La investigación dirigida por Chang-Woock Lee y Steven Riechman, de la Texas A&M University, y Mark Newman, de la Universidad de Pittsburgh en Pennsylvania, concluyó que las mujeres que no toman píldoras de control de natalidad ganan más masa muscular que aquéllas que lo hacen.

En concreto, detectaron que las mujeres de la muestra que no tomaban anticonceptivos ganaban un 60% más de masa muscular después de un programa de entrenamiento de 10 semanas, comparado con aquellas que sí se cuidaban con contraceptivos orales.

Por otra parte, los niveles de hormonas anabólicas, que intervienen en la formación de músculos, eran significativamente más bajos en las usuarias de anticonceptivos, que a su vez tenían niveles mayores de hormonas catabólicas, destructoras de músculos, en la sangre.

Lebrun C.M. et al (2003) estudiaron a un grupo de mujeres corredoras, de las cuales unas tomaron píldora anticonceptiva y otras no. Las realizaron un test incremental en treadmill, hasta el agotamiento.

Pudieron observar que había una disminución del VO2 máximo en las mujeres que estaban tomando la píldora. Esto sugiere que el estrógeno tomado de forma exógena puede ejercer un efecto perjudicial sobre la capacidad aeróbica, con posibles implicaciones para el rendimiento.

Efectos secundarios:

Los anticonceptivos orales con estrógenos pueden causar un ligero incremento en el riesgo de desarrollar coágulos/trombos en las piernas. Entre las mujeres que no toman la píldora, 5 de 100,000 adolescentes y mujeres jóvenes desarrollan coágulos por año. Entre las mujeres que toman la píldora, el riesgo aumenta ligeramente a 15-20 de 100,000 mujeres por año.

Las cprovocan un aumento de peso

Las pastillas anticonceptivas, además de estrógeno, contienen sustancias llamadas progestinas (las progestinas y la progesterona son sustancias distintas) que también contribuyen a la acumulación de grasa. En fin, muchas mujeres han observado que empezaron a engordar tan pronto empezaron a utilizar las pastillas anticonceptivas.

También favorece la acumulación de líquidos especialmente en las áreas de los pechos y de las caderas, lo que conduce a un aumento del peso corporal.

Las pastillas anticonceptivas provocan cambios de humor

Si tenemos historial de haber sufrido depresión o historial familiar que lo haya padecido es un punto importante a consultar con el ginecólogo, ya que algunas mujeres experimentan depresión u otros cambios emocionales negativos al tomar la píldora.

Las pastillas anticonceptivas provocan una disminución de la libido.

Está demostrado que la píldora puede afectar al deseo sexual debido a las mismas hormonas que se encargan de bloquear la posibilidad de embarazo. Sin embargo, también existen otros factores externos que pueden causar una disminución de la libido. De todas formas si esta situación se prolongara, los expertos recomiendan acudir al ginecólogo.

Las pastillas anticonceptivas provocan una alteración de la visión

Esta alteración de la visión puede ocurrir con las extendidas lentillas o lentes de contacto. Si utilizamos habitualmente lentillas y notamos cambios en la visión los expertos recomiendan consultar a un oftalmólogo si se trata durante el comienzo del uso de la píldora.

 

Las pesas mejoraron mis problemas de espalda (cifosis y escoliosis).

Desde pequeña tenía una ligera cifosis y escoliosis en la espalda, mayormente ocasionado por una mala higiene postural.

No era consciente de mi problema, por muchas veces que me repitiesen que mantuviera la espalda recta, no hacía caso. Cuando vas creciendo te vas dando cuenta de que se puede empeorar o mejorar según ponga empeño por mi parte. Claramente decidí mejorar.

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Primero vamos a explicar que es la escoliosis

La escoliosis es un problema de salud que causa una curvatura de lado a lado en la columna vertebral. La curvatura puede tener forma de “S” o “C”. En la mayoría de los casos, no se sabe qué causa esta curvatura. Esto se conoce como escoliosis idiopática.

Es posible que las personas con una curvatura leve sólo tengan que visitar a su médico para controles periódicos. Sin embargo, algunas personas que tienen escoliosis necesitan tratamiento.

¿Quién tiene escoliosis?

Las personas pueden tener escoliosis a cualquier edad. El tipo más común es la escoliosis idiopática, o de origen desconocido, entre los niños de 10 a 12 años y al inicio de la adolescencia. Es a esta edad que los niños crecen con rapidez. Las niñas tienen una mayor predisposición a este tipo de escoliosis que los varones.

La escoliosis puede ser un mal de familia. El médico de cabecera debe examinar con regularidad a los niños cuyos padres o hermanos padecen de escoliosis.

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Leve cifosis

Es la curvatura de la columna que produce un arqueamiento o redondeo de la espalda, llevando a que se presente una postura jorobada o agachada.

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¿Cómo se puede mejorar?

Dado que en mi caso era algo “leve”, el simple hecho de mejorar la postura a la hora de sentarnos, tumbarnos, andar (espalda recta), etc. Parece una tontería pero es algo cotidiano que debemos mentalizarnos. Hay que mantener una buena higiene postural en todo momento del día.

El entrenamiento de pesas ayudó muchísimo, no solo a nivel muscular sino también a fortalecer la masa ósea. Con el tiempo todo puede mejorar y nunca olvidar una alimentación sana y equilibrada ya que el cuerpo también se beneficiara.

Estilo de vida y el efecto sobre la celulitis.

