Deporte y depresión.

Además de los beneficios físicos del ejercicio, la práctica de ejercicio físico aeróbico de corta y larga duración se asocia con una mejoría en varios índices funcionales psicológicos.

Al hacer ejercicio físico liberamos endorfinas, conocidas como “la hormona de la felicidad” por su capacidad para hacernos sentir más felices y positivos con nosotros mismos.

Según nos muestra la ciencia, no todas las actividades físicas tienen igual estímulo sobre la liberación de endorfinas, sino que en una investigación se comprobó que la liberación de estas hormonas que producen sensación de placer, felicidad y tienen un efecto analgésico natural, es mayor cuando el ejercicio es de alta intensidad y genera un aumento de ácido láctico en sangre.

Es decir, según este estudio, trabajar a alta intensidad genera mayor liberación de endorfinas y por lo tanto, mayor sensación de felicidad tras el esfuerzo, lo cual coincide con otra investigación en donde se comprueba que cuando el ritmo del ejercicio permite eliminar el ácido láctico producido por el esfuerzo, las endorfinas no se incrementan notablemente en el cuerpo.

Estudios transversales revelan que, comparados con individuos sedentarios, las personas activas presentan mejores resultados en escalas de función cognitiva, demuestran una respuesta cardiovascular reducida al estrés y menos síntomas de ansiedad y depresión.

En individuos que incrementan sus niveles de actividad física no se aprecia un mayor riesgo de depresión en relación con aquellos que ya eran activos. Sin embargo, quienes eran activos y se hicieron inactivos presentan 1,5 veces más riesgo de depresión.

El ejercicio reduce la depresión en hombres sanos de edad avanzada, en individuos con enfermedad cardiaca y depresión mayor. El ejercicio también mejora la autoconfianza y autoestima, atenúa las respuestas cardiovasculares y neurohumorales al estrés mental y reduce algunos tipos de comportamiento.

Aunque el ejercicio generalmente no ha demostrado mejorar las funciones cognitivas, periodos cortos de ejercicio pueden tener a corto plazo efectos favorables.

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Beneficios psicológicos

  • Aumenta la autoestima.
  • Mejora la autoimagen.
  • Reduce el aislamiento social.
  • Rebaja la tensión y el estrés.
  • Aumenta el flujo de oxígeno al cerebro, por lo que potencia tu capacidad mental favoreciendo una mayor concentración, capacidad de aprendizaje y la memoria.
  • Reduce el nivel de depresión.
  • Ayuda a relajarte.
  • Aumenta el estado de alerta.
  • Disminuye el número de accidentes laborales.
  • Menor grado de agresividad, ira, angustia…
  • Incrementa el bienestar general.

¿Por qué las mujeres tenemos menos fuerza muscular?

Sabemos que hombres y mujeres no son iguales, pues además de tener órganos reproductivos diferentes, existen ciertos aspectos distintos según el sexo que pueden influir en el entrenamiento, así como en los resultados que éste provoca.

A continuación, nombraremos aquellos aspectos principales que marcan diferencias entre hombres y mujeres y cómo estas particularidades pueden influir en la ejercitación diaria, en sus resultados y en el desempeño individual durante el entrenamiento.

Morfología: La mujer tiene una talla entre 7 y 10 cm inferior al hombre, pesa alrededor de 10 kg menos y tiene entre 4 y 6 Kg más de grasa. Además, los hombres tienen más masa muscular, tienen extremidades más largas y tiene un torso más amplio debido a sus hombros más distanciados. Por todo esto, las mujeres tienen cierta desventaja mecánica que le impide levantar más peso y desarrollar menos fuerza. No obstante, la elasticidad es hasta un 10% mayor en las mujeres, al igual que la movilidad articular.

Además de las diferencias físicas externas, las mujeres tienen menor número de hematíes, por lo que su capacidad de transportas oxígeno es inferior. Asimismo, su menor caja torácica determina un tejido pulmonar inferior, por lo tanto, su capacidad ventilatoria es menor y su frecuencia respiratoria debe aumentar para alcanzar igual ventilación que en los hombres.

Hormonas: La testosterona presente en las mujeres es alrededor de una décima que la que poseen los hombres, y debido a la influencia de esta hormona en el desarrollo de la fuerza y los músculos, las mujeres tienen menores posibilidades de desarrollar igual fuerza y tamaño muscular que los hombres, aun cuando se ejercitan de la misma forma. Además las mujeres tienen más estrógeno, hormona femenina que interfiere en el crecimiento muscular e incrementa la grasa corporal.

Estructura muscular: La genética ha determinado que las mujeres tienen menor masa muscular en el tronco, respecto a los hombres, como así también, son capaces de producir unos dos tercios de la fuerza de un hombre. Sin embargo, en la parte inferior del cuerpo las diferencias de fuerza son menos notorias, e incluso, si se toma en cuenta la fuerza en relación a la masa muscular de que disponen las mujeres, ésta es ligeramente superior en el sexo femenino.

En términos generales, las mujeres tienen ciertos condicionamientos que impiden que la fuerza sea la misma que en los hombres. Asimismo, el tamaño muscular suele ser siempre superior en los hombres y éstos se visualizan más musculosos por poseer más masa muscular.

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La relación tamaño-fuerza

De acuerdo con la National Strength and Conditioning Association, las mujeres producen, por lo general, alrededor de dos tercios de la cantidad de la fuerza total y la fuerza aplicada que los hombres producen. Las mujeres también son construidas físicamente para que, por lo general, lleven dos tercios de masa muscular tanto como los hombres. Esto demuestra que no es, de hecho, una diferencia en la fuerza, y que la mayor parte de la diferencia se basa en el tamaño del cuerpo y el músculo del área transversal solo.

Aplicación práctica de diferencia de fuerza

Dado que el tejido muscular humano se compone de lo mismo independientemente del género, todo músculo humano responde a la estimulación de la misma manera. Si una mujer se entrena con el peso que se adapta a sus necesidades, va ganando fuerza, al mismo ritmo que un hombre que se entrena en el mismo nivel de intensidad, en relación a su tamaño y capacidad. La sobrecarga progresiva, o la idea de aumentar periódicamente la carga de resistencia para desafiar los límites de la fuerza, es la clave para la construcción de fuerza y el poder, tanto en los hombres como las mujeres pueden. Se puede observar, sin embargo, que las mujeres tienden a igualar la fuerza de los hombres más de cerca en los músculos del cuerpo más bajos que en los músculos superiores del cuerpo. Por ejemplo, las sentadillas y las estocadas vienen más fácil para las mujeres que flexiones.

Diferencias funcionales entre hombres y mujeres

Al igual que el levantamiento de pesas y otros deportes de musculación y programas de ejercicios son más difíciles para las mujeres, muchos movimientos relacionados con la flexibilidad son más difíciles para los hombres. Dado que los músculos son esenciales en la ecuación de la flexibilidad, debe ser acreditado a las mujeres que tienen la ventaja de la fuerza muscular en ciertas áreas. Si bien los hombres son más altos y más amplios, construidos para transportar y levantar, las mujeres son más proclives a usar la fuerza muscular para las tareas relacionadas con la flexibilidad, coordinación y equilibrio. Se ha demostrado que aunque los hombres suelen tener un mejor rendimiento en deportes como carreras de velocidad, distancia recorrida y natación, dada la diferencia proporcional de altura y área del músculo, las mujeres son en realidad más fuertes en estos eventos. En ausencia de una carga externa ponderada, las mujeres pueden ser consideradas como el sexo supremo en los deportes que dependen de uso rítmico de la coordinación muscular.

Conclusión

Aunque haya factores en desventaja para nosotras, no significa que no podamos ganar fuerza y tamaño muscular. Con un entrenamiento adaptado y una nutrición acorde conseguiremos grandes beneficios.

Perder grasa. La fórmula mágica: quemar más calorías de las que se ingieren.

Todo se resume en este principio tan simple: si comemos más de lo que eliminamos, irremediablemente tendremos sobrepeso. Sí por el contrario comemos menos de lo que eliminamos, perderemos peso. Todo gira en torno al binomio ingesta/eliminación.

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Resumiendo todo lo dicho en una frase diríamos que el objetivo, más que comer menos, que es algo más difícil de conseguir y, desde luego, no muy satisfactorio y que además puedes tener carencias nutricionales de vitaminas, minerales, aminoácidos, etc.

Además si realizas una dieta muy baja en calorías tu metabolismo puede caer casi un 30-40%.

Cuando la persona tiene el metabolismo lento es habitual que su organismo queme muy poca grasa, por lo que la consecuencia más directa es que ésta se almacena en su cuerpo en una proporción muchísimo más elevada de lo normal.

Se ha demostrado que con niveles muy bajos de ingesta calórica diaria, se libera una mayor cantidad de una enzima llamada Lipoproteína lipasa, activada por la insulina y la cual forma parte del metabolismo de las lipoproteínas. Esta enzima se encarga de hidrolizar las moléculas de triglicéridos, liberando ácidos grasos no esterificados, los cuales se depositan posterior mente en los tejidos adiposos.

Lo ideal sería de lograr un cuerpo que consiga quemar muchas calorías. De esta forma no necesitaríamos hacer dietas muy estrictas, ni que pasemos mucha hambre y que tengamos carencias nutricionales. Para conseguir que nuestro cuerpo queme muchas calorías tenemos dos medios:

El primero es lógicamente lo que todo el mundo hace, realizar ejercicio aeróbico.

En segundo, lograr que nuestro organismo consiga un ritmo metabólico basal (RMB) elevado.

Por tanto, debemos hacer todo lo posible por elevar el RMB, ya que es el proceso que consume más energía y, además, procedente de la degradación de las grasas. El objetivo, por tanto, está en conseguir una masa muscular metabólicamente muy activa para convertir nuestro cuerpo en auténtica máquina efectiva en el consumo calórico.

Cuando pensamos en quemar calorías solo tenemos en cuenta el consumo durante la realización del ejercicio, existen indicadores en las máquinas que lo estiman y pulsómetros también incluyen esta función, sin embargo, nadie se preocupa de valorar las calorías consumidas después del ejercicio. Una vez que finalizamos nuestra sesión, el organismo continua consumiendo energía, es lo que se denomina el “consumo clórico posejercicio”, pero no solo inmediatamente después, sino que también a lo largo del día este consumido continúa elevado, en este caso son las calorías consumidas por el “coste metabólico”.

Al realizar trabajo cardiovascular de tipo aeróbico, conseguiremos quemar muchas calorías durante el ejercicio, sin embargo no provoca un coste metabólico muy elevado. Cuando realizamos entrenamientos de alta intensidad como trabajos de potencia, fuerza o musculación, quizás las calorías consumidas al levantar los pesos no sean tan grandes pero, en cambio, conseguimos un elevado coste metabólico que nos resultará más rentable a medio y largo plazo para conseguir quemar grasa.

Esta es la clave para conseguir quemar grasa, para conseguir que tu cuerpo queme muchas calorías a lo largo del día y además procedentes de los depósitos de grasa, tan solo necesitarás que tus músculo estén muy activos.

Por otra parte, una buena condición física muscular nos permitirá fatigarnos menos, entrenar más y, consecuentemente, quemar más calorías en los ejercicios cardiovasculares.

Investigaciones en este sentido han demostrado que incrementando 1,5 kg de tejido muscular se incrementa el metabolismo en un 7% y los requerimientos calóricos diarios en un 15%.

El entrenamiento de la fuerza o alta intensidad estimula la secreción de catecolaminas, potentes hormonas que son capaces y degradar los ácidos grasos. Las catecolaminas, además de ayudar a quemar grasas, producen una sensación de euforia que retrasa la aparición de la fatiga.

Tres errores que no te permiten perder peso.

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En muchas ocasiones nos encontramos con casos de personas que por más que entrenan y hacen todo tipo de dietas no consiguen perder peso, se quedan estancados e incluso, en algunos casos, pierden tejido muscular, disminuyendo el rendimiento y entrando en procesos de catabolismo.

Muchas de estas situaciones en las que no se consigue bajar de peso vienen causadas por un planteamiento erróneo en el entrenamiento. Analicemos estas posibles causas para que a partir de ahora puedas plantearte en un entrenamiento mucho más eficaz.

Demasiado trabajo aeróbico.

En principio el ejercicio cardiovascular es el que más consumo cálorico produce y, en principio, mientras más ejercicio, mayor consumo y mayor pérdida de grasa. Esto es así hasta cierto punto. Existe una situación a partir de la cual nuestro organismo entra en situación de extrema demanda y se activa un mecanismo de defensa que protege la grasa. En estos casos se comienza a catabolizar la masa muscular, baja el ritmo metabólico y disminuye nuestro rendimiento. Se entra en una espiral de fracaso y, mientras más entrenamos, menos resultado obtendremos.

Si quieres mejorar más, no aumentes los aeróbicos solo, es mejor opción incluir un programa de fuerza. Está comprobado que los resultados son siempre más positivos al combinar fuerza con el trabajo cardiovascular.

Entrenamiento a baja intensidad.

Tradicionalmente se ha entendido que las intensidades bajas son ideales para quemar grasa. Esto es cierto en personas que se inician y que presentan una condición física muy baja, prácticamente porque esta es la única intensidad a la que pueden soportar las sesiones de entrenamiento. Lo cierto es que no hay un “margen quemagrasas”, piensa que las grasas es como el aceite en una sartén, a mayor temperatura, mayor aceite se quemará. En nuestro cuerpo, elevar la temperatura para conseguir quemar la grasa supone elevar la intensidad de trabajo, es decir, aumentar el margen de intensidad, utilizar cambios de ritmos, alcanzar mayor consumo de oxígeno, entrar incluso en fases en las que utilicemos las vías anaeróbicas.

Si siempre seleccionamos métodos continuos a baja intensidad, el organismo se adaptará y dejará de producir mejoras. Los métodos variables nos proporcionarán estímulos diferentes y así podremos continuar con nuevas adaptaciones, nos llevarán a una mejora del sistema cardiorrespiratorio y, consecuentemente, a una mayor capacidad de oxidar la grasa como suministro energético.

Entrenamiento demasiado analítico.

Si ya realizas un entrenamiento de fuerza y quieres perder peso, olvídate del clásico entrenamiento analítico y aislado por grupos musculares. Este método es muy válido para objetivos de fuerza y volumen, pero no es el ideal para combinarlo con el entrenamiento cardiovascular y para observar la una definición muscular.

Si eres principiante es mejor que comiences con una rutina en circuito de varios grupos musculares y al finalizar cardio. Si eres más avanzado puedes dividir tu rutina en uno o dos músculos dependiendo de la prioridad muscular que se busque, también al finalizar la rutina de pesas sería conveniente realizar el ejercicio aeróbico.

Pierde peso según tus zonas de grasa.

Todos deberíamos saber que no existen ejercicios localizados para eliminar grasa, es decir que hacer abdominales no eliminará la grasa de la cintura, ni hacer glúteo quemará la de tus cartucheras, así que invirtamos nuestro tiempo, esfuerzo y sesiones de entrenamiento con una orientación mucho más acertada y desde luego productiva. Lo que sí es importante es observar como se ha acumulado la grasa y en qué zonas, esta información es vital para saber la causa y actuar sobre ella.

Pero lo que si podemos lograr es dar más “forma” al musculo más débil, estableciendo el principio de prioridad muscular, hacer más series extras, etc. De esta forma lograremos el musculo no estará tan descompensado del resto.

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Habrás comprobado que la grasa no se acumula por igual en todas las personas. Cada persona presenta una determinada forma y zona de acumulación. Con algo de información sobre hábitos de vida podemos determinar de forma bastante acertada cuál ha sido la causa del sobrepeso y de esta forma disponer de una estrategia mucho más acertada para eliminarla y evitar que se vuelva a acumular.

La grasa en el hombre y es un factor importante en la distribución de la grasa, hombre y mujeres presentan grandes diferencias en el lugar de acumulación, el factor más determinante es el factor hormonal, ya que los estrógenos (hormona típicamente femenina) muy relacionados con la función reproductora en la mujer, tienden a acumular las reservas de grasa en la zona glúteo/femoral. En el hombre esta hormona está presente en cantidades mucho menores y la acumulación de la grasa tiene su causa en el sedentarismo y altas ingestas calóricas durante el día.

En promedio, las mujeres tienen entre un 6 y un 11 por ciento más grasas que los hombres.

Aconsejo que no cometan el error de intentar perder peso de forma rápida, llegando a creer que se podrá perder unos quilos de grasa en unas semanas cuando han tardado meses en acumular esa grasa de reserva.

Tampoco no es la mejor opción hacer dietas muy estrictas y ponerse hacer cardio durante horas.

Tener siempre en cuenta que la grasa no se quema deprisa, por eso siempre aconsejare perder peso de forma lenta y no solo hay que mirar lo que indique la báscula, sino los % de grasa y masa magra son aún más importantes.

Recomiendo es realizar un entrenamiento anaeróbico (pesas) seguido de uno aérobico (elíptica, bicicleta, correr…) enfocado al objetivo y fisiología de la persona, al igual que con la dieta, para que no tenga carencias nutricionales, que este basada en un buen aporte proteico, grasas saludables, y en menor medidas carbohidratos complejos.

Amenorrea o ausencia de la menstruación en mujeres deportistas.

La presencia de ciclos normales con una ciclicidad de entre 21 a 35 días, tienen que ver con una estrecha interacción entre los sistemas endocrino y reproductor.

La amenorrea se define como la ausencia de la menstruación, pero para ser considera un trastorno, esta ausencia debe mantenerse en el tiempo. No existe un acuerdo entre los diferentes médicos a la hora de establecer el tiempo a partir del cual se puede considerar patológico, unos hablan de 3 meses, otros de 6…

El ejercicio físico intenso, puede suprimir los ciclos menstruales en muchas mujeres, principalmente en aquellas que practican deportes de resistencia, pero siempre depende de la intensidad de la actividad.

Normalmente al disminuir la actividad o en los periodos de descanso suele restaurarse el ciclo menstrual normal siempre y cuando aumente el peso corporal y el porcentaje de grasa. Normalmente no se ve afectada la fertilidad.

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La amenorrea puede ser primaria o secundaria.

Amenorrea Primaria es cuando la niña no ha presentado aún su primera menstruación o menarca, pero sí están presentes las características sexuales secundarias a la edad de 16 años.

Amenorrea Secundaria es la pérdida de la menstruación por tres o más ciclos consecutivos en una mujer que ya ha tenido su menarca, o tener menos de tres períodos al año.

Se estima que entre el 2% y el 5% de las mujeres en edad reproductiva, que no están embarazadas o amamantando, experimenta algún tipo de amenorrea secundaria.

Estudios realizados al respecto informan que entre un 1% y un 44% de las mujeres atletas experimenta amenorrea en un momento dado. La razón de esta variabilidad tan amplia que presentan los estudios realizados reside, probablemente, en la definición de amenorrea utilizada y en las diferentes subpoblaciones de atletas que han sido estudiadas. Las deportistas adolescentes están más predispuestas a la amenorrea debido a la maduración incompleta del eje hipotálamo hipofisario gonadal.

El control del ciclo menstrual normal yace en el eje hipotálamo-hipofisario gonadal. La secreción pulsátil de hormona liberadora de gonadotrofinas (GnRH) por el hipotálamo, estimula la producción y secreción de la hormona luteinizante(LH) y folículoestimulante(FSH) por la hipófisis anterior, que a su turno estimulan al ovario para la producción de estradiol y progesterona y la ovulación en la mitad del ciclo.

La amenorrea asociada a la Triada del Atletismo Femenino es conocida como “amenorrea hipotalámica , lo que refleja un trastorno de la descarga pulsátil de GnRH por el hipotálamo, con la consiguiente disminución de la secreción de LH y FSH. La disminución en la secreción de LH conduce a una disminución de los estrógenos por falta de estimulación ovárica, en un ovario, por otro lado indemne.

Para explicar este fenómeno se han postulado diversos mecanismos, así parece ser que la amenorrea deportiva refleja un trastorno de la descarga pulsátil de la GnRH por el hipotálamo. Hay un aumento de los opioides endógenos, los que actuando a nivel de la eminencia media del hipotálamo inhiben la descarga de GnRH, así como la corticotrofina (CRF) ha sido señalada, también, como posible inhibidora de la producción de LH vía GnRH.

La melatonina y la dopamina, que aumentan con el ejercicio aeróbico pueden, también, disminuir la secreción de GnRH, lo mismo que el hipercortisolismo. La prolactina también, experimenta un aumento transitorio durante el ejercicio intenso, lo que podría provocar la impregnación prolactínica del ovario en maduración, efecto suficiente para retardar aún más la maduración del ovario adolescente por el efecto de la gonadotropina hipofisaria FSH.

Esto puede condicionar un retardo en la menarca o provocar una amenorrea transitoria, semejante a lo que ocurre en la madre que amamanta. Recientemente, luego del descubrimiento de la Leptina, una proteína secretada por los adipositos y de acuerdo a las últimas publicaciones, muy probablemente esta hormona se exprese, también, en las células trofoblásticas, en el amnios y en el cerebro, se ha relacionado potencialmente como partícipe en la amenorrea atlética. Es una hormona involucrada en la saciedad y en el incremento del gasto de energía. Esta hormona tiene una estrecha relación con la iniciación de la maduración sexual y el progreso de los eventos puberales, así como con la fertilidad femenina. Sus niveles plasmáticos están relacionados con el porcentaje de grasa corporal y con el índice de masa corporal (IMC o BMI). Su disminución es causante de amenorrea. La disminución del grado de adiposidad menor del 15% y del nivel de leptina plasmática menor de 3 ng por ml en mujeres jóvenes, la función reproductiva se deteriora significativamente por el estado deficiente de nutrición.

En estudios efectuados en mujeres atletas con alto rendimiento se comprobó que los niveles plasmáticos de leptina se encuentran significativamente disminuidos en relación a los controles. En las atletas con amenorrea no se observó la elevación nocturna de los niveles de la hormona, como ocurre normalmente.

En las bailarinas de ballet con grasa corporal francamente disminuida se comprobó interrupción en la ovulación.

Han sugerido que por cada año de entrenamiento de alta intensidad antes de la menarca ésta se retrasa en 5 meses. Existe, de acuerdo a esta autora y en nuestra propia experiencia un porcentaje crítico de grasa corporal por debajo del cual no hay menstruación.

Existen muchas controversias respecto de este tema. Actualmente se está poniendo énfasis en la investigación sobre la responsabilidad que le cabe en la amenorrea atlética al estrés debido al ejercicio y a la disponibilidad energética.

La nutrición un factor clave.

Es muy importante valorar los aspectos nutricionales ya que, en la mayoría de los casos, son el principal factor desencadenante de la tríada, por este motivo se debe hacer un interrogatorio alimentario completo del consumo diario de alimentos.

La dieta que siga la deportista siempre tiene que ser preinscrita por un profesional y se ajustará a sus necesidades personales, teniendo en cuenta las características de la deportista así como el tipo de deporte. En la mayor parte de las dietas suele ser imprescindible:

  • Aumentar el aporte calórico de forma gradual
  • Incluir complementos nutricionales para asegurar el aporte calórico y de nutrientes
  • Aporte de vitaminas y minerales según las deficiencias que se hayan detectado.

Los trastornos alimentarios pueden causar serios problemas médicos. La pérdida de líquido y electrolitos durante las purgas pueden ocasionar serios problemas, tales como la deshidratación y patologías que alteren el equilibrio ácido-base así como posibles problemas cardíacos como arritmias.

Estas anomalías junto con la deshidratación provocan consecuencias como la disminución de la coordinación, el equilibrio y la función muscular. Por lo tanto este comportamiento es perjudicial para su salud y contraproducente en su rendimiento físico.

Tratamiento y prevención

Debido a que la combinación entre trastornos alimentarios y ambiente deportivo constituye una situación especial, el deportista afectado es único y requiere aproximaciones especiales para su recuperación y tratamiento. La mayoría de las investigaciones existentes en esta área se han centrado más en la prevalencia de los trastornos que en su prevención y tratamiento. El conocimiento de la prevalencia ayudará a las personas que trabajan con los atletas que padezcan estos desórdenes. Sin embargo, la cuestión parece menos importante que el hecho de que muchos atletas sufren los trastornos y necesitan tratamiento.

Es necesario que el entorno del deportista (entrenador, preparador físico…) esté informado de los factores de riesgo y de la etiología de los problemas del comportamiento alimentario, con objeto de poder identificar con rapidez la presencia de dichas patologías. Es igualmente importante que los deportistas, a partir de un cierto nivel de competición, tengan un seguimiento regular que incluya una evaluación psicológica y nutricional

Mejora la flexibilidad. Beneficios.

La flexibilidad es la habilidad de los tejidos alrededor de la articulación de rendir y estirarse y luego relajarse y alargarse. También es definida como el rango de movimiento posible alrededor de una articulación. La flexibilidad es específica a la articulación y la acción articular. Tal vez sea el más olvidado componente del acondicionamiento físico y aun mal usado.

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La inclusión de programas de ejercicio dirigidos a la mejora de la flexibilidad se basa en la evidencia de los múltiples beneficios que se derivan de este tipo de ejercicio. Entre ellos se incluye el fortalecimiento de las zonas articulares y la mejora del tono muscular. Además, algunos estudios demostraron la capacidad de este tipo de ejercicio en la prevención y tratamiento de lesiones musculosqueléticas.

Los ejercicios de estiramientos incrementan la flexibilidad de los tendones mediante dos tipos de efectos sobre la unión del músculo con el tendón: la inhibición del reflejo mediado por mecanorreceptores y la tensión viscoelástica. El incremento de la tensión sobre la unidad musculotendinosa se detecta mediante propioceptores en el tendón y en el músculo, los cuales inhiben posteriores contracciones agonistas del músculo e inducen la relajación de la unidad agonista.

El objetivo de esta inhibición refleja es prevenir las lesiones asociadas a un estiramiento excesivo y puede explicar los incrementos de flexibilidad (a corto plazo) que se producen después de realizar estiramientos.

Los principales efectos de los estiramientos implican las propiedades viscoelásticas del tendón. Se consigue, por un lado, un incremento transitorio de la longitud de la unidad músculo-tendón resultante de la relajación de los complejos actina-miosina y, por otro, un último incremento mediante la alteración de los alrededores de la matriz extracelular.

El efecto más fácilmente apreciable es la mejora que se produce sobre la flexibilidad del tendón y en los límites de sus movimientos.

La edad a menudo produce una sustancial reducción tanto de la flexibilidad del tendón como de sus límites de movimiento. Esto es debido a cambios bioquímicos en la unidad musculosquelética y a otros factores mecánicos en la estructura muscular. Estos cambios ocasionan la reducción de la fuerza de tensión y el aumento de la rigidez del tendón.

Esta pérdida de flexibilidad puede disminuir significativamente la capacidad del individuo para realizar actividades cotidianas y realizar ejercicio físico.

La pérdida de flexibilidad se asocia a la edad y es especialmente importante en aquellos individuos que, además, son sedentarios.

Se relaciona la falta de flexibilidad del psoas iliaco, el cuádriceps, el cuadrado lumbar y los isquiotibiales, junto con la pérdida de fuerza y resistencia muscular de la zona abdominal, con patologías en la zona lumbar.

Por otro lado, es de gran importancia el trabajo de la flexibilidad del cuello, hombro y zona dorsal, ya que de lo contrario puede ir limitándose la capacidad para realizar actividades cotidianas.

Tipo de ejercicio

Los métodos más efectivos para trabajar la flexibilidad son los dinámicos lentos con final estático (10-60 segundos) o la facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP).

Para el primer método, se trata de realizar un estiramiento a velocidad lenta y constante, sosteniendo la posición final durante unos 30 segundos. Debe realizarse lentamente y sólo hasta un punto donde se siente una molestia mínima (la sensación de tensión debería disminuir a medida que se mantiene el estiramiento, si no disminuye, se debería reducir ligeramente la posición de estiramiento). En ningún caso se debe realizar rebote.

La FNP se ha utilizado ampliamente en atletas como método para incrementar la flexibilidad. Se realizan con la ayuda de un compañero (o fisioterapeuta) e involucran tanto movimientos activos como pasivos. Habitualmente se coloca la articulación en posición de estiramiento estático con el músculo relajado.

Después de unos 20 segundos se contrae el músculo unos 10 segundos realizando una fuerte contracción isométrica contra una fuerza externa que actúa en la dirección del estiramiento.

Después, se realizará un segundo estiramiento (potencialmente mayor que el primero).

Actividades como el yoga, tai-chi también son beneficiosas y producen mejoras de la flexibilidad, pudiéndose integrar en el programa de ejercicio físico.

Intensidad

Se debe sentir tensión pero no dolor. La intensidad del estiramiento ha de ser suficiente para notar una leve sensación de molestia, que tenderá a disminuir a medida que aguantamos el estiramiento.

Duración

Es conveniente realizar de tres a cinco repeticiones de cada estiramiento. Cada estiramiento se debe mantener unos 10 a 60 segundos, con un periodo de descanso entre ejercicios de unos

10 a 60 segundos.

Frecuencia

Un mínimo de dos a tres veces por semana, siendo recomendable realizarlos a diario.

Otros factores

Antes de realizar los estiramientos, es aconsejable realizar alguna actividad de tipo aeróbico que aumente la temperatura corporal y la irrigación sanguínea de la zona que se va a estirar (por ejemplo, 5-10 minutos de carrera suave).

Se deberán realizar ejercicios de estiramiento tanto en las fases de calentamiento como en la fase de enfriamiento posterior a la actividad y, además, se debería combinar siempre el entrenamiento de fuerza con ejercicios de estiramiento.

Cabe recordar que la flexibilidad mejora día a día y que una vez que el rango de movimientos se ha incrementado o desarrollado hasta el nivel deseado es fácil mantener ese rango de movimientos.

Ventajas de la flexibilidad

  • Facilita la coordinación muscular entre muscúlalos antagonistas y agonistas.
  • Favorece la contracción muscular aumentando la velocidad y la fuerza de contracción
  • Se aprovecha mejor la energía mecánica
  • Sirve para recuperarnos de lesiones musculares.
  • Reduce el agarrotamiento muscular.
  • Mejora la elasticidad muscular en cuestión a la hora de moverse en cualquier gesto técnico o en cualquier deporte.
  • Favorece la técnica y economiza esfuerzos.

Alimentos y nutrientes para tener unas articulaciones fuertes.

Alimentarnos de manera correcta y equilibrada para mantener un cuerpo sano y ágil es una buena manera de conservar nuestras articulaciones mejor por más tiempo, ya que el sobrepeso y el levantamiento de peso es un problema a la hora de conservar los cartílagos sanos, pues poco a poco se irán desgastando haciendo que padezcamos dolores y podamos llegar a perder gran parte de la masa de los mismos. A esto debemos sumar que saber elegir bien los alimentos adecuados hará que los cartílagos se fortalezcan y así evitemos su deterioro.

Mantener una correcta hidratación en los cartílagos es fundamental, ya que la hidratación permitirá la lubricación de los mismos a la hora de ejecutar los diferentes movimientos que vamos a llevar a cabo. Por ello la ingesta habitual de líquidos es imprescindible. Hidratarnos con asiduidad mejorará el estado de las articulaciones considerablemente.

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Pescado azul

El pescado azul tipo atún, caballa, sardinas, salmón, las semillas de lino, chia, nueces, etc. Son ricos en ácidos grasos omega-3, un potente antiinflamatorio que actúa inhibiendo la síntesis de sustancias mediadoras de la inflamación. Por otro lado, aunque no tenga un efecto antioxidante directo, los ácidos grasos omega-3 ayudan a proteger a las membranas celulares de los efectos nocivos de los procesos oxidativos que se producen durante la práctica de ejercicio físico.

Aceite esencial de Nuez Moscada/lino 

Es muy útil en el tratamiento de dolores de las articulaciones gracias a sus propiedades analgésicas y anti-inflamatorias.

Este aceite esencial puede proporcionar un alivio inmediato en caso de dolores de articulaciones e hinchazón producida debido a esfuerzos excesivos.

Aceite de oliva virgen

Una dieta rica en aceite de oliva puede aliviar el dolor en las articulaciones, reduciendo la inflamación de las articulaciones sensibles o inflamadas. Sin embargo, el aceite de oliva normal no funcionará, ya que no contiene oleocanthal, que es el ingrediente principal responsable de la reducción del dolor articular. El oleocanthal está presente en altos niveles en el aceite de oliva extra virgen. El nivel del oleocanthal en el aceite depende de la madurez de la aceituna en el momento de la cosecha, la variedad de oliva y cuándo fue prensado el aceite.

Carnes y derivados

El pavo, pollo, carne de caballo, ternera. Son un tipo de alimentos ayudan al mantenimiento de las articulaciones desde dos aspectos. El principal, es su contenido en proteínas, proporcionando los aminoácidos necesarios para sintetizar el cartílago así como, prevenir y disminuir el tiempo de recuperación de las lesiones. Por otro lado, tienen un alto contenido en hierro y zinc, minerales necesarios para la reparación de las lesiones.

Los alimentos ricos en mucopolisacáridos como las manitas de cerdo, los callos, la lengua de buey, el codillo de cerdo, etc, en principio serían adecuados para fortalecer y recuperar las articulaciones, pero a menudo van acompañados de otras sustancias no deseables, como es un exceso de grasa y colesterol, por lo que la mejor alternativa es recurrir a los suplementos que los contienen.

Alimentos ricos en vitamina C.

Como los frutos rojos, kiwi, naranja, tomate, pimientos crudos, brécol, perejil, etc. Esta vitamina junto con los omega-3, inhibe los procesos que cursan con inflamación en el organismo. Así mismo, contribuye en la síntesis y mantenimiento del colágeno y del cartílago, estructuras que forman parte de las articulaciones. Además, la papaya y piña (frutas ricas en vitamina C), contienen papaína y bromelina, sustancias con un alto poder antiinflamatorio.

Corteza de sauce. De ella se extrae el ácido salicílico, para la fabricación de un conocido medicamento. Sus beneficios se conocen desde la Antigüedad, y se suele tomar en decocción.

Mejillón de labio verde. Este molusco, originario de Nueva Zelanda, es muy beneficioso para el tratamiento de enfermedades reumáticas. Su gran contenido en proteínas de alto valor biológico y ácidos grasos poliinsaturado, así como sales minerales y oligoelementos, necesarios para la correcta nutrición del cartílago articular. Ayuda a reducir el dolor y contribuye a mejorar la movilidad de la articulación en casos de artritis y artrosis, todo ello derivado de su actividad antiinflamatoria y recuperadora del cartílago.

Fenogreco: Otro de los remedios que puede dar un excelente resultado a la hora de combatir un dolor de rodilla es el fenogreco. Muele unas cuantas semillas de esta especia y luego mézclala con agua, formando una pasta. Aplícala sobre la zona afectada, como si fuera una cataplasma, dejando actuar un buen rato. Verás que ayuda notablemente a las desinflamaciones.

Cúrcuma: La cúrcuma posee propiedades anti inflamatorias y es considerada uno de los mejores remedios caseros para todo tipo de dolencias en las rodillas.

Bebe infusiones de jengibre: El jengibre no sólo es genial para combatir las inflamaciones, sino que también es genial para activar la circulación y por su efecto analgésico. Por ende, puede tener varias maneras de ayudarte a proteger tus rodillas y calmar sus dolores.

Beta-caroteno (Pro vitamina A) su función para la piel

Se trata de un pigmento liposoluble (que se disuelve en grasa) de color amarillento que, aunque no tiene la capacidad de broncear por sí solo, tiñe las células y hace parecer como si se estuviera más tostado. “El betacaroteno se considera uno de los más importantes elementos precursores de la vitamina A, por eso también se le conoce como pro-vitamina A. Es gracias a este pigmento que el hígado y el intestino delgado generan la vitamina A, esencial para nuestro organismo”, asegura el dermatólogo y miembro de la Sociedad Chilena de Dermatología Juan Honeyman.

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El beta-caroteno es un pigmento vegetal , los vegetales en los que abunda como calabaza , boniato, mango , melón  de la variedad Cantalupo, melocotones  y albaricoques  (más aún los orejones ), papaya , pimientos , además de zanahorias . También son ricos en beta-caroteno vegetales verdes como las espinacas , las acelgas  y los berros, aunque el color no se aprecia ya que el pigmento está enmascarado por la clorofila, que les da el color verde.

El dicho popular de que comer zanahoria ayuda a poner la piel morena tiene su explicación. La zanahoria es el alimento que más beta-caroteno concentra. Contiene alrededor de 8.100 microgramos (8,10 miligramos) de carotenoides  por cada 100 gramos, siendo el beta-caroteno el más abundante con diferencia. De ahí que acostumbrarse a comer una zanahoria diaria los meses previos al verano, puede servir también para acelerar el bronceado y proteger la piel de las quemaduras solares. Además, sin efectos secundarios ni contraindicaciones, pero sin dejar de lado las eficaces cremas solares.

El aporte de nutrientes extras como ayuda para la protección del daño en la piel de los rayos del sol es cada vez más reconocido por el público en general, pero su eficacia es controvertida. Sucede, por ejemplo, con los complementos de vitamina E, cuyo efecto sobre la protección solar de la piel está aún por probar. También desde hace unos años se venden en farmacias y tiendas de herbodietética comprimidos y cápsulas de beta-caroteno con el fin de acelerar el bronceado y de proteger la piel de las quemaduras solares.

El beta-caroteno no sólo es capaz de ayudar a nuestra piel a broncearse. También ayuda a proteger nuestro organismo de algunos tipos de cáncer gracias a sus virtudes antioxidantes, debido a que ayuda a proteger a las células para que no sufran los daños de los radicales libres.

Por otro lado, se sabe que el beta-caroteno puede mejorar el sistema inmunológico, por lo que consumir vegetales ricos en este pigmento, puede ser muy importante para aquellas personas con problemas relacionados con las defensas. Su carácter de potenciador de vitamina A, le hace un elemento muy beneficioso para la vista, la formación de los huesos y de los glóbulos rojos.

Efectos adversos

Niveles muy altos de betacarotenos durante un periodo prolongado de tiempo no es nada aconsejable para nuestra salud general, ya que el exceso de vitamina A tendrá una serie de consecuencias. En primer lugar vamos a ver que este exceso afectará a los órganos que sintetizan la vitamina A para su correcto funcionamiento. Con un exceso continuado estaremos poniendo en riesgo nuestra vista, los huesos y hasta el estado general de la piel.

5 Minerales fundamentales para articulaciones y huesos.

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  1. Equilibrio calcio/fósforo. Ambos minerales son contrarios en sus funciones orgánicas, pero se complementan en la formación, desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes. Para ello deben estar en cantidades proporcionadas en el organismo, ya que la abundancia o la carencia de uno afecta a la capacidad de absorber el otro.
  2. Magnesio. Este mineral esencial tiene relación directa, junto con las proteínas, con la formación de colágeno. Si no se fabrica una cantidad suficiente de colágeno, hecho que sucede cuando tenemos escasez de magnesio, aparecen dolencias como la artrosis o la osteoporosis. Esta última contribuye al deterioro del sistema óseo, y si se padece un pequeño golpe puede ocasionar graves fracturas en los huesos.
  3. El azufre en el organismo, en mayor medida, está en forma de condroitín sulfato y de sulfato de glucosamina, sustancias que forman parte del colágeno. El colágeno es materia prima de tendones, cartílagos y ligamentos, elementos que participan en el funcionamiento de las articulaciones.
  4. El silicio, a nivel articular, participa en la síntesis de elastina y de colágeno que permiten la elasticidad de la membrana sinovial y contribuyen a reducir los procesos inflamatorios. Este oligoelemento está implicado en el metabolismo óseo al optimizar la fijación del calcio y del magnesio en los huesos y estimular la formación y mineralización ósea.