¿Cuándo conviene tomar diuréticos y cuando no por parte de deportistas?, ¿qué beneficios comportan y cuáles son los riesgos que se deben tener en cuenta?, ¿qué dieta es la que asegura un drenaje más completo? Y cuales son las alternativas naturales a los fármacos diuréticos son las cuestiones sobre los que se pretende dar luz en este artículo.
Muchos deportistas se declaran partidarios de tomar diuréticos con cierta regularidad para tratar de mantener una buena forma física y una línea más o menos escultural. Suele ser más frecuente en deportistas de lucha y fuerza como los culturistas y algunos gimnastas. Pero la toma de diuréticos nunca debe hacerse a la ligera, sobre todo cuando concierne a deportistas profesionales o asiduos, porque se pueden producir fácilmente desajustes metabólicos que podrían poner en peligro no sólo su rendimiento deportivo, sino también su salud en general.
La principal justificación para el uso de diuréticos es la existencia de retención de líquidos, un problema que afecta también a muchos deportistas, sobre todo a las mujeres.
La retención de líquidos, como bien se sabe, es la acumulación de líquidos en los espacios entre las células en los tejidos blandos del cuerpo. Ello ocurre en cualquier parte del cuerpo, pero muy especialmente en las extremidades, brazos, piernas y pies (tobillos). Una buena forma de apreciar si se padece de retención de líquidos es presionando la piel durante unos segundos con el dedo pulgar. Si la marca que deja el dedo tarda en desaparecer es que efectivamente existe retención. Otras personas lo notan cuando la hinchazón afecta a los dedos de la mano, al notar el anillo más ajustado que antes.
EL EQUILIBRIO HÍDRICO Y LOS ELECTRÓLITOS
Un 60% del peso corporal de una persona adulta es agua. Necesita cada día ingerir como mínimo 2,5 litros de agua o líquido para hidratarse, el doble o el triple si se hace deporte. La mitad la obtiene por la dieta, bebida, un 30% de la humedad contenida en los alimentos sólidos que consume y también una parte procedente de la oxidación producida por los procesos metabólicos. Las pérdidas de agua se producen hasta en un 50% por la orina, un 25% por la transpiración, un 19% por el aire espirado y también una pequeña parte por las lágrimas. El potasio y el sodio, junto con el cloro, los llamados electrólitos, son los minerales responsables del equilibrio hídrico de nuestro organismo. La presencia de edemas o de retención de líquidos, sea por cambios hormonales –como ocurre en la menstruación o en el embarazo-, por la utilización de hormonas, o la existencia de problemas hepáticos o cardiovasculares, como la hipertensión, pueden provocar estos desequilibrios en la relación entre el potasio y el sodio.
Nos proveemos de sodio y cloro por la dieta, al añadir cloruro sódico a los alimentos o a través de aquellos que lo contienen. Un adulto ingiere unos 5 g diarios de sodio y hasta 6 g de cloro. Ni el sodio, ni tampoco el cloro pueden ser almacenados por el organismo, que necesita eliminarlos, y lo hace a través del riñón y el sudor. El sodio se absorbe por la mucosa intestinal y se transforma en un elemento importante en la sangre. El potasio, por su parte, también se ingiere por la dieta a través de alimentos que lo contienen, como muchas frutas y verduras. Un deportista necesita 3 o 4 g diarios y se elimina por la orina. Los excesos y déficits tanto de sodio como de potasio pueden derivar en trastornos metabólicos (natremias y potasemias).
La toma de diuréticos altera la función de los riñones, que filtran la sangre, eliminando aquella que sobra y recuperando la que el cuerpo precisa. Una función básica de nuestros riñones no es sólo estimular la eliminación de líquido por la orina, sino también la de asegurar el equilibrio entre la cantidad de agua y la sales minerales retenidas a medida que filtran la sangre. Por el proceso conocido por ósmosis, el agua circula impulsada por el sodio, la sal, de forma que controlando el sodio, los riñones controlan el movimiento del agua. Cuando el organismo detecta una gran deshidratación, como la que se da tras un esfuerzo físico considerable en el que se ha sudado de forma copiosa –una prueba deportiva, una sesión de entrenamiento-, los riñones compensan las pérdidas recapturando más sodio y reteniendo más agua. Si la cantidad de agua es demasiado elevada en el organismo, los riñones permitirán la salida de sodio, y tras él, de agua, provocando una orina más diluida.
AGUA, EL PRIMER DIURÉTICO
Los diuréticos son alimentos, bebidas o fármacos que estimulan la pérdida de agua del organismo por la orina, y que al hacerlo, contribuyen a mejorar diferentes síntomas asociados a trastornos o enfermedades como la retención de líquidos, los edemas, la hipertensión, la insuficiencia cardiaca, la obesidad, las patologías nefríticas, etc. Los diuréticos tienen además una función depurativa, por cuanto nos ayudan a eliminar toxinas por la orina, aumentando su secreción por parte de los riñones. Pero la pérdida de agua y con ella, de sodio, debe ser compensada con un aporte extra de potasio a través de la alimentación, pues un déficit en este mineral es del todo contraproducente para un deportista por cuanto le acarrearía debilidad y mayor propensión a las lesiones y a los calambres musculares.
El agua es el primer y principal diurético. Tomar agua es la mejor forma de evitar los edemas y la retención de líquidos. El agua estimula el buen funcionamiento de los riñones y de la vejiga, diluye la orina, y como ésta contiene sales minerales, como el sodio, que retienen líquidos, cuanto más diluida esté nuestra orina, más fácil será eliminar la sal y evitar que se produzcan esos edemas.
CUANDO TOMAR DIURÉTICOS
Una de las principales razones por las que el deportista recurre a los diuréticos es para bajar de peso, y en efecto se consigue, pero no a base de eliminar la grasa excedente sino de líquido. Por tanto estamos hablando de una solución momentánea a un problema, el del sobrepeso, que requiere medidas más generales, como los hábitos y la dieta. Y el uso descontrolado de diuréticos por parte de deportistas puede generar problemas, como veremos. En algunos sectores, la toma de diuréticos se explica por la necesidad de camuflar o diluir la concentración de sustancias susceptibles de ser consideradas dopantes, y por tanto, es una manera de escapar de una posible sanción. Pero en esencia, los diuréticos en el deporte se destinan a:
– Facilitar la depuración orgánica y la eliminación de toxinas
– Prevenir la aparición de impurezas en la piel como granos, eccemas, forúnculos, etc
– Combatir los edemas y la retención de líquidos
– Aliviar las molestias menstruales asociadas a la retención de líquidos
– Tonificar los riñones para evitar que no funcionen de la manera adecuada y puedan generar edemas
– Es un apoyo para deportistas con tendencia a tener la tensión alta
LOS MEDICAMENTOS DIURÉTICOS
En líneas generales se pueden clasificar los medicamentos diuréticos que usan los atletas en tres categorías:
– Los diuréticos que elevan los niveles de potasio. Se usan para pacientes hipertensos. Contribuyen a reducir los niveles de sodio, pero un mal uso de estos medicamentos por parte de los deportistas puede generar problemas graves como la hiponatremia, una concentración plasmática de sodio insuficiente y puede acarrear debilidad, mareos, confusión y temblores.
– Las tiazidas, que son un conjunto de medicamentos con diferentes nombres, que presentan un efecto mayor sobre los electrólitos que los diuréticos que elevan los niveles de potasio. De nuevo, un mal uso de estos medicamentos puede conllevar problemas serios de salud, como la hipokalemia, que es una reducción de la concentración sérica de potasio por debajo de los niveles normales, y que, entre otros síntomas, puede traducirse en la aparición de calambres musculares.
– Diuréticos de acción rápida, como son, entre otros, los derivados de la sulfonamida (furosemida). Producen su efecto diurético a las tres o cuatro horas de su ingesta, y se destinan sobre todo para el tratamientos de edemas severos. Una vez más, cuando estos medicamentos son utilizados por deportistas, como culturistas, para provocar la diuresis rápida, pueden conllevar más perjuicios que beneficios, si no se hace bajo estricto control médico.
LOS CONTRAS DE LOS DIURÉTICOS
Los diuréticos fuertes, que generan una considerable pérdida de líquidos, cuando son utilizados por atletas o culturistas obsesionados por perder peso o volumen, pueden acarrear problemas o efectos secundarios incluso muy severos a estos deportistas si los consumen a la ligera y sin control médico. Pueden llegar a desarrollar déficits preocupantes de determinados minerales como el potasio, el calcio o el magnesio, que son imprescindibles para el organismo o que su presión sanguínea descienda en exceso. Algunos de las consecuencias que pueden darse en deportistas sanos son:
– Desequilibrios electrolíticos
– Deshidratación
– Disminución de las proteínas plasmáticas
– Dolores de cabeza
– Palpitaciones
– Alteraciones hematológicas
– Mareos y náuseas
– Debilidad y letargo
– Accesos de vómito
– Pérdidas de equilibrio
– Hipotensión
– Trastornos digestivos, retortijones
– Problemas de coordinación
– Calambres musculares
– Dolor en las articulaciones
– Insuficiencia cardiaca y renal
– Aparición de sarpullidos
– Impotencia
ALIMENTOS
Lechuga
Este alimento no sólo actúa como un potenciador del sabor en las ensaladas, pero su alto contenido de agua también ayuda en el proceso de la micción. Minerales como el hierro y el magnesio presente en la lechuga, ayudan a vaciar las células grasas.
Arándanos
El jugo de arándano es un diurético eficaz y puede ayudar a luchar contra el edema. Nos ayudan a mantener el nivel de pH de la orina. Varios estudios han demostrado que los arándanos pueden tratar las infecciones del tracto urinario en las mujeres, además es uno de los diuréticos naturales de acción más rápida.
Avena
La avena es un alimento ideal para el desayuno por su propiedades energéticas, pero también contiene un compuesto llamado sílice natural que realiza la función de un diurético para el cuerpo humano.
Perejil
Tiene propiedades diuréticas muy suaves, pero ayuda en el lavado de las toxinas de los riñones. Además es un sabroso componente de cualquier plato ( y si no, que se lo cuenten a Arguiñano)
Espárragos
Son ricos en un componente químico llamado asparagina que es un alcaloide que nos ayuda a estimular los riñones y mejorar el proceso circulatorio de nuestro cuerpo.
Hinojo
Esta especia, nativa de la India, es muy aromática y sabrosa. Por otro lado también es utilizado por algunas personas para estimular la eliminación de desechos del cuerpo.
Remolacha
Es un potente diurético natural que mejora las funciones del hígado y los riñones. También contiene hierro, que limpia los corpúsculos que contienen depósitos de grasa.
Coles de Bruselas
Ayudan en la estimulación de los riñones y el páncreas. Además ayudan a una mejor limpieza de las células. Al igual que la remolacha tienen un “hándicap”…su sabor no es que sea de los más apreciados del mundo.
Rábano picante
Esta raíz, que contiene las cantidades adecuadas de vitamina C, también es muy conocido por sus propiedades diuréticas.
Sandía
Aunque tiene un alto contenido de agua, ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de la misma. Es definitivamente una buena opción, ya que no te deshidrata a diferencia de los medicamentos de venta libre, sólo limpia el exceso de agua de tu cuerpo.
Tomates
Los tomates también trabajan con el mismo principio que las sandías. El alto contenido de agua de los tomates hace que los riñones liberan más líquidos y esto permite a nuestro cuerpo eliminar las toxinas rápidamente. Sin embargo, si sufrimos alguna enfermedad renal, como cálculos renales, entonces debemos evitar el contenido de oxalato presente en las semillas del tomate, ya que pueden empeorarlos. Además, otra de las razones para evitarlos en el caso de los cálculos renales, es que los tomates son ricos en potasio.
Pepinos
Los pepinos tienen un alto contenido en agua, pero también están enriquecidos con minerales como el azufre y silicio. Estos minerales estimulan los riñones para excretar el ácido úrico con eficacia.
El pepino, también es útil para las personas que sufren de gota (provocada por la deposición de ácido úrico en las articulaciones)
INFUSIONES DIURETICAS
Pero no hay duda que hay pocos diuréticos tan eficaces y naturales como las infusiones de plantas medicinales. Las hay que actúan netamente como agentes diuréticos, estimulando la producción de orina, pero por regla general suelen aportar además efectos complementarios por sus virtudes depurativas, remineralizantes, vitamínicas, antiinflamatorias y desintoxicantes. Algunas de las más recomendadas para los deportistas son:
– Cola de caballo. Contiene abundantes sales minerales, especialmente silicio, potasio y magnesio. Se usan los tallos estériles. Además de diurética, depurativa y desintoxicante, es remineralizante, astringente y antidiarreica. Se toma en infusión combinada con plantas de mejor sabor como el anís o la menta, o bien en tintura, extracto líquido y cápsulas. Se debe evitar en el embarazo y durante la lactancia.
– Ortosifón, conocido también como té de Java. Se usan las hojas y los ramilletes floridos. Es un magnífico aporte de sales potásicas. Actúa como un potente diurético, ideal para eliminar los excesos de ácido úrico y urea. Adecuado para deportistas afectados de retención de líquidos, hinchazón y pesadez en las extremidades. Se toma en infusión simple o combinada con otras hierbas.
– Vara de oro. Es una bella planta de ambientes boscosos que florece en verano. Se usan las partes floridas y se toma en infusión, generalmente en combinación con otras hierbas. También la encontraremos en tintura, extracto líquido y cápsulas. Actúa como un diurético potente y rápido, combate la infección en las vías urinarias y está muy indicada para tratar el sobrepeso por retención de líquidos y los edemas.
– Abedul. Las hojas de este esbelto árbol de montaña son muy ricas en sales potásicas. Se toma en infusión, pero también en forma de jarabe, extracto líquido, tintura y cápsulas. De nuevo estamos ante un diurético muy eficaz en caso de edemas y retención de líquidos, muy útil para frenar las infecciones urinarias y para tratar la hipertensión y los excesos de urea y ácido úrico (gota), problemas éstos, poco frecuentes en los deportistas activos.
– Brecina. Es un bello arbusto de matorrales y landas, que florece al final del verano. Se cosechan las sumidades floridas. Tienen claros efectos diuréticos, antisépticos, hemostáticos y antidiarreicos. Se destina a los mismos casos que las plantas anteriores. Es un diurético adecuado para deportistas, que pueden tomar en infusión, combinado con hinojo o menta, o bien en tintura, extracto líquido o en forma de cápsulas.
– Estigmas de maíz. Es uno de los diuréticos más recomendados en los herbolarios. De nuevo destaca por su riqueza en potasio, que explica sus virtudes diuréticas y depurativas. Es un diurético muy adecuado para deportistas, ideal para eliminar la sensación de pesadez por retención de líquidos y para facilitar la eliminación de toxinas por la orina. Se toma en infusión simple o combinada, pero también en forma de jarabe, extracto líquido y tintura.
– Té verde. A sus virtudes estimulantes y antiasténicas, el té verde suma su acción diurética. El té verde se suele tomar solo o con limón.
– Otras plantas diuréticas: Diente de león, gayuba, berro, achicoria, fumaria, hierba mate, grama, zarzaparrilla y gatuña.