La celulitis es un problema mayoritariamente de las mujeres y concierne a un 90% de ellas. Delgadas o con sobrepeso, la celulitis afecta a cualquier tipo de silueta.

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La celulitis se produce por una inflamación aguda de los tejidos blandos de la piel, afectando la dermis y el tejido celular subcutáneo, se presenta normalmente en muslos, glúteos y caderas.

Un estilo de vida con un alto nivel de estrés, producirá un aumento en el nivel de catecolaminas que han sido asociados con la celulitis. También una falta de ejercicio físico (sedentarismo) es otra de las causas por la que las células grasas no se degradan y empeoran aún más la celulitis, el embarazo, los anticonceptivos, los malos hábitos alimenticios, problemas digestivos, debido a que reducen la oxigenación de las células y la sangre se llena de toxinas que son difíciles de expulsar, asentándose en zonas del cuerpo, logrando que se dé la celulitis.

Para ayudar a mejorar el aspecto en estas zonas es recomendable trabajar mediante ejercicios con pesas y maquinaria apropiada dando prioridad a estas zonas, y combinado con ejercicio cardiovascular ayudara a eliminar grasa.

La alimentación es fundamental, evitar, el alcohol, tabaco, evitar en la mayor medida posible “químicos alimentarios”, exceso de sodio, azucares, etc.

Aconsejo siempre adquirir productos frescos y al igual que las carnes, huevos, pescados, (incluidos pescados grasos ricos en omega 3) y que estén menos tratados por la industria posible.

Incorporar alimentos fibrosos, sobre todo integrales (la fibra soluble e insoluble es una gran aliada)

Los alimentos ricos en potasio o en forma de suplemento también son una gran ayuda.

Las verduras, hortalizas, frutos secos (sin abusar) semillas, cereales enteros, huevos, algunas frutas, pescados y carnes magras serán nuestro aliado en nuestra dieta diaria.

Tener una  correcta hidratación de nuestro cuerpo. Beber, como mínimo, 2 litros de agua al día nos ayuda a limpiar nuestro organismo y eliminar sustancias toxicas.

Por último y no menos importante el colágeno es la proteína más abundante del cuerpo humano, una adecuada estructura de colágeno en la piel permite que evitemos estrías, arrugas y piel menos elástica.

Yo también tuve celulitis en su día y puedo asegurar que se puede ir quitado con dieta y ejercicios apropiados.

El problema de los estrógenos sintéticos “escondidos” en productos habituales.

Los estrógenos sintéticos, también denominados disruptores endocrinos, son productos químicos que minetizan (adptar la apariencia de las cosas o seres del entorno a fin de pasar inadvertido) la acción de los estrógenos, llamados también xenoestrógenos y que interfieren en la acción del ciclo hormonal natural.

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Los xenoestrogenos estos estrógenos sintéticos, se hallan en productos artificiales como el plástico (Bisfenol A), introducidos en el mundo por las empresas químicas, agricultores e industriales.

Los efectos nocivos de estas alteraciones llevan evidenciándose desde la década de los 60 en forma de anomalías genéticas en distintas especies animales. En los últimos años, los estrógenos artificiales se han vinculado también al cambio de sexo en peces en distintas zonas del planeta, en especial en ríos ingleses, alemanes y estaunidenses, donde se ha comprobado la alteración de órganos sexuales de ejemplares machos.

Dentro de los contaminantes estrogénicos artificiales destaca el BPA. Bisferol A, un compuesto habitual en los plásticos de uso común, muchos de ellos de uso alimentario. Numerosos estidios evidencian que dosis muy bajas de este compuesto son suficientes para desarrollar anomalídades en el desarrollo embrionario de ratones.

El Dr. Erick Forno de pediatría en la Universidad de Miami Escuela de Medicina Miller y sus colegas han descubierto que los ratones recién nadidos que han sido expuestos al BPA (Bisferon A) se encuentran con un mayor riesgo de sufrir asma alérgica.

Diversos ensayos en animales han confirmado el efecto del bisfenol A sobre la diferenciación de las neuronas, alteración de los sistemas mediados por glutamina y dopamina y cambios en la expresión de receptores estrogénicos. También se le ha relacionado con posibles cambios en la conducta materna (menor atención hacia las crías), ansiedad, reducción de la conducta exploratoria y una feminización de los machos. En humanos se han podido establecer cambios que incluyen hiperactividad, aumento de la agresividad, aumento a la susceptibilidad de sustancias adictógenas y problemas tanto en el aprendizaje como en la memoria.

Se han establecido asociaciones de una mayor concentración de bisfenol A con casos de diversas enfermedades cardíacas e hipertensión. Además, la exposición al bisfenol A conlleva un aumento de los lípidos en sangre, un aumento del peso y un incremento de la lipogénesis. También puede incidir en la aparición de la diabetes mellitus de tipo II al aumentar la resistencia a la insulina y el número de células adiposas.

Algunos estudios realizados en animales concluyen que el bisfenol A es capaz de afectar a la función tiroidea, al comportarse como antagonista de la hormona tiroidea. En anfibios, este efecto se traduce en una inhibición de su metamorfosis. La afectación de la tiroides también afecta a los roedores

Se puede encontrar estrogenización en el interior de latas, botellas, aditivos en la comida procesada, en envases para alimentos, botellas destinadas a bebes, envases de plásticos retornables de zumos, leche, agua y también en contenedores para microondas y utensilios de cocina, los aires acondicionados, las sustancias químicas vertidas en agua.