Deporte y aumento de memoria en el cerebro

El entrenamiento de la aptitud física mejora el estado de ánimo, el autoconcepto, autoestima, habilidades sociales, funcionamiento cognitivo, actitud en el trabajo; mejora la calidad del sueño; reduce la ansiedad y el estrés, alivia los síntomas depresivos; complemento de utilidad para programas de rehabilitación de alcoholismo y abuso de sustancias.

Se acumulan evidencias sobre cómo el ejercicio físico potencia el consumo cerebral de nutrientes de reserva especialmente beneficiosos en las zonas de este órgano relacionadas con el pensamiento complejo y la memoria, que se liberan en mucha menor cantidad si el sistema nervioso no percibe que su uso es necesario.

Abandonar la comodidad tóxica: el cerebro

Empezando con la investigación que relaciona el modo de procesar nutrientes del cerebro con el ejercicio: el nivel de glucógeno, o sustancia de reserva especialmente rica en carbohidratos que se transforma en glucosa al ser usada por el organismo, se reduce durante el ejercicio prolongado y nuestro metabolismo compensa su merma procesando mayor cantidad.

Un estudio reciente llevado a cabo por científicos japoneses en animales prueba que, cuando aumenta la demanda física, el cerebro da un paso adicional y se alimenta con sus reservas, no ya protegiendo el rendimiento de varias zonas, sino potenciándolo, ya que les otorga mayor cantidad de glucógeno.

Se trata de un hallazgo científico que da la razón al eudemonismo aristotélico y otras filosofías de vida, como el estoicismo o el budismo zen, que exponen que el único modo de alcanzar la felicidad (a la que llaman «virtud», «tranquilidad», etc.), consiste en ejercitarse, practicar, buscar la mesura, el punto medio entre dos pasiones opuestas; actuar, según Aristóteles, «de manera natural».

Desde la ciencia, ya se creía que la práctica continuada de deporte aumenta de manera sostenida esta carga de carbohidratos (glucógeno) en el cerebro, relacionada con procesos como el pensamiento o la memoria, pero hasta ahora no se había observado en animales, sino sólo en cultivos celulares. El siguiente paso será certificar el hallazgo en humanos.

Se refuerza así la hipótesis de que el ejercicio físico continuado no sólo afecta el estado de ánimo (generando neurotransmisores relacionadas con la euforia y el bienestar físico como la serotonina, así como el nivel de endocanabinoides en la sangre), sino que agudiza el cerebro, mejorando su rendimiento a partir de la composición de sus nutrientes.

La fuerza de voluntad

El comportamiento bioquímico del cerebro durante el ejercicio y, sobre todo, cuando el esfuerzo se hace regular, complementa otros estudios de psicología social sobre fuerza de voluntad y autocontrol.

Al parecer, la voluntad y el autocontrol contribuyen tanto al bienestar duradero como el propio ejercicio (y poco ejercicio constante puede realizarse sin fuerza de voluntad). No sólo se requiere consistencia para evitar el desfallecimiento, sino que tenerla garantiza mejores resultados en los estudios y en la vida.

John Tierney, escritor científico de The New York Times, ilustra la importancia de la fuerza de voluntad explicando el «estudio del malvavisco» (esa golosina esponjosa llamada «nube» en España).

El test del malvavisco era un experimento de gratificación aplazada «en el que se daba una nube azucarada a niños de 4 años. Se les explicaba que podían comerla al instante pero, si esperaban 15 minutos, obtendrían 2 nubes… Los chiquillos que lograban resistir comer la golosina al instante lo hicieron mucho mejor en la escuela y durante su trayectoria vital».

Esta prueba, explica John Tierney en su libro Willpower: Rediscovering the Greatest Human Strength, escrito conjuntamente con Roy F. Baumeister, «fue lo que realmente inició el movimiento moderno del autocontrol».

Consecuencias de la cultura de la gratificación instantánea

El secreto del bienestar duradero, tomando el resultado en el estudio bioquímico en el cerebro y el test del malvavisco, consiste al parecer en ser conscientes de que, en ocasiones, salir de la zona de confort nos hace mejores, tanto en el sentido más físico como en el mental y espiritual.

Pero, aún sabiendo que sacrificar la gratificación a corto plazo por una recompensa más duradera a largo plazo es beneficioso, la cultura predominante ha premiado socialmente el gasto impulsivo y el éxito repentino, llegado sin esfuerzo, como por arte de magia; ahora comprobamos los resultados.

El deporte es uno de los reductos contemporáneos donde se sigue relacionando la excelencia con autoncontrol y perseverancia. En un caso que debería estudiarse como uno de los grandes fracasos contemporáneos, la sociedad ha sido incapaz de usar los paradigmas deportivos como arquetipo de la fórmula que conduciría a la excelencia en otros ámbitos.

La mejora de nuestro entorno y esperanza de vida podría haber dado paso, en algunos casos, al amodorramiento. John Tierney y Roy F. Baumeister, psicólogo social de la Universidad Estatal de Florida, creen que la fuerza de voluntad actúa como un músculo: puede ser trabajada y moldeada, del mismo modo que puede atrofiarse por uso incorrecto o falta de uso.

Mover el cuerpo exige al cerebro

El bienestar físico altera la composición química del cerebro y el resto del cuerdo cuerpo, expresada de distintas maneras aunque, para lograrlo, es necesario el esfuerzo, el «músculo» de la fuerza de voluntad del que hablan John Tierney y Roy F. Baumeister en su ensayo.

Mover el cuerpo demanda un gran esfuerzo cerebral, además de voluntad. El ejercicio activa incontables neuronas, encargadas de generar, recibir e interpretar rápidos e incontables mensajes procedentes del sistema nervioso, que controlan contracciones musculares, visión, equilibrio, o las complejas interacciones que nos permiten dar un paso tras otro.

Los últimos estudios aportan pistas y fórmulas que, consistentemente, evocan nuestros inicios y evolución como especie, cuando la necesidad requería permanecer especialmente alerta.

El cambio de hábitos de estilo de vida y alimentación de las últimas décadas han mejorado la calidad y esperanza de vida; en términos bioquímicos, no obstante, sobrealimentarse sin hacer ejercicio de manera regular equivale a amodorrar nuestro cerebro, ya que, en una cotidianeidad abundante y sedentaria, el cerebro no se verá forzado a consumir más que glucosa.

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Contrarrestar la dieta rica en azúcares y el sedentarismo

Con una dieta excesiva y el sedentarismo, se evita que el cerebro pruebe las mieles del glucógeno, sustancia a la que sólo recurre cuando sus indicadores nerviosos así lo requieren.

Sin esfuerzo, el cerebro no puede usar sus mecanismos para aumentar el rendimiento de distintas zonas. Y sin voluntad y autocontrol, difícilmente se puede salir de la zona de confort y practicar el esfuerzo físico de manera sostenida.

En definitiva, los entornos de abundancia no sólo han modificado profundamente el sistema de valores y creado nuevas patologías, sino que podrían bloquear mecanismos relacionados con la salud física y mental. Lo peor de la abundancia, dicen estos estudios, se ha llevado por delante a lo que había que salvar de la escasez.

El ejercicio continuado y la dieta cerebral

Son especialmente remarcables los hallazgos de bioquímicos japoneses de la Universidad de Tsukuba, que lograron por primera vez estudiar los niveles de glucógeno en las neuronas, alimento cerebral que complementa la glucosa.

Hasta ahora, no se conocía hasta qué punto el glucógeno influía sobre el funcionamiento del cerebro; se sabía que este polisacárido actúa como reserva energética, al tratarse de carbohidratos fáciles de procesar a los que el cuerpo recurre cuando los niveles de glucosa han descendido, sobre todo en el cerebro, nuestro órgano más exigente y que demanda más azúcares.

Finalmente, un estudio ha demostrado cómo el ejercicio fomenta el uso de glucógeno en el cerebro, sobre todo en las áreas con mayor actividad y requerimiento energético, las más propensas a reducir sus niveles de glucosa: el córtex frontal y el hipocampo, áreas relacionadas en el pensamiento complejo, la memoria y la motricidad.

Pensar y recordar más y mejor

Los descubrimientos de la Universidad de Tsukuba sobre los niveles de glucógeno en neuronas que habían agotado sus reservas de «alimento fácil» (glucosa), publicados en un artículo de Journal of Physiology, relacionan sin equívocos el ejercicio regular con el mayor rendimiento en el córtex frontal y el hipocampo, explica Gretchen Reynolds en Well, bitácora de The New York Times.

Hasta ahora, sólo se había corroborado en cultivos de neuronas el paralelismo entre el descenso de los niveles de glucosa en el cerebro y el mayor consumo de glucógeno, alimento de reserva sólo activado con el aumento de la actividad física, emulando las condiciones evolutivas de nuestra especie hasta la historia reciente.

La técnica usada por los investigadores japoneses ha certificado la relación entre descenso de glucosa cerebral y aumento de glucógeno en grupos de ratas sometidas a distintos regímenes: mientras uno de los grupos corrió moderada y regularmente durante cuatro semanas, el otro grupo permaneció sedentario durante el mismo tiempo.

De este modo, se pudo determinar la cantidad de glucógeno antes y después del ejercicio tanto en los animales que se ejercitaron como en los sedentarios. La prueba confirmó que el ejercicio prolongado reducía las reservas de energía en el cerebro, aumentando el glucógeno según lo esperado.

Salir de la zona de confort sienta bien al cerebro

Tras los ejercicios, los nutrientes acudieron directamente al cerebro, con una diferencia en comparación con el estado previo al ejercicio físico: la cantidad glucógeno no sólo había recuperado su nivel anterior, sino que había aumentado hasta un 60% en el córtex frontal y el hipocampo, y algo menos en otras partes del cerebro.

Los astrocitos habían «sobrecompensado» el ejercicio físico, con una consecuencia sorprendente: una especie de recarga energética del cerebro hasta activarlo por encima de niveles de alerta y funcionamiento similares a los anteriores.

El consumo de azúcares sin ejercitarnos mantiene nuestro cerebro en funcionamiento, pero sólo el ejercicio físico le hace abandonar el «piloto automático», la modorra causada por el acomodo del animal que se sabe tranquilo y seguro en su zona de confort, sin indicativos químicos en su metabolismo que despierten su agudeza.

Es dedir: el único modo de despertar nuestro instinto de supervivencia y, con él, mayores niveles de alerta pensamiento complejo y motricidad en tiempos de bonanza y ausencia de grandes amenazas como el actual, consiste en ejercitarnos.

Una vez, sienta bien; muchas veces, cambian nuestro cerebro

Algo así como imitar, o rememorar, nuestros orígenes como especie, cuando nos movíamos tras la presa que los cazadores del grupo trataban de superar agotándola; o cuando, impelidos por el peligro y la incertidumbre, los individuos mantenían alerta todos sus instintos para dar al grupo una oportunidad de supervivencia.

Los últimos remanentes de la cultura ancestral de la supervivencia a través del ejercicio son el último vestigio ajeno a la cultura global de la gratificación instantánea, en un momento de comunicaciones ubicuas y una creciente clase media en los países emergentes.

Son supervivientes de la caza por persistencia, como el pueblo san del África austral; o guardianes del uso ritual de la carrera, como los últimos tamemes de Mesoamérica, los tarahumara mexicanos.

El experimento de la Universidad de Tsukuba detectó otro fenómeno remarcable después de que todos los animales corrieran durante la primera jornada y se alimentaran tras el ejercicio: tras 24 horas, los niveles de glucosa y glucógeno habían retornado a la «normalidad» previa al ejercicio.

Sin embargo, comprobaron que el grupo que continuó ejercitándose durante cuatro semanas. En estas ratas, los nuevos niveles de «supercompensación» se convirtieron en la nueva normalidad, con sus niveles medios de glucógeno mostrando incrementos sostenidos en comparación con los analizados en el grupo sedentario.

Corriendo, reforzamos el lóbulo frontal y el hipocampo

En los animales que habían logrado que los niveles elevados de glucógeno fueran la composición de nutrientes normal en su cerebro, los incrementos eran de nuevo notables en las zonas decisivas para el aprendizaje y la formación de la memoria: el córtex frontal y el hipocampo.

Ejercitarse esporádicamente es bueno, aunque sus resultados son temporales; hacerlo de manera regular, atendiendo a estudios como el de la Universidad de Tsukuba, mejora los nutrientes y resultados en las neuronas de las zonas del cerebro relacionadas con el aprendizaje, el pensamiento complejo, la memoria.

Ejercitándonos con regularidad, nuestro cerebro trabaja mejor. Si bien un cerebro con mayores y mejores reservas de nutrientes puede sostener con mayor garantía el esfuerzo físico prolongado, también «puede ser el mecanismo clave que subyace en la mejora de la función cognitiva a través del ejercicio», explica Hideaki Soya, profesor de bioquímica de la Universidad de Tsukuba.

Compensar nuestro sedentarismo

El sustitutivo contemporáneo a la actividad física continuada de nuestros ancestros no estriba en recuperar la caza por persistencia, sino en compensar el mayor sedentarismo de las actividades a las que dedicamos más tiempo a través del ejercicio físico regular.

Más fáciles de llevar a cabo que los neuronales, abundan los estudios que certifican cuán nociva es la vida sedentaria, sobre todo la acompañada con una dieta rica en azúcares y alimentos precocinados.

Por ejemplo, se ha comprobado que los individuos que pasan su tiempo de descanso sentados padecen un índice de mortalidad un 20% superior; o que los individuos que se sientan más de 23 horas semanales tienen un 64% más de posibilidades de morir de ataque al corazón que los que lo hacen 11 horas o menos.

Herencia de nuestro pasado: diseñados para ejercitarnos

Ello explicaría por qué las glándulas sudoríparas del ser humano son mucho más eficientes que las de sus presas; o por qué tenemos un músculo glúteo especialmente desarrollado para nuestra masa, capaz de propulsarnos durante horas sin parar; o por qué tenemos tendón de Aquiles, a diferencia del resto de primates.

Durante cientos de miles de años, el ser humano usó su cuerpo a diario y de manera intensiva para cazar, construir abrigos, recolectar alimentos silvestres, caminar, realizar ceremonias, defenderse, o emigrar.

Hay evidencias que, asimismo, reivindican la idoneidad de correr con el calzado más minimalista posible, lo que evitaría lesiones. Apenas unas décadas de zapatillas acolchadas van en contra de esta tendencia, por toda la historia de la especie haciendo lo contrario.

Los cambios que ocurren en el cerebro

El deporte no solo nos hace bien desde el punto de vista psicológico, sino que incluso incide a nivel cerebral. En 2006 investigadores de la Universidad de Illinois se dieron a la tarea de recopilar varios estudios existentes sobre el tema y concluyeron que practicar actividad física tiene un efecto neuroprotector; es decir, nos protege de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como las demencias, ya que salvaguarda nuestras funciones cognitivas.

Esto se debe, en primer lugar, a que la práctica regular de deporte mejora el flujo sanguíneo cerebral. De hecho, nuestro cerebro no tiene una gran capacidad para almacenar nutrientes por lo que necesita constantemente un aporte de oxígeno y glucosa, los cuales llegan a través del flujo sanguíneo que, además, se encarga de retirar los productos de desecho. Cuando el riego sanguíneo no funciona como debería, estamos expuestos a diferentes patologías cerebrales.

En segundo lugar, se ha apreciado que el ejercicio físico también es capaz de producir cambios a nivel cerebral, sobre todo en la sustancia gris que se encuentra en las zonas frontales del cerebro, justo las que se encargan del procesamiento de la información, la toma de decisiones y el control emocional, entre muchas otras funciones. Esto se debe a que el deporte favorece el crecimiento de las neurotrofinas, unas proteínas que no solo protegen nuestras neuronas sino que también estimulan su crecimiento.

¿Necesitas alguna razón más para empezar a moverte?

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8 Alimentos para bajar los estrógenos. Menos grasa

Los componentes estrógenos excesivos son cada vez más comunes en ciertos tipos de comida como los productos de soya, los aditivos a la comida, pesticidas y hormonas presentes en granjas industriales donde crían animales. …. No solo eso, sino que los componentes estrógenos prevalecen en nuestro ambiente debido a la polución. Los problemas de estos agentes contaminantes estrógenos han sido documentados en varios estudios de años recientes que han mostrado la feminización y las mutaciones de muchas especies acuáticas como peces y ranas.

Estos excesos de componentes estrógenos son igualmente perjudiciales tanto para hombres como para mujeres.

Para las mujeres, estos pueden deshacerse del balance del estrógeno y progesterona en el cuerpo y crear ciertos problemas metabólicos, uno de los cuales es el almacenamiento de grasa excesiva.

Para los hombres, el problema puede ser igualmente nocivo, ya que componentes estrógenos excesivos pueden potencialmente causar acumulación grasa en el pecho (también conocidos como senos de hombre) y pueden llevar a un posible cáncer u otras enfermedades además de grasa abdominal extra que es particularmente difícil de quemar.

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Los estrógenos son unas hormonas que pueden disminuir con el consumo de determinados alimentos.

  1. Frutos rojos: Son fuentes ricas de beta-caroteno, un precursor que tu cuerpo usa para fabricar vitamina A. La doctora Natalie Ledesma, MS, RD, CSO, de la Universidad de California, San Francisco, aconseja un consumo diario de beta-caroteno en la forma de zanahorias, batatas, melón, squash o mango. El beta-caroteno y los compuestos carotenoides relacionados de manera química son efectivos para reducir el crecimiento de células mamarias tumorales receptoras de estrógeno, tanto positivas como negativas. Los niveles altos de beta-caroteno se asocian a una reducción del riesgo de cáncer de mama de hasta un 50 por ciento.
  2. El brócoli: es el alimento favorito de muchos culturistas, tanto en fase de volumen como de definición muscular. Aporta muy pocas calorías y tiene efectos beneficiosos sobre el organismo. Es un alimento depurativo que evita la producción de toxinas en el organismo gracias a su alto contenido en indoles, flavonoides y sulforafanos y, además, combate la producción de toxinas potencialmente cancerígenas.El brócoli es uno de los mejores alimentos para controlar la producción de estrógenos. Su función protectora frente a diversos tipos de cáncer, como el de pulmón, próstata, colon, estómago y otros, lo hace especialmente atractivo para incluirlo en la dieta.Su contenido en vitaminas es muy completo. Aporta vitamina A y C, que mejoran el sistema inmunológico, y vitamina B1 y E, que aumentan la síntesis de testosterona y la producción de antioxidantes.
  3. El repollo: es un alimento rico en azufre, vitamina C, ácido fólico, betacaroteno y fibra. Al igual que el brócoli, tiene propiedades anticancerígenas y antiestrogénicas, por lo que es ideal para el consumo por parte de culturistas.Aporta muy pocas calorías y contribuye a aumentar la testosterona al tiempo que reduce la producción de estrógenos.
  4. La col de Bruselas: tiene unas propiedades muy similares a las del brócoli. Es un alimento rico en vitamina A, B, C, E, que además contiene glucosinolatos, flavonoides y sulforafanos que ayudan a proteger nuestro organismo de la producción de células potencialmente cancerígenas.Su bajo aporte calórico y su gran concentración de vitaminas y minerales como el potasio lo hacen apto para dietas depurativas, a la vez que ayuda a controlar los niveles de estrógenos.
  5. La coliflor: pertenece a la familia del brócoli y posee unas propiedades antiestrogénicas parecidas. Contiene una cantidad muy baja de calorías y una gran riqueza en vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B5) y de minerales, como el fósforo y el potasio.junto con el brócoli y la col, es uno de los mejores alimentos para planificar una dieta centrada en el desarrollo de masa muscular, pues ayuda a incrementar los niveles de testosterona al tiempo que potencia el desarrollo del músculo y de los tejidos.
  6. El rábano: es una hortaliza rica en agua, fibra, vitaminas B y C y minerales como el hierro y el potasio. Sus propiedades antiestrogénicas lo convierten en un alimento ideal para deportistas que desean ganar músculo.El rábano es un alimento ideal para los deportistas que desean ganar músculo.

    Su aporte calórico es muy bajo. Se puede tomar crudo y combina muy bien en ensaladas por su ligero sabor amargo.

    Incluir estos alimentos en tu dieta te ayudará a mantener unos niveles altos de testosterona de manera natural. Al mismo tiempo, estarás reduciendo tus niveles de estrógenos y, gracias a esta sinergia, estarás potenciando el desarrollo de masa muscular. A la hora de cocinar estos alimentos, recuerda de debes cocerlos durante poco tiempo para que mantengan todas sus vitaminas y minerales.

  7. Los cereales integrales: poseen un alto contenido de fibras.David Grotto, RD, LD, establece que el alto contenido de fibras de alimentos como la avena y los cereales integrales pueden bloquear los estrógenos dañinos. Además de disminuir el estrógeno, un cambio a favor de los cereales integrales mejora la salud general. Los alimentos con alto contenido en fibras te aseguran una mayor saciedad por más tiempo, lo cual reduce el riesgo de comer de más y engordar. Por otro lado, Grotto afirma que la avena incrementa la actividad de células particulares del sistema inmunitario conocidas como células supresoras naturales T, que pueden mejorar la habilidad del organismo para eliminar células
  8. Esparragos: poseen altos contenidos de nutrientes. Son una espectacular fuente de fibra y de ácido fólico, lo que significa que mantiene la piel más saludable y resistente. Tienen además cromo, oligoelementos que mejoran la circulación de la sangre y como si fuera poco, vitaminas A, C, E y K. 

     

¿Qué hace el ejercicio aeróbico para tú salud?

Sin importar la edad, el peso o la capacidad atlética, la actividad aeróbica es buena para ti. A medida que tu cuerpo se adapta al ejercicio aeróbico regular, conseguirá estar más fuerte y más en forma.

a-correrLa actividad aeróbica puede ayudar a:

  1. Mantener el exceso de peso a raya En combinación con una dieta saludable, el ejercicio aeróbico ayuda a perder peso y no recuperarlo.
  2. Aumenta tú resistencia El ejercicio aeróbico puede hacer sentir cansado en el corto plazo. Pero en el largo plazo, usted disfrutará de una mayor resistencia y menor fatiga.
  3. Protegerse de las enfermedades virales El ejercicio aeróbico puede activar su sistema inmunológico. Esto puede dejar que sea menos susceptible a las enfermedades virales menores, como resfriados y gripe.
  4. Reduzca sus riesgos para la salud El ejercicio aeróbico reduce el riesgo de muchas enfermedades, incluyendo la obesidad, enfermedades del corazón, presión arterial alta, diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de cáncer. Tambien, reducen el riesgo de osteoporosis.
  5. Manténgase activo e independiente con la edad El ejercicio aeróbico mantiene tus músculos fuertes, lo que puede ayudar a mantener la movilidad a medida que envejece. El ejercicio aeróbico también mantiene tu mente aguda. Por lo menos 30 minutos de ejercicio aeróbico tres veces por semana parece reducir el declive cognitivo en los adultos mayores.
  6. Gestione condiciones crónicas El ejercicio aeróbico puede ayudar a disminuir la presión arterial y controlar el azúcar en la sangre. Si tiene enfermedad de las arterias coronarias, el ejercicio aeróbico puede ayudar a controlar su condición.
  7. Fortalece tu corazón Un corazón fuerte no necesita latír tan rápido. Un corazón más fuerte también bombea sangre de manera más eficiente, lo que mejora el flujo de sangre a todas las partes de su cuerpo.
  8. Mantenga sus arterias limpias El ejercicio aeróbico aumenta la lipoproteína de alta densidad (HDL), el «bueno», el colesterol, y reduce la lipoproteína de baja densidad (LDL), el «mal» colesterol. Esto puede resultar en una menor acumulación de placas en las arterias.
  9. Aumente su estado de ánimo El ejercicio aeróbico puede aliviar la tristeza, depresión, reducir la tensión asociada con la ansiedad y promover la relajación.
  10. Vivir más Los estudios demuestran que las personas que participan en ejercicio aeróbico regular viven más que aquellos que no lo hacen regularmente.

 

Diferencias entre Hombres y Mujeres en el Fitness/deporte

Hombres VS. Mujeres

Hombres: Para empezar tomemos como referencia los entrenamientos que normalmente realizamos los hombres para tratar de desarrollar nuestros músculos. Los hacemos con grandes pesos, alrededor del 75% de nuestra fuerza máxima, por lo general en 3-5 series con una cantidad de repeticiones que no supera las 15 y que a medida que logramos aumentar las cargas suelen ser de 4, 6 u 8 repeticiones a lo sumo. Debo aclarar además que este entrenamiento debe estar acompañado por una dieta rica en nutrientes, proteínas de alto valor biológico y un descanso adecuado para poder favorecer la síntesis proteica y la recuperación de nuestros músculos. Asimismo es determinante en el hombre poseer altos niveles de testosterona, la hormona anabólica por excelencia más allá de una carga genética que en todo sentido favorece este desarrollo. Con todas estas ventajas, debo decirles queridas lectoras que es bastante trabajoso desarrollar nuestra masa muscular hipertrofiándola. Es decir aumentando su volumen en forma permanente que si bien no es imposible, lleva años de entrenamiento serio, regular y como dije antes acompañado de una alimentación y descanso adecuado.

Mujeres: Imaginen ahora cuanto les deberá costar entonces a ustedes que poseen a lo sumo la décima parte (10%) de testosterona que los hombres y que además su nivel de estrógenos es totalmente contraproducente para tal fin. Por otra parte, en la mayoría de los casos trabajan con cargas muy por debajo de las capaces de generar el estímulo neuromuscular necesario para favorecer la hipertrofia. Realizan además ejercicios con gran cantidad de repeticiones y de larga duración en el tiempo. Y a esto, le agregamos también que la gran mayoría de las mujeres busca alimentos de bajo contenido calórico limitando los nutrientes que necesariamente deben acompañar a un entrenamiento que verdaderamente les permita aumentar en forma notoria su masa muscular.

fitness¿Qué es lo que en realidad ocurre entonces?

Lo que experimentan cuando deciden aumentar las cargas (Intensidad) en sus entrenamientos (Clases de localizada, de barra, rutinas, etc.) es un importante aumento en el gasto calórico, dado por un mayor uso de sus músculos, aumentando a la vez su capacidad de “quemar” los depósitos de grasa. Este es un proceso que se da en unos pequeños orgánulos presentes en los músculos llamados mitocondrias. El entrenamiento incrementa el número de mitocondrias musculares y la capacidad oxidativa en más del doble. Es decir, a mayor número de mitocondrias mayor capacidad de consumir los depósitos de grasa. (Oxidación de los ácidos grasos.)

¿Pero qué es esa sensación de tener los músculos más grandes? Es sencillamente el mayor aporte de sangre que cualquier músculo recibe durante el ejercicio. Es una congestión pasajera de nuestros músculos. Es lo que se denomina la “redistribución del flujo sanguíneo”, donde el músculo se llena de sangre y se produce una congestión muscular momentánea. Es decir, que el músculo aumente de tamaño por un aporte extra de sangre, no significa que vaya a producirse una inmediata hipertrofia muscular. Cuando están en un estado sedentario, nuestros músculos están flácidos ya que apenas se utilizan, están sin reservas de energía, vacíos de glucógeno (Combustible), no tienen tono muscular. Sin embargo, cuando arrancamos con un programa de ejercicios y nuestros músculos empiezan a ser utilizados, comienza una fase de adaptación en la cual el músculo va a almacenar glucógeno para tener más energía. Para almacenar este glucógeno necesita hidratarse, acumula agua intramuscular (Esto no es retención de líquidos), en definitiva, adquiere un mejor tono muscular y aumenta su rendimiento. Por esta razón, muchas mujeres identifican el entrenamiento con pesas con una hipertrofia y un “engrosamiento”. Notan que sus músculos están con algo más de volumen y más duros. Esto es un proceso natural y necesario que se vuelve mucho más notorio en toda persona desentrenada que comienza a hacerlo con mayor intensidad.

Otras diferencias:

Sistema cardiovascular: Las mujeres tienen un menor volumen de sangre, un menor número de glóbulos rojos (aproximadamente un 6% menos) y menos hemoglobina (aproximadamente un 15% menos).

Las mujeres tienen el corazón más pequeño, lo que se traduce en una Frecuencia Cardiaca más elevada, un menor volumen sistólico y menor pulso de oxígeno en Q y VO2 (entre un 20% y un 25% más bajo) dados.

Sistema respiratorio: Las diferencias entre las repuestas respiratorias de los hombres y mujeres al ejercicio se deben también en gran medida el tamaño corporal. La frecuencia de la respiración al hacer ejercicio con la misma producción relativa de potencia difiere un poco. No obstante, cuando en lugar de esto consideramos la misma producción de potencia absoluta. las mujeres tienen a respirar más rápidamente que los hombres, probablemente porque cuando ambos sujetos se hallan en el mismo nivel de producción de potencia absoluta la mujer está trabajando a un porcentaje más elevado de su VO2 máx.

El volumen respiratorio y el volumen ventilatorio son generalmente menores en las mujeres a las mismas producciones de potencia absoluta y relativa, hasta e incluyendo, los niveles máximos. La mayoría de las mujeres deportistas altamente entrenadas tienen valores máximos de 150l/m y mayores, superando algunos 250 l/min. Así mismo, estas diferencias están estrechamente relacionadas con el tamaño corporal.

Sistema muscular: En términos de fuerza, las mujeres han sido consideradas generalmente como el sexo débil. En estudios anteriores, a las mujeres se les habitúan encontrado entre un 43 y un 63% más débiles que los hombres en cuando a fuerza de la parte superior del cuerpo, pero solamente un 25 y 30% más débiles en cuanto a fuerza de la parte inferior. Debido a las considerables diferencias de tamaño entre los sexos, diversos, estudios han expresado la fuerza en relación con el peso corporal (fuerza absoluta/peso corporal) o relativa a la MM, como un reflejo de la masa muscular (fuerza absoluta/MM). Cuando la fuerza de la parte inferior del cuerpo se expresa en relación con el peso corporal, las mujeres son todavía entre un 5 y un 15% más débiles que los hombres, pero cuando se expresa en relación con la Masa muscular (MM), esta diferencia desaparece. Esto indica que las cualidades innatas de los músculos y de sus mecanismos de control motor son similares para hombres y para las mujeres. Relación peso y Composición corporal con el VO2 máx: Esta claramente establecido que el VO2 máx. depende en gran medida del peso corporal y de la masa muscular activa. Las mujeres tienen un cuerpo más pequeño y ligero, menor masa magra, por lo que sería lógico esperar que el VO2 máx. fuese menor en las mujeres.

¿Cómo debo entrenar entonces? Para conseguir beneficios es necesario producir un estímulo al organismo, sobrecargarlo, fatigarlo para que posteriormente produzca una mejora. Es muy común observar a muchas mujeres levantar pesos excesivamente livianos terminando sus series sin fatiga muscular. En estos casos no se está superando el umbral mínimo y por tanto no conseguirán mejoras sino un simple estancamiento. El tiempo invertido en el entrenamiento estará desaprovechado. El secreto consiste en ir aumentando la sobrecarga en forma progresiva y en el momento en que ya no sintamos esa fatiga muscular durante el entrenamiento, el cuerpo nos está advirtiendo que es hora de aumentar la intensidad de trabajo nuevamente.(Carga)

Es decir no aumenta de volumen, pero si aumentan los niveles de fuerza y desciende la fatiga muscular, por lo tanto, ese umbral mínimo se eleva a medida que mejoramos nuestro rendimiento.

Es de suma importancia tener en cuenta que tanto en lo referente al entrenamiento destinado al mejoramiento de la resistencia, la fuerza y el tono de nuestros músculos como principalmente en la parte aeróbica, estos “nuevos” músculos nos permitirán consumir nuestras reservas de grasa más fácilmente.

Siempre he dicho que no hay diferencias sustanciales entre lo que los hombres y las mujeres deben hacer en el gimnasio. Después de todo, no hay ejercicios de “hombres” o de “mujeres”.

Una posición en cuclillas es una sentadilla y un press de banca es un press de banca, independientemente del sexo de la persona que lo está haciendo. Esto es cierto, pero no es tan simple.

En primer lugar, las mujeres son más débiles que los hombres (no puedo creer que acabe de escribir esto ). Porque sí, hay excepciones, una mujer fuerte puede ser más fuerte que un hombre no entrenado o un hombre débil que se entrena. Sin embargo, aunque la mayoría de las mujeres no pueden levantar tanto peso como la mayoría de los hombres pueden entrenar con la misma intensidad. El problema es que el peso que la mayoría de las mujeres pueden levantar no es lo suficientemente fuerte para conseguir los mismos resultados que los hombres. Si un hombre puede hacer sentadilla con 112 kg para 12 repeticiones , una mujer ,a veces ,»apenas» puede utilizar la barra, esto no quiere decir que ambos no esten trabajando a su máxima capacidad, ahora bien su respuesta metabólica no puede ser la misma. Para compensar esta diferencia, os propongo algunos consejos para aprovechar al máximo el entrenamiento de una mujer.

Estos valores en términos de recambio de gases dan como resultado que la mujer necesitará de 30% a 40% más de actividad para obtener el mismo resultado calórico.

Aquí resulta fundamental comprender que cada programa de entrenamiento debe ser adecuado a las necesidades, objetivos y posibilidades de cada persona para sacar el mayor provecho.

Son muchos los beneficios y la distancia que existe entre la carga que significa estímulo para un mejoramiento en el tono muscular y la que sirve para hipertrofiar es enorme!. Finalmente si no realizamos un entrenamiento destinado a la pérdida de peso, tendremos tal vez un peso similar pero un cuerpo con un aspecto muy distinto, más tonificado, erguido, fuerte y resistente en el cual nuestra masa muscular ahora más activa estará permanentemente “comiéndose” nuestras reservas.

A perderle el miedo entonces a trabajar nuestra masa muscular por que activándola y estimulándola podrán mantenerse sanas, tonificadas, magras, y vitales.

Repasemos entonces los principales beneficios de entrenar conciente e intensamente nuestra masa muscular:

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  • – Incremento del gasto calórico.
  • – Mayor capacidad oxidativa.
  • – Aumento del tono muscular.
  • – Disminución del tejido adiposo.
  • – Mejoramiento de la postura a partir de un mayor tono en la musculatura postural.
  • – Disminución de la flacidez.
  • – Aumento de la tasa metabólica.
  • – Mayor contención articular previniendo lesiones.
  • – Aumento de la sensación de bienestar y fortaleza.

 

Cómo afecta la menstruación en el deporte

Son muchas las mujeres que se ven afectadas en el entrenamiento debido a problemáticas con su ciclo menstrual. Ya sea porque tienen molestias, o porque se encuentran con poca fuerza o ánimo en un determinado momento y no pueden rendir como quisieran en su entreno habitual.

Por suerte, aunque para muchas así no lo parezca, el hecho de tener varios picos hormonales a lo largo del ciclo hace que la prestación atlética pueda verse muy favorecida ya que entra en juego la cascada hormonal. Es un gran aliciente ya que siendo totalmente naturales, podremos aprovechar esos picos para poder dar más de sí.

151_mdConocer más profundamente las fases del ciclo menstrual de la mujer nos puede ayudar mucho a programar un entrenamiento acorde a estos cambios hormonales y sus consecuencias fisiológicas y psicológicas:

La fase folicular – Va desde el día 1 al 13 de cada ciclo. Se trata de la fase post-menstrual.

 •La fase de ovulación – Entre el 14 y 15 de cada ciclo menstrual.

• La fase lútea– Del día 16 al 28 y se denomina también la fase pre-menstrual.

En todo el proceso del ciclo menstrual existe un equilibrio hormonal entre Progesterona y Estrógenos. En la primera parte del ciclo, (fase folicular o post menstrual), que se da en los primeros 14 días antes de la ovulación, predominan los estrógenos, por lo que es la etapa en la que mejor respondemos al ejercicio debido a la liberación de la hormona del crecimiento. La segregación de esta hormona ayuda a perder grasa y a tonificar tu cuerpo ya que promueve la lipólisis (utilización de grasas como sustrato energético), estimula el crecimiento de la masa muscular y la retención de calcio y mineralización de los huesos.

Durante la fase premenstrual (fase lútea) predomina la secreción de progesterona, la otra hormona femenina que regula el ciclo menstrual. Mucho se ha hablado sobre ella, debido a que es una hormona catabólica y podría afectar en la calidad de tu entrenamiento, y por ende en el rendimiento, pautándose habitualmente ejercicios de baja-media intensidad en esta fase. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado que esto afecte realmente al ejercicio ya que la disminución en los valores de estrógenos en esta fase se ven compensados con los aumentos de hormona de crecimiento, cortisol, estradiol derivados del ejercicio físico.

Durante la propia menstruación, las mujeres presentan múltiples síntomas biológicamente independientes. Como hemos comentado anteriormente no hay ninguna razón para no realizar ejercicio físico, pero sí para realizarlo atendiendo a nuestras variaciones fisiológicas.

CICLO MENSTRUAL Y EJERCICIO FÍSICO

Pocas son las mujeres que afirman no tener ningún tipo de molestia o dolor durante esta fase del ciclo. No obstante, acurrucarse en el sofá no es siempre el mejor remedio. Sin embargo salir y ponerse en movimiento está demostrado que es uno de los secretos para que los periodos sean menos dolorosos.

El ejercicio físico libera endorfinas, que además de ser conocidas como las hormonas de la felicidad, están relacionadas con el alivio del dolor y la relajación muscular. En otras palabras, son los analgésicos naturales del organismo.

Cualquier tipo de pérdida de sangre, provoca en el organismo una pérdida de hemoglobina lo que puede disminuir el transporte de oxigeno en nuestro cuerpo. Ante esto recomendamos no realizar ejercicio que solicite un alto componente de oxigeno para no limitar el trabajo del organismo. También se aconseja un adecuado aporte de hierro en la dieta.

Además durante la menstruación debemos tener en cuenta que la Frecuencia Cardiaca se ve alterada aumentando sus valores basales. Al igual que la temperatura corporal, la cual, puede verse entorpecido su equilibrio térmico en ocasiones. La fatigabilidad y la excitación del Sistema Nervioso tan bien están aumentados en esta fase. El descanso tiene que ser adecuado y también se debe evitar el estrés en la medida que sea posible.

Puede darse el caso que si el entreno es excesivo ocurrirán alteraciones en duración del sangrado pero simplemente con reducir la intensidad del mismo debería ser suficiente para mejorar los síntomas.

Existen pues, muy pocas razones para restringir el ejercicio de una mujer menstruando, salvo la incomodidad de la propia mujer.
 
BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO EN EL CICLO MENSTRUAL

RETENCIÓN DE LÍQUIDOS: Durante el periodo premenstrual el efecto de la hormona Antidiurética (ADH) sobre la excreción de sodio se ve limitada. Al retenerse sodio se retiene agua provocando incluso tumefacción en algunos casos y acumulación de 1 o 2 litros de agua en exceso. Uno de los efectos del ejercicio parece ser la reducción de los niveles de ADH y como consecuencia una reducción en la retención de líquidos. En este caso siempre hablamos de ejercicios de baja-moderada intensidad ya que en ejercicios extenuantes la ADH se ve alterada para reabsorber agua de los riñones y reducir la excreción de orina.

TOLERANCIA AL DOLOR: Una investigación realizada en la Universidad de Oxford determinó que el ejercicio físico realizado en equipo y en sincronía eleva el umbral del dolor. La tolerancia al dolor, tan subjetiva, se ve aumentada con entrenamientos sistemáticos y planificados y es de gran ayuda para los periodos menstruales.

MINERALIZACIÓN ÓSEA: Las alteraciones hormonales dan lugar a una reducción de la densidad ósea ya que los estrógenos en la fase pre-menstrual disminuyen su actividad. Esta se palia con el efecto del ejercicio físico, que está demostrado, que aumenta la densidad mineral ósea debido a los impactos osteomusculares implícitos. Para ello recomendamos antes caminar o correr que andar en bicicleta o nadar.

CIRCULACIÓN SANGUÍNEA: Al estimular la circulación sanguínea por todos los grupos musculares, también lo hacemos por la región pélvica pudiendo ayudar a aliviar el dolor de la fase menstrual sin tener problemas de aumentar el sangrado por esta misma razón.

HIPÓTESIS DE LAS ENDORFINAS:  Las endorfinas son sustancias que comunican a las neuronas. Son nuestra «morfina» ya que transportan el material del placer, euforia, felicidad y aplacan el dolor. Se incrementan en momentos placenteros de nuestra vida como alegría, emoción, placer sexual y ejercicio físico. Es por ello por lo que tienen un efecto natural contra el dolor y por tanto, pueden  difuminar la percepcion dolorosa durante el periodo premenstrual y menstrual.

PSICOLÓGICOS: Uno de los cambios mas evidentes durante el ciclo menstrual, son los cambios constantes de humor, unidos a trastornos de ansiedad, susceptibilidad, estrés, ocasionados en las mujeres que padecen el síndrome premenstrual (SPM).

Un elevado nivel de estrés aumenta la producción de prostaglandinas uterinas, lo cual ocasionaría mayor dolor durante la menstruación.

El ejercicio físico actuará para reducir los efectos de estas situaciones emocionales no deseadas a través de programas amenos y divertidos, siempre teniendo en cuenta las características e intereses de las deportistas para proporcionarles entrenamientos sanos y personales.

El ejercicio físico también posee un efecto claro sobre la mejora de la salud mental desarrollando programas de ejercicios con mujeres en su misma situación (compartir experiencias, dudas, etc.)

Debemos sacar provecho al deporte comprobando que ejerce múltiples beneficios fisiológicos y psicológicos sobre el ciclo menstrual